Vestíbulo

Mary me dijo que me tranquilizara, solté una carcajada -¡No puedo!- exclamé sonriente –Estoy emocionada de verte- dije y reí -¡Mary!- volví a gritar mientras la abrazaba. –No puedo creer que te esté hablando- dije chistosa –Hacía mucho que no nos veíamos- dije y sonreí -¿Rumores, chismes?- pregunté intrigada y con una sonrisa de picardía –Quiero saber todo- bromeé y reí.
Ella me preguntó que hice en Holanda –Bueno, estuve ayudando en casa- le conté –Estuve con mi familia y mi hermana- expliqué sonriente -¿Puedes creer que se le han caído todos los dientes?- pregunté divertida –Ya está grande- dije alegre. Me contó que las horas libres se le hacían aburridas sin mí. –Ow- dije tiernamente. Ella mencionó a Sabino. Los ojos se me abrieron como platos ¡Sabi! ¡Mi lindo Sabi! Quería darle un fuerte abrazo y no soltarlo nunca. Pero, él no estaba allí. Moría de curiosidad por él -¿Y Sabi?- le pregunté a Mary, moría de intriga -¿Cómo ha estado?- le pregunté cada vez sonriendo más -¿Dónde está ahora?- le volví a preguntar y reí. –Muero por saludarlo- confesé con una sonrisa adorable en el rostro. Luego, recordé que estaba hablando con Mary, y que la había extrañado mucho por lo que volví a abrazarla y a exclamar -¡Mary!- para luego soltar una carcajada ante la escena tan exagerada.

-¡Claro que no te equivocas!- exclamé sonriente –He extrañado todo, absolutamente todo- confesé todavía con la sonrisa en el rostro. Me contó que era como si faltara algo mientras yo no estaba. Solté una risita halagada y continué escuchándola. Me contó que había chismes ‘de los que me gustaban’. Comencé a saltar de alegría, si había algo que me gustaba, eran los chismes. Me dijo que se habían formado un montón de parejas. -¡Sí!- exclamé mientras saltaba de la alegría, parecía un canguro -¡Quiero saber todo!- grité –Empieza, vamos- le pedí aún saltando.
Me preguntó cuantos años tenía mi hermanita –10 años- contesté y reí –No es muy pequeña, pero yo la trato como si tuviera cuatro- confesé y solté una risa. –Es muy tierna, algún día deberás conocerla, Mary- insistí con el labio inferior sobre el superior, haciendo cara de puchero. Después, empezó la parte más interesante: ¿Cómo había estado Sabi? Según Mary, él había estado bien, somnoliento, solté una risita ante eso. Me lo imaginaba igual a como lo había conocido, con esa sonrisa hermosa que siempre tiene cuando está divertido. Mary me contó que en ese momento debía estar con ... ¡Nicole! La cara me cambió completamente, ella dijo que era su novia, me dejé abrazar por Mary mientras concentraba mi violencia interna dentro de mí. Hervía de la furia, -¡Dime quien es esa Nicole, inmunda asquerosa roba chicos!- exigí mientras el odio me devoraba -¿Ya se han besado?- pregunté al borde del colapso mental –Describe a esa zaparrastrosa- pedí en susurros llenos de odio. En eso, llegó Fabian. Parecía perdido en el mundo, lo miré fulminante y le dije -¿Y tú no le has dicho que no salga con esa ... esa ...?- terminé la frase con un gruñido. No podía creerlo, simplemente, quería arrancarle los pelos uno a uno a esa Nicole. Ya se las vería conmigo, la destruiría y MI SABINO nunca más la volvería a ver. Bailaría en la tumba de esa profanadora de chicos, esa inmundicia personificada.

Me prometió que ya me contaría todos esos chismes jugosos que sabía. Solté una risa –Muero porque me los cuentes- le conté riendo. Los chismes no se pueden atrasar, deben ser contados en primera estancia. En cuanto a mi hermana, dijo que le encantaría conocerla. -¡Perfecto!- exclamé sonriente. Ya quería que se conocieran. Algún día ella debía ir a mi casa, era una obligación, un deber. Pensé que quizás en las vacaciones podría pasarse por mi casa. Después le contaría sobre eso, pensaba que era muy apresurado invitarla apenas llegaba de allá.
Con el tema de Sabino, ella contó que él no le había dicho nada, ni que se la había presentado. Dijo que había escuchado a dos chicas hablar sobre eso. Me preguntaba quienes eran esas chicas, moría de furia. Me contó que no sabía como estaba su relación en cuanto a besos y eso. Me confesó que se había dado cuenta de que me gustaba hace mucho. Solté una risa, me había relajado un poco eso -¡No puedo esconder mi amor por él!- confesé y reí. Trató de consolarme diciendo que merecía a alguien que también me quisiera a mí, pero, no podía aceptar que Sabino saliera con esa chica. No podía aceptar no tener oportunidad con él. Cuando me descargué con Fabian, ella me pidió que me tranquilizara. Me dijo que se llamaba Nicole Parker. Ese era el nombre de mi enemiga número una, la que debía ser eliminada en pocos segundos. La describió como rubia oscura, teñida, ojos azules y sonrisa extraña. Solté un gruñido, sonaba como una idiota sin cerebro que correría tras él diciendo cosas como: ¡Hay Sabi, bebé, dame un besote! Me enojé bastante al pensar en ello, comencé a rechinar los dientes. La destruiría estaba segura, si la veía, le sacaría los dientes con una pinza y después se los pegaría de nuevo con pegamento. Fabian dijo que se iba y otras cosas en las cuales no pensé porque moría de celos. –Adiós, Fab- lo saludé tratando de sonreír –Mañana hablamos- me despedí.
-Ahora- dije y miré a Mary muy seria -¿Dónde puedo encontrar a la Gatita Carlotta?- bromeé y reí –Nicole Parker- me corregí y sonreí con maldad –Ya verá cuando le enseñe- gruñí sonándome los nudillos –Le dejaré la cara como marmota- murmuré –Cara de hamburguesa le voy a dejar- continué murmurando.

Ingresé al vestíbulo algo cansada, ya era algo tarde y hoy había sido día de mucha tarea. Bostecé al entrar al lugar, estaba pensando en si había hecho la tarea de astronomía bien y luego pensé en mis problemas, igualmente éstos no eran muchos. Creí que a estas horas, no habría nadie y podría reflexionar todas mis cosas sin nadie que haga un ruido y poder estar al fin en paz. Tantos alumnos y personas hablando me dejaban la cabeza explotando. Pensando en que no habría nadie, me di cuenta que dos chicas estaba allí. - Buenas noches, chicas - les sonreí a las chicas que estaban allí. No las conocía, pero tenían un aspecto muy agradable. Una era de Hufflepuff, y otra de Gryffindor. Había notado ver salir a un chico del vestíbulo también de Gryffindor, me pareció raro ver a tantas personas a esa hora, ya que a la noche en el vestíbulo nunca hay nadie. A veces voy allí por la noche antes de acostarme, casi siempre cuando tengo cosas para reflexionar y no encuentro a Hannah para contárselas y pedirle consejos. Ella era como mi mejor amiga, y en todo el día no me la había cruzado, ya la estaba extrañando.

Mary me dijo que tenía que disimularlo frente a él y que ahora con más razón porque tenía una asquerosa novia. Me preguntó si quería perderlo como amigo –No- murmuré mirando hacia otro lado, seguro él me tendría como amiga aunque supiera que a mí me gustaba, no me lo imaginaba eliminando relaciones. Él no era así, era dejado, seguro lo aceptaba y no le importaría siquiera.
Se rió con lo de la ‘Gatita Carlotta’, reí junto a ella. Me rogó que sin violencia –Lo pensaré- dije con la frente alta, ya quería agarrar a esa Nicole, tenía nombre feo, seguro su cara era así como su nombre. Cerré el puño imaginándola, esa teñida de sonrisa fea. En eso, apareció una joven, era bonita y según Mary el premio anual. Nos saludó diciendo buenas noches. No tenía idea de dónde había salido la chica esa, pero había algo en su rostro que me incitaba a deformarlo, reprimí la violencia ya que no ‘debía’ descargarme con cualquiera por mis problemas con ‘Carlotta’. Igualmente, no le devolví el saludo ya que me parecía una persona demasiado hueca como para hablarle, su cara de inútil lo decía todo. Y ahí otra vez las ganas de estamparle la cabeza contra la pared. Era mi instinto de supervivencia pero algo tenía que no me caía del todo. Quizás el tono artificial de su cabello o los labios de morcilla. La miré un rato con mala cara esperando a que dijera algo. Sin duda, no quería ser amiga de ella, con sólo verla tenía ganas de tirarla desde la torre más alta y no ver nunca más sus cejas raras. (NdA: Está enojada por eso le molesta todo)

La rubia de Gryffindor me saludó y me preguntó si era la del premio anual. La miré con cara extrañada, pero también tenía una sonrisa. - No, creo que te confundes con alguien - dije, y luego estiré mi mano para que sea estrechada, - Mi nombre es Nicole, Nicole Beth Parker. ¿Cómo están? - le pregunté a las chicas de allí. Tenían aspecto de ser buenas personas, y a mí como me gustaba hacer amigos, decidí hablarles. - ¿Cuáles son sus nombres? - pregunté sonriendo sociable.
Observé a una de las chicas algo rara, pero ignoré eso porque tal vez era solo error mío. Esperé a que me contestaran. ¿Cuántos años debe tener? me pregunté en la cabeza, quería saber si alguna era de mi curso, si compartíamos clases, tal vez no haríamos amigas. Tenía ganas de ser su amiga, como pensé antes parecían ser muy buenas y por sus caras se podría decir que se notaban divertidas.

Cuando Mary le preguntó a la chica esa, de sonrisa artificial si era la premio anual. Esta le contestó que no, que seguro la confundía con otra. Era obvio que no era el premio anual, con tan sólo ver esa cara de idiota todo el mundo se daba cuenta que para lo único que servía era para lavar platos o algo que necesite ser menos inteligente todavía. En eso, dijo la única frase que no podría haber dicho en toda su maldita existencia. -¿Cómo dices que te llamas?- le pregunté ejerciendo una gran fuerza mientras cerraba el puño, en la voz se me notaba la ira. Si se lo encajaba en la cara (el puño), seguro nadie la reconocería. Esa cara de inútil me fastidiaba completamente. Quería golpearla hasta que desapareciera del mapa, ella sólo sería un recuerdo, un ser pasajero, una cara de hamburguesa. Nos preguntó nuestros nombres, toda la violencia todavía no había llegado a mí ya que me había costado procesar esa información crítica la cual esa idiota me había develado. –Mi nombre es Michel Kross, y seguro te lo acordarás de por vida- gruñí mientras trataba de jalarle del cabello pero Mary con su presencia física no me dejaba. Estiré más la mano, quería tomar por lo menos un pelo de ella y arrancarlo para que sufriera. Comencé a chillar mientras trataba de quitar a Mary del medio. –Muévete o te patearé a ti también el trasero- le advertí mientras fulminaba con la mirada a la idiota de Nicole. Ya me parecía demasiado estúpida para que me cayera bien. El odio se concentró en mi ser, era mi oportunidad. Quería saltar sobre la cara de Nicole hasta hacerle un gran pozo y después venderla como 'dona humana'. También quería meterla en una trituradora y luego dársela a los perros para comer. Quería cortarle la cabeza y hacer un trofeo con ella o mejor aún, tatuarle un bigote. Empujé a Mary con todas mis fuerzas y la mandé a parar a la otra esquina del lugar, y corrí tras la idiota. Me aferré a su cabello y comencé a jalar de él con fuerza -¡ERES UNA IDIOTA!- le grité mientras jalaba con más fuerza -¡YA VERÁS, MALDITA LADRONA!- continuaba gritándole. Podía encajarle una trompada en la cara, y se la dejaba cual puré de zapallo pero aún así no lo había hecho, o quizás después.

Al decir mi nombre, la chica de Hufflepuff pareció muy nerviosa. Tal vez se confunde con alguien que le ha hecho algo pensé algo confundida, por lo que recordaba, yo no le había hecho nada malo a nadie. Me preguntó de nuevo como era que me llamaba, - Ni... Nicole - respondí algo nerviosa. Siempre que tengo miedo o que estoy nerviosa tartamudeo, igualmente, en este momento estaba nerviosa. Ella dijo que su nombre era Michel Kross y seguro lo recordaría de por vida, la miré algo extrañada, - Hermoso tu nombre - traté de ignorar la otra parte para ser algo más sociable. En eso, la chica comenzó a comportarse algo extraña, la Gryffindor trataba de calmarla, miré extrañada a las dos chicas. En lo que Michel le dijo que se mueva o que le patearía el trasero a ella también. Ya, todo era más que raro ¿Qué le había hecho yo? no entendía nada.
De la nada, me agarró el cabello y comenzó a jalar de el. - Oye, ¿qué haces?, lo lamento no recuerdo, ¿te he hecho algo?, porque en verdad no recuerdo haberte hecho algo - dije mientras separaba sus manos de mi cabello. Traté de no enojarme, tal vez me confundía con alguien que le ha hecho algo y se quiso vengar, así que no me enojé. Ella me gritaba que era idiota, y maldita ladrona. Yo la había vuelto a mirar extrañada, pero luego surgió la teoría de que seguramente me confundía. Ya, había separado las manos de mi cabello y dije - Lo lamento... no te recuerdo, debo irme, nos vemos. - saludé a cada una y traté de sonreírles. Salí de vestíbulo totalmente confundida.

La idiota de Nicole, me afirmó lo que no debía. Sí, era la estúpida hueca de Nicole. Quería partirla en pedazos pequeñísimos y esparcirlos por el campo, para que nadie nunca pueda volver a ‘reconstruirla’. Para que nadie haga revivir a tal asqueroso ser, a esa boba de mirada vacía. Dijo que mi nombre era hermoso. Bufé mientras miraba hacia otro lado, que dijera eso no iba a hacerme cambiar de opinión acerca de ella. Era tonta y ladrona, algo que es imperdonable.
Mientras jalaba de su cabello, la idiota me preguntó que era lo que había hecho. Pues, nacer era la respuesta. Ella me había arruinado el amorío de mi vida entera cuando no estaba presente. ¿Tanta mala suerte tenía que tener? Lo peor era que ni siquiera me había cruzado con Sabino. Ya iba a hablar con él, pero con dulzura, nada de tirarle las orejas o algo por el estilo. Mary trataba de calmarme aunque era algo imposible. Tomé ese mechón teñido con fuerza y tiré de él hasta el hartazgo. Ella estaba muy tranquila. Le estaba arrancando la peluca y ella sólo decía que ‘lo lamento’ o ‘debo irme’. Parecía una estúpida. Quería escupirle la cara pero simplemente no lo hice porque era demasiado vulgar. Luego de que ella se separara de mis jalones se retiró como una estúpida zombie sin cerebro. -¿Eres idiota?- le pregunté en tono bajo –No hay persona más estúpida que esa chica, no puedo creerlo- continué diciendo por lo bajo pero con bronca. Tenía la mirada en llamas, quería rebolearle un sillón por la cabeza y estaba segura que podía hacerlo. Me paré derecha, con la frente alta y comencé a caminar en alguna dirección que desconocía –Mary, acompáñame- le dije mientras iba al lado contrario que la inútil. En ese instante comencé a hacerme la arrogante enojada.Me senté en el piso y miré a Mary esperando a que me dijera algo interesante. –Ya la agarraré con más fuerza, pienso cortarle el pelo con una tijera- le conté a Mary y sonreí con maldad. Qué chica mala, pensé en referencia a mí y solté una risa.

Mary comenzó a reír cuando la idiota de Nicole había desaparecido. La miré un rato con la risa contenida, porque no quería reírme pero Mary tenía una risa demasiado contagiosa como para resistirse. Contestó a mi comentario diciendo que quizás ella no era muy inteligente o que quizás no había actuado así. Ella me siguió cuando me senté en el piso y también se sentó cerca de mí. Dijo que habría miles de chicos más interesantes que Sabino, y que había chicos más lindos. Me dio el ejemplo de Ethan. La miré sorprendida ¿Ethan? -¿Quién es?- le pregunté olvidando todo el odio interno -¡Cuéntame ahora! ¿Es tu novio? ¿Cuándo se conocieron? ¿Ya hablaron?- la llené de preguntas hasta el tope. Pasados unos minutos moría de sueño, demasiada energía perdida en la pelea. Decidí que era mejor que me fuera a dormir. –Mary, discúlpame pero muero de sueño- dije divertida –Luego hablamos, ¿Sí?- la saludé con un abrazo. Mientras me iba le grité -¡SI LA VEO DE NUEVO, LA DEJO COMO HAMBURGUESA!- y corría hacia la sala común a dormir mucho.

acababa de salir de la biblioteca y de hacerle la proposición a Charlie, la cual me acepto alegremente y que no esperaba ciertamente un sí por respuesta. Todavía no tenía sueño y mucho menos ganas de ir a la sala común, por lo que me quede rondando por los pasillos y sin saber como termine en el vestíbulo del gran salón. Dios Paul, te has metido en un buen lió! pensaba para mis adentros de novio con una chica de cuanto catorce años, eso si que es caer bajo.

Corrí tras ella, cuando me hizo señas de que la siguiese, sabía que algo no andaba bien, pues Holly, era un poco misteriosa y mentirosa, una buen Slytherin. En fin, la seguí hasta ver que allí estaba el chico con el que Charlie salía. Holly lo abrazó y besó. Mi cara se transformó en un tomate, porque había besado a mi chica y además ¡estaba engañando a Charlie con ella! ya que Holly dijo que lo había extrañado. Me acerqué a él caminando rápido, cerrando mi puño. Lo agarré del cuello de su remera y recibió un gran puñetazo en el ojo de mi parte. La miré a Holly con odio, y me retiré sin decir nada.

Estaba realmente tranquilo, cuando una chica se abalanzo sobre mi y me besó, lo cierto es que ni la conocía y ya ella decía que me extrañaba. No entendía nada en lo absoluto-¿Que diablos estás haciendo?- le dije separándome de ella cuando recibí un puñetazo en mi cara. Lo miré sin entender y luego supuse que debío de ser por la chica que tenía en frente, él se marcho sin decir nada.- Quien eres y que es lo que acabas de hacer. tengo novia.-Apreté mi mandíbula enfurecido, seguro que Charlie se iba a enterar gracias a ese imbécil.-No te... No te pego únicamente porque eres mujer, sino saldrías de aquí con un ojo morado como mínimo.- Me dí la vuelta y salí enfurecido.

No correspondió mi beso, pero igualmente solo tenia que parecer que nos estábamos besando. Todo pasó muy rápido, el me aparto y Ethan le dio un buen puñetazo en la cara, me fulmino con la mirada y luego se fue sin decir palabra- Te juro que lo siento, no tenía idea de que tenías novia.- dijo que no me pegaba porque era chica y eso me hizo quedar paralizada- Enserio, perdóname.- Dije antes que se marchara. Una vez que me encontraba sola entendí lo que había hecho y me largue a llorar.