La Casa de los Gritos (Alrededores)
4 participantes
Página 1 de 1.
La Casa de los Gritos (Alrededores)
Considerada la casa mas embrujada de Gran Bretaña, la Casa de los Gritos recibe su nombre por los horripilantes gritos y sonidos que procedían del interior hace veinte años (en realidad era un estudiante de Hogwarts, Remus Lupin, convertido en licántropo). La casa quedó en silencio por años, pero su reputación se mantuvo. Las ventanas están completamente cerradas, al igual que las puertas. Los fantasmas de Hogwarts evitan el lugar, pues dicen que ahí viven unos fantasmas brutales. Está separada y más elevada que el resto del pueblo, y tiene un jardín húmedo, sombrío, y cuajado de maleza.
Re: La Casa de los Gritos (Alrededores)
Me arropé mejor y me corrí el flequillo mojado de los ojos. Estaba lloviendo y eso me hacía sentir incómodo, el pelo se me pegaba a la cara y tenía la sensación de que parecía un idiota. Le eché una mirada rápida a la Casa de los Gritos y luego me dirijí a mis amigos -¿Vamos a entrar o no?- les pregunté como retándolos a hacerlo. Claro que me intimidaban las ventanas tapiadas y los pastos largos del jardín pero la idea de tener una buena aventura podía más.
Era el segundo día de Febrero y estábamos en una excursión a Hogsmeade. La simple idea de tener un buen par de sustos todos juntos y divertirnos me ponía de buen humor. Es más, estaba tan entusiasmado con la idea que no iba a dejar que mis amigos se negaran y se echaran atrás con el plan. A veces podía ser un ente malvado, y obligar a los demás a hacer cosas. Bueno, en mi mente podía pero en la realidad pocas veces salía como yo quería. Sí, y después me frustraba y costaba volver a ponerme en mi humor usual.
-Vamos- medio rogué con los ojos suplicantes. -Después les invito unas cervezas de manteca y galletas, yo sé que no se negaran si hay comida de por medio- los señalé con una sonrisa picara en la cara. -No desilucionen al pequeño Saba- hablé en tercera persona, adelantando el labio inferior simulando ser un dulce niño.
-¿Qué dices, vampiresa?- me dirijí a Mary y levanté las cejas con una sonrisa ridículamente convincente en los labios. -Con tus poderes, dudo que te hagan algo- entrecerré los ojos y la miré recelosamente esperando una respuesta.
-¡Fabo, vamos amigo!- insistí. -Tu pijama de los teletubbies va a defenderte en ésta, amigo- dije serio pero no pude evitar soltar una risotada que quebró el silencio sepulcral de los alrededores de la Casa de los Gritos. Observé alrededor como unos niños de primero se empujaban, desafiándose a entrar. -Hasta esos niños de diez años son más valientes que ustedes- espeté aunque sabía que esos niños tendrían once años o doce como mucho. Miré a mis dos amigos esperando una respuesta. Creía que esa comparación iba a desatar su locura aventurera.
Era el segundo día de Febrero y estábamos en una excursión a Hogsmeade. La simple idea de tener un buen par de sustos todos juntos y divertirnos me ponía de buen humor. Es más, estaba tan entusiasmado con la idea que no iba a dejar que mis amigos se negaran y se echaran atrás con el plan. A veces podía ser un ente malvado, y obligar a los demás a hacer cosas. Bueno, en mi mente podía pero en la realidad pocas veces salía como yo quería. Sí, y después me frustraba y costaba volver a ponerme en mi humor usual.
-Vamos- medio rogué con los ojos suplicantes. -Después les invito unas cervezas de manteca y galletas, yo sé que no se negaran si hay comida de por medio- los señalé con una sonrisa picara en la cara. -No desilucionen al pequeño Saba- hablé en tercera persona, adelantando el labio inferior simulando ser un dulce niño.
-¿Qué dices, vampiresa?- me dirijí a Mary y levanté las cejas con una sonrisa ridículamente convincente en los labios. -Con tus poderes, dudo que te hagan algo- entrecerré los ojos y la miré recelosamente esperando una respuesta.
-¡Fabo, vamos amigo!- insistí. -Tu pijama de los teletubbies va a defenderte en ésta, amigo- dije serio pero no pude evitar soltar una risotada que quebró el silencio sepulcral de los alrededores de la Casa de los Gritos. Observé alrededor como unos niños de primero se empujaban, desafiándose a entrar. -Hasta esos niños de diez años son más valientes que ustedes- espeté aunque sabía que esos niños tendrían once años o doce como mucho. Miré a mis dos amigos esperando una respuesta. Creía que esa comparación iba a desatar su locura aventurera.
Sabino Johnson- Alumno de 7° curso
- Mensajes : 192
Fecha de inscripción : 10/09/2011
Edad : 29
Localización : Ningun lugar.
Re: La Casa de los Gritos (Alrededores)
Y ahí estábamos, muriendo de frío en frente de la temible Casa de los Gritos. Parecía más aterradora en persona que en las imágenes que había visto alguna vez. Tenía en frente la casa más embrujada de todo Londres. Eso era aterrador. Además, estaba toda nevada, cosa que la hacía parecer aún más abandonada. Sabino estaba empeñado en entrar, y no lo culpaba. Con apenas verla daban ganas de meterse y averiguar los secretos que había dentro, y conociendo a un tipo tan curioso como Sabino... Nos volvió a insistir de entrar. Yo no estaba tan convencido, por si llegaba a pasar algo. Se me ocurrió que tal vez vería a Madeleine dentro, nunca se sabía... - Emm, me encantaría entrar, pero ¿y qué si nos encontramos con algo? Está demasiado congelado como para movernos. - comenté, aunque compartía las ganas de Sabino de entrar. No sabía ni siquiera si estaba permitido entrar. La verdadera razón por la que no estaba convencido del todo era que ¿y si le pasaba algo a Jane? También estaba preocupado por Sabino, obviamente. - Acerquémonos y ahí evaluaremos si es lo suficientemente segura para entrar. Aunque por mí acepto, entremos. Parece divertida. - respondí y luego me asaltó una duda. Esa casa es antiquísima, tal vez con apenas pisar un peldaño de la escalera se caiga abajo. Sabino seguía estando emocionado por ir. Todo quedaba a manos de Jane. Nos sobornó con una cerveza de manteca y galletas. - Yo voy, pero también quiero la comida. - contesté y reí a continuación. Para que Sabino invitara debía de estar muy entusiasmado por ir. Trató de darnos ternura, pero eso no funcionaría conmigo. Mi mejor amigo no me podía dar ternura de ninguna manera. - Yo acepto de ir, y no tengo un pijama de teletubbies muggles. - aclaré, para que Jane no pensara que era un completo idiota.
Fabian Strongbolt- Alumno de 7° curso
- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 12/09/2011
Edad : 28
Re: La Casa de los Gritos (Alrededores)
Seguí a mis amigos hasta los alrededores de la Casa de los Gritos. Me quedé observándola fijamente, inspeccionando su arquitectura y ventanas, hasta que Sabino rompió el silencio. Dirigí mi atención a él y abrí muchos los ojos al oír su proposición, al tiempo que levantaba las cejas. Aunque no me parecía una buena idea en lo que respectaba a la seguridad, no podía negar que me moría de ganas de entrar y averiguar los secretos que podría haber escondidos allí dentro - Mmm... - titubeé. Hice una mueca frente al comentario de Fabian, no había pensado en que podíamos encontrarnos algo hasta que lo dijo - Bueno, creo que con toda la adrenalina no tendremos que preocuparnos por el frío, pero... - comenté. Un escalofrío me recorrió la espalda al pensar en lo que podría llegar a haber ahí dentro y me hizo encoger los hombros. Me arrebujé con la bufanda, intentando sentir más calor. Permanecí callada mientras escuchaba la conversación de mis dos amigos, pensando qué hacer. Sabino intentó chantajearnos con comida para que accediéramos y luego fingió ser un niño pequeño. Sacudí la cabeza, riendo.
- No lo sé, yo también quiero ir... Pero es algo peligroso - respondí cuando Saba se dirigió directamente a mí - Y no me llames vampiresa - le recriminé, aunque soltando una carcajada al final. Luego le insistió a Fab. Los dos ya habían aceptado el reto, y faltaba yo por decidirme - De acuerdo, entremos - decidí finalmente, esbozando una sonrisa - Pero tengan sus varitas listas, por las dudas. No sabemos qué podemos llegar a encontrarnos ahí dentro - advertí, y luego pasé por entre los alambres que recorrían el perímetro del terreno. Di un par de pasos en dirección a la construcción y me volví - ¿Vienen? - pregunté a mis amigos, y los esperé allí.
- No lo sé, yo también quiero ir... Pero es algo peligroso - respondí cuando Saba se dirigió directamente a mí - Y no me llames vampiresa - le recriminé, aunque soltando una carcajada al final. Luego le insistió a Fab. Los dos ya habían aceptado el reto, y faltaba yo por decidirme - De acuerdo, entremos - decidí finalmente, esbozando una sonrisa - Pero tengan sus varitas listas, por las dudas. No sabemos qué podemos llegar a encontrarnos ahí dentro - advertí, y luego pasé por entre los alambres que recorrían el perímetro del terreno. Di un par de pasos en dirección a la construcción y me volví - ¿Vienen? - pregunté a mis amigos, y los esperé allí.
Mary Jane Whilmore- Alumno de 7° curso
- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 13/09/2011
Edad : 27
Localización : Londres, Inglaterra
Re: La Casa de los Gritos (Alrededores)
El gran Fabo parecía estar congelándose más que Mary y yo juntos, hasta se le notaba en los movimientos de su cuerpo. ¿Era frío o era miedo? Me permití la duda unos segundos hasta que él mismo disipó la duda rápidamente. Era frío, la terrible combinación de nieve y lluvia hacía que se te helaran los huesos. Claro que la Casa de los Gritos no ayudaba en nada a dejar de temblar. Pero bueno, Fab no dejaba de parlotear acerca de encontrarse con 'algo' y teorías sobre la disfunción de nuestros músculos por culpa del clima gélido. Jane contrarrestó diciendo que por la adrenalina los músculos funcionarían perfectamente, a veces su inteligencia me sorprendía. Parecía una especie de ser superior. Fabian era muchacho que pensaba demasiado las cosas, lo cual era bueno en todas las situaciones menos en las que se necesita ser tan estúpido como para no pensar en lo que estás a punto de hacer. Antes de que pudiera abrir la boca para contestar mi mejor amigo ya estaba proponiendo acercarnos para ver mejor -¡Así se habla, campeón!- exclamé mientras pasaba mi brazo alrededor de sus hombros y miraba expectante a Jane, intentando leer la respuesta en sus ojos antes de que su boca la pronunciara. Al parecer los dos querían ir pero pensaban que era peligroso. -Chicos, ésto no parece ni por asomo el final de nuestros días. No puede terminar mal... Aunque claro, eso es lo que dicen todos antes de morir. Nunca nadie se espera el momento fatídico- Creía que eso ayudaría menos ¡Pero, vamos, no podía aguantarme el comentario! Y en ese momento todos se pusieron en contra mía, una no quería ser llamada vampiresa y el otro decía no tener un pijama de teletubbies. Sí que eran el uno para el otro, los dos negaban lo que eran. Una vampira y un adolescente adicto a la tubipapilla (?)
Y el momento decisivo fue realmente satisfactorio. Jane aceptó entrar y es más, me dejó boquiabierto por la sorpresa cuando la vi encaminarse hacia la Casa como una versión femenina de Colón, el descubridor de América. Una imagen tan surrealista como un cuadro de Salvador Dalí¿O quizás de Vladimir Kush? No, no, difinitivamente era de Max Ernst. Le eché una mirada a Fabo buscando complicidad y nos adentramos juntos por el alambrado caído que segundos antes Jane había levantado para pasar.
La verdad era que mientras más nos acercábamos por el amplio jardín lleno de nieve, más se me iba el aire de los pulmones por la expectación. La Casa era, sin dudas, imponente como ninguna otra. Y para empeorar las cosas, un silencio sepulcral la inundaba. Parecía más un cementerio que una Casa. Le di un empujoncito a Jane de forma divertida para cortar el ambiente tenso y solté una carcajada.
Un extraño ruido, me hizo frenar en seco y sentí como la sangre se me helaba en las venas y me hacían doler las extremidades. Me di vuelta lo suficientemente rápido como para ver como una figura amorfa y negra se acercaba a nosotros y después pasaba volando por encima de nuestras cabezas. ¡Eres tonto Sabino! Era sólo un cuervo y ya te hacías la gran historia de monstruos y fantasmas. Tonto.
Y el momento decisivo fue realmente satisfactorio. Jane aceptó entrar y es más, me dejó boquiabierto por la sorpresa cuando la vi encaminarse hacia la Casa como una versión femenina de Colón, el descubridor de América. Una imagen tan surrealista como un cuadro de Salvador Dalí¿O quizás de Vladimir Kush? No, no, difinitivamente era de Max Ernst. Le eché una mirada a Fabo buscando complicidad y nos adentramos juntos por el alambrado caído que segundos antes Jane había levantado para pasar.
La verdad era que mientras más nos acercábamos por el amplio jardín lleno de nieve, más se me iba el aire de los pulmones por la expectación. La Casa era, sin dudas, imponente como ninguna otra. Y para empeorar las cosas, un silencio sepulcral la inundaba. Parecía más un cementerio que una Casa. Le di un empujoncito a Jane de forma divertida para cortar el ambiente tenso y solté una carcajada.
Un extraño ruido, me hizo frenar en seco y sentí como la sangre se me helaba en las venas y me hacían doler las extremidades. Me di vuelta lo suficientemente rápido como para ver como una figura amorfa y negra se acercaba a nosotros y después pasaba volando por encima de nuestras cabezas. ¡Eres tonto Sabino! Era sólo un cuervo y ya te hacías la gran historia de monstruos y fantasmas. Tonto.
Sabino Johnson- Alumno de 7° curso
- Mensajes : 192
Fecha de inscripción : 10/09/2011
Edad : 29
Localización : Ningun lugar.
Re: La Casa de los Gritos (Alrededores)
Los tres estábamos viendo fascinados la gran estructura que se erguía en frente nuestro. Sabino seguí empeñado en entrar, y yo estaba muy entusiasmado también. Aunque seguía sintiendo una sensación de peligro en mi interior, lo único que hacía era alimentar la curiosidad dentro mío. Sentía completamente que mi cuerpo se había congelado, y que no podría volver a caminar excepto que alguien me pusiera dentro de una olla de agua hirviendo. Pero podía resistir este frío, además estaba bien abrigado, pero mis piernas se había entumecido bastante. Sabino nos seguía dando ánimos para entrar, y sabía que no cambiaría de opinión nunca, y que no pararía de insistirnos hasta lograrlo. Ése es mi amigo, pensé y sonreí para mis adentros. Y se contradecía en una misma oración. Era desordenado hasta para hablar. Reí por su último comentario y dije - No creo que haya nada tan espeluznante como para matarnos, sino la hubieran destruido hace mucho tiempo. Creo. - añadí vacilante. Jane, muy valiente, se encaminó a la casa, y nos preguntó si la seguíamos, desafiante. Yo miré a Sabino, sin creer lo que había hecho, sonreí, y luego la seguí. La casa se hacía más temible en torno a que nos acercábamos, y cuando vi la expresión de horror en la cara de Sabino, abrí grandes los ojos para estar alerta. ¿Ni siquiera habíamos entrado y ya nos había pasado algo?. Luego vi que se suavizó y un cuervo pasando por encima de nuestras cabezas. - Si quieres entrar en la casa de los gritos, verás algo más que un simple cuervo. - comenté y reí a continuación. Sabía que mi mejor amigo no era de asustarse con facilidad. Seguimos caminando hasta toparnos con el alambrado que Jane ya había cruzado, e hicimos lo mismo. La ansiedad se iba apoderando de mí en cada paso que daba.
Fabian Strongbolt- Alumno de 7° curso
- Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 12/09/2011
Edad : 28
Re: La Casa de los Gritos (Alrededores)
- No lo sé - mascullé. No estaba muy segura de que si hubiera algo peligroso dentro de la casa la hubieran destruido, porque en el Mundo Mágico las cosas no se manejaban tan así. Incluso dentro de las inmediaciones de Hogwarts se encontraba el Bosque Prohibido, repleto de secretos y peligros.
Inicié la marcha hacia la imponente construcción, pero luego me detuve unos segundos a esperar a mis amigos. Una vez me aseguré de que me seguían, continué mi camino. Sabino estaba de muy buen humor, incluso me dio un suave empujón en broma. Me uní a sus carcajadas. Sin embargo, me tensé un poco al ver que se detenía bruscamente, pues si bien me esperaba encontrar algo raro en aquella casa, no creía que fuera a ser tan pronto. Me di la vuelta con rapidez al tiempo que sacaba mi varita, sólo para ver como un cuervo volaba por sobre nuestras cabezas. No pude evitar soltar un suspiro de alivio. Le di un golpe en el brazo a Saba - ¡Me hiciste asustar! - le reproché. No me avergonzaba admitirlo, después de todo, él también se había sobresaltado. Reí un poco yo también por el comentario de Fabian y decidí quedarme con la varita en la mano, en lugar de guardarla. Reanudé la caminata hasta finalmente llegar a lo que se suponía era la puerta de la Casa de los Gritos. Estaba completamente tapada, así como las ventanas que tenía cerca - ¡Waddiwasi! - exclamé, apuntando a la puerta y luego a un punto hacia mi derecha. Satisfecha, observé como los tablones que la cubrían salían disparados hacia el lugar que yo había indicado. Uno sin querer rozó a Sabino en la cabeza, lo que provocó una carcajada mía. Me callé al instante, pues en mi opinión convenía ser lo más silenciosos posible. Traspasé el umbral con paso indeciso, haciendo acopio de todo mi valor. Tragué saliva al ver la oscuridad que reinaba allí dentro, además del olor a humedad y rancio que desprendía la madera - Lumos - murmuré. La luz proveniente de mi varita iluminó suavemente la estancia, aunque seguía estando bastante oscuro.
Inicié la marcha hacia la imponente construcción, pero luego me detuve unos segundos a esperar a mis amigos. Una vez me aseguré de que me seguían, continué mi camino. Sabino estaba de muy buen humor, incluso me dio un suave empujón en broma. Me uní a sus carcajadas. Sin embargo, me tensé un poco al ver que se detenía bruscamente, pues si bien me esperaba encontrar algo raro en aquella casa, no creía que fuera a ser tan pronto. Me di la vuelta con rapidez al tiempo que sacaba mi varita, sólo para ver como un cuervo volaba por sobre nuestras cabezas. No pude evitar soltar un suspiro de alivio. Le di un golpe en el brazo a Saba - ¡Me hiciste asustar! - le reproché. No me avergonzaba admitirlo, después de todo, él también se había sobresaltado. Reí un poco yo también por el comentario de Fabian y decidí quedarme con la varita en la mano, en lugar de guardarla. Reanudé la caminata hasta finalmente llegar a lo que se suponía era la puerta de la Casa de los Gritos. Estaba completamente tapada, así como las ventanas que tenía cerca - ¡Waddiwasi! - exclamé, apuntando a la puerta y luego a un punto hacia mi derecha. Satisfecha, observé como los tablones que la cubrían salían disparados hacia el lugar que yo había indicado. Uno sin querer rozó a Sabino en la cabeza, lo que provocó una carcajada mía. Me callé al instante, pues en mi opinión convenía ser lo más silenciosos posible. Traspasé el umbral con paso indeciso, haciendo acopio de todo mi valor. Tragué saliva al ver la oscuridad que reinaba allí dentro, además del olor a humedad y rancio que desprendía la madera - Lumos - murmuré. La luz proveniente de mi varita iluminó suavemente la estancia, aunque seguía estando bastante oscuro.
Mary Jane Whilmore- Alumno de 7° curso
- Mensajes : 252
Fecha de inscripción : 13/09/2011
Edad : 27
Localización : Londres, Inglaterra
Temas similares
» La Casa de los Gritos (Por dentro)
» Alrededores del Palacio de Westminster
» Casa Camberlain
» Casa Fouine
» Casa Thompson
» Alrededores del Palacio de Westminster
» Casa Camberlain
» Casa Fouine
» Casa Thompson
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Abr 15, 2015 11:13 am por John Whilmore
» Sauce Boxeador
Dom Abr 05, 2015 7:02 am por William Franklin
» William John Peter Franklin Clawson
Dom Abr 05, 2015 6:31 am por William Franklin
» Reactivación de personajes
Dom Abr 05, 2015 6:29 am por Percy Weasley
» Anuncios de los Usuarios
Dom Mar 22, 2015 11:07 am por Percy Weasley
» Sombrero...sombrerito... (Katherine McGonagall)
Miér Oct 08, 2014 2:18 am por Katherine McGonagall
» Twilfitt y Tatting
Jue Jun 19, 2014 12:53 pm por William Franklin
» Firmas y Avatares
Sáb Mayo 10, 2014 12:38 pm por Margaret Parker
» Cerberus Borton
Sáb Mayo 10, 2014 12:35 pm por William Franklin