Calle

Estaba mirando mis manos, cuando alguien choco contra mí, tirándome al suelo. La gente comenzó a reírse y yo fulmine al chico con mi mirada, pero sin embargo acepté su mano.- ¿A ti que te parece? me acaban de llevar por delante y se nota que no me viste.-Dije seria.-Por cierto, soy Lindsay- Le tendí mi mano esperando que la estrechase.-¿Tú como te llamas?- Lo miré con una mirada expectante.
- Bueno, ¿Qué andabas haciendo antes de llevarme por delante?- Pregunté para sacar tema de conversación, debería estar muy lejos de la realidad para no darse cuenta de la linda de mi que estaba frente a él, únicamente había conocido a una persona que no lo apreciaba, ese tal Cerberus, que había conocido en la fiesta de profesores a la cuál me había colado. Ese Cerdito apestoso no tenía ni una pizca de buen humor. Sacudí la cabeza librándome de los pensamientos hacia ese mal hombre.-¿De dónde eres?

A ella le disgustó ver a toda esa gente, y me fulminó con la mirada a mí. Ya entendía, "señorita perfecta", otra cosa que detestaba de las personas. Me preguntó que me parecía, y que la habían llevado por delante y se notaba que no la había visto. No, la verdad evito mirar a cerdas por la calle pensé teniendo ganas de decírselo, ya que yo no ocultaba mis pensamientos, siempre decía lo que me parecía, - No, no te vi, evito mirar ese tipo de cosas - le contesté serio. Iba a decirle cerda, pero recordé que era una dama a la que accidentalmente había tirado al suelo. Me dijo su nombre, me preguntó el mío y ¿quién eres?, me tratas mal y luego me preguntas cómo me llamo con todo el humor comenzaba a pensar que era bipolar, aunque era sarcástico, no creía en serio que sea bipolar. - Mi nombre es Raymond - le dije volviendo a meter las manos en mi bolsillo, esta chica no me interesaba en lo absoluto, lo que haga y piense de mí, me valía cero importancia. Me preguntó que andaba haciendo antes de llevarla por delante. La fulminé con la mirada, - Nada, como hice hace dos segundos - le dije de nuevo serio, ya que para mí no había hecho nada. Conociéndola me arrepentía de pedirle perdón, pero era una chica y eso me obligaba a disculparme. Se interesó en mi residencia, no iba a decirle de donde era fácilmente, - De un lugar - contesté sin dar data.

Dijo que se había dado cuenta, la miré a los ojos serio. Comenzó a jugar con el cuello de mi camisa, y me dijo que tenía un bonito nombre, luego se mordió el labio. Para resumirlo, se hacía la sexy. A mi no me parecía muy sexy, digamos que debo escoger bien a la chica para llamarla "sexy", aunque bueno... con Heather es una excepción, ella sí es linda y tiene unos ojos... en fin, de vuelta a la chica. Quité sus manos de mi cuello, no me gustaba que se hagan las sensuales conmigo, eso no me iba ya que me parecía de ramera. En fin, sus manos de mi cuello, y le dije - Sí, me lo han dicho - le dije serio. Me preguntó si no quería saber el suyo, - Sinceramente, no me interesa - le confesé de una, saber su nombre no me importaba, esa era la verdad. Me dijo que todos veníamos de un lugar, y luego me preguntó porque actuaba de forma terca y bla, bla, bla. Solo eran montones de palabras que no me importaba escuchar, al escucharlo puse cara de confundido. - ¿y tú cómo sabes que yo no soy terco? - le dije simple. Me saqué mi gorro de invierno que llevaba con el nombre Shady, me rasqué mi "pelada" y volví a ponérmelo. - Principalmente, actúo así porque bueno, hay muchas cosas que no tolero de la gente, y tu tienes bastantes de esas cualidades. - expliqué.

No sé que diablos estabaNo sé que diablos estaba haciendo al hablar con ese chico, preferí ignorarlo, por lo que di vuelta los ojos- OK.- ¿Cómo se qué sos terco?, bueno mírate un segundo, no contestas a nada de lo que te digo y encima me tratas mal sin siquiera conocerme. – Si no me toleras ¿Qué diablos haces aquí hablando con migo?-Pregunté enarcando una ceja antes de darme la vuelta, cruzarme de brazos y volver a mirar mi manicura, para ignorarlo, ya que lo tenía detrás de mí.

Cuando le hablé de todo, ella pareció enojarse, nuevamente no me importaba en lo absoluto, solo me parecía una caprichosa con histeriqueos, la típica "niña rica". Me preguntó que hacía hablando con ella si no la toleraba, - Pues... te tiré al suelo, y tuve que pedirte perdón, ahí tú te me hiciste la sensual y no me gusta eso - le expliqué. - Ya, ¿qué hacemos hablando?, mejor me voy. - me despedí poniendome mis auriculares para escuchar mi música preferida y seguí en adelante, le grité - Nos vemos - y luego susurré, - O no... - comencé a seguir observando las cosas de allí hasta recibir un llamado. Era de mi padre, me extrañaba que me llamase, me dijo que mi madre se había enfermado y que mi hermana quería hablar conmigo porque estaba muy triste. Yo era muy unido con ella, Zoe era la mejor hermanita para mi y era lo más lindo que yo tenía en este mundo. Comencé a hablar con ella, y algunas lágrimas me cayeron, no podía creerlo, ya sabía cual sería mi próxima canción, pues Zoe... es la mayor fuente de inspiración que yo haya tenido.

- Sí, es preciosa. Lo gracioso es que todos sueñan por ir a Nueva York, yo vivía allí y me mudé - reí. Era una especie de paradoja divertida - Puede que los extrañe un poco en ocasiones, mi madre cocinaba realmente bien. Pero en general no, ya estoy bastante grandecito, aunque de vez en cuando voy a ver sus funciones en los teatros - le dije, y recalqué - De vez en cuando - solté una carcajada y escuché su historia con interés - Oh, entonces, quedaste tan fascinada como yo con el lugar, ¿eh? - comenté. No quise hacer ninguna alusión al matrimonio de su padre porque no me atrevía a preguntarle aún por su madre, ya que acabábamos de conocernos y si ella hubiera tenido la intención de decirlo, lo hubiera hecho - ¿Sí? ¿Es lindo por allí? ¿Cómo es el paisaje? - pregunté.

(Continúa en las Las Tres Escobas)