Zonko

Tienda de artículos de broma, es una de las tiendas más visitadas por alumnos de Hogwarts.

• Tazas muerde-nariz 4 galeones
  
• Bombas fétidas* (Paquete de 4) 3 galeones
  
• Bombas fétidas* (Paquete de 8 ) 6 galeones
  
• Bombas fétidas* (Paquete de 12) 9 galeones
  
• Bombas fétidas* (Paquete de 16) 12 galeones
  
• Jabón de huevos de rana 1 galeon
  
• Dulces de hipotós* (El que lo coma se quedará tosiendo y con hipo durante un largo rato. Conjunto de 4) 2 galeones
  
• Caramelos multicolor* (Hace que la lengua quede de un color distinto cada vez. Conjunto de 4) 2 galeones
  
• Chocolates ruidosos* (Al comerlo, emitirás un ruido de animal u objeto. Conjunto de 10) 4 galeones
  
• Pluma mancha (Al escribir quedan enormes manchas de tinta dificultando la lectura. ¡Perfecta para prestar a un compañero! Avisar por MP a Asistente cuando lo usan, no es reutilizable) 2 galeones
  
• Pergamino invisible (Convierte a la tinta en invisible. ¡No se verá nada! Avisar por MP a Asistente cuando lo usan, no es reutilizable) 2 galeones

*FdR: Avisar al asistente cuando se acaben los paquetes por MP por favor.

Ethan me había invitado a una cita en Zonko, no era un lugar al que solía ir constantemente, prefería otro tipo de negocios, pero como para la primera cita, estaba bien. Hoy había decidido vestirme lo más atrevida posible, pero sin parecer grosera o regalada. Había escogido un vestido color crema hasta un poco más arriba de las rodillas que se ataba detrás de la nuca dejando mi pálida espalda al aire. Mi cabello estaba enrulado y atado en una media cola con un broche de moño. Y por ultimo unos zapatos de tacón color negro haciendo juego con el bolso. Yo no era de arreglarme mucho para un chico, con tal de presentarme en la cita ellos ya estaban felices y encantados, pero Ethan tenía ese no se qué que me impulsaba a hacerlo. Llegué al lugar acordado y allí lo vi, tan atractivo como siempre. Hoy tenía puesto una remera manga corta blanca que marcaba sus lindos abdominales, un pantalón de jean y una muy bella cazadora de cuero. Vi que unas chicas pasaban por delante de el coqueteándole y mis celos se removieron en mi interior. Caminé hacia el y le dije: -¿Qué tal bombón? ¿Listo para nuestra cita?- y le di un pequeño beso en la comisura de los labios.