Pasillos Secundarios

Penetré por los pasillos secundarios, no tenía mucho que hacer, asique me quedé paseando por aquí. Estaba esperando encontrarme con alguien para poder hablar, ya sea con Elliot, o con Nicole; hacía mucho tiempo que no hablaba con ella, quería que me cuente algo de su vida. Yo le quería contar que me había besado con el profesor Camberlain, quería ver su cara de sorpresa.
Me quedé parada en un extremo de los pasillos, y comencé a buscar a alguien. Nadie estaba allí. Esperé unos segundos, para ver si alguien aparecía.

En eso, una chica pelirroja con rulos, bajita y flaca, se acercó a mí. Pude notar que se dio cuenta de que estaba esperando a que alguien llegara, y me lo preguntó. Como no era específico a quién buscaba, le respondí sinceramente, -A nadie, estaba parada aquí, sin saber qué hacer- le expliqué. Ella parecía algo confundida, pero agradable. Sentía que había encontrado a una amiga, aunque recién nos habíamos conocido. Quería seguir hablando con ella, entonces me interesé por su nombre. -¿Cómo te llamas?- le pregunté agradablemente, -Yo me llamo Hannah Parker- le expliqué, -, tal vez ya viste a mi hermana gemela, Nicole Parker- le expliqué, -Ella es igual a mí, por eso somos gemelas- le expliqué, y solté una risita. No quería que paresca que la estaba tratando de tonta, asique le sonreí.

Entré a los pasillos secundarios. Me encontré con dos chicas ahí, que estaban paradas en el medio del camino hablando. Yo no las conocía, así que decidí hablarles. Me acerqué a ellas lentamente, y con voz amable les dije -Hola, ¿cómo están? Yo me llamo Fabian Strongbolt. ¿Y ustedes?- les pregunté amablemente. Ellas parecían amigas, aunque no sabía si lo eran de verdad. Pero era claro que se conocían, o al menos se acababan de conocer. Me sonaba familiar la cara de la más alta. Sentía que ya la había visto. Sentía algo raro, como si no me pudiera acordar de algo. Tal vez ella cuando se presente me diga que ya nos conocíamos o algo así. En cuanto a la otra, nunca la había visto, y eso lo tenía bien claro. Aunque nunca se sabe, hay veces que puedo llegar a ser algo distraído, pensé, no eso nunca ha pasado, repuse en mi mente.

Ella me dijo su nombre; Lola. -Bonito nombre- le dije a Lola. Yo amaba ese nombre, y se lo quería poner a mi hija si alguna vez tenía una. Luego, noté a Lola algo triste. No sabía qué le pasaba, y no le iba a preguntar porque seguramente era un asunto personal.
En eso, un bonito chico de ojos celestes que resaltaban en su rostro, se acercó a nosotras. Él parecía muy bueno. Se presentó ante nosotras, y se interesó en nuestros nombres. Yo le respondí con gusto. -Soy Hannah Parker. Tal vez te hayas encontrado alguna vez con mi hermana, Nicole Parker, que es igual a mí; somos gemelas.- le expliqué al chico, que parecía algo confundido.
Por un momento, él se quedó algo pensante. Y Lola parecía estar mirándolo de forma tierna.
Ella se presentó con él. Yo, para hacer conversación, decidí preguntarles -¿Qué les gusta hacer?- con una sonrisa grande en mi rostro.
Lola me caía bien, y aunque es algo apresurado, ella se había convertido en mi amiga, y se había ganado mi confianza, ya que parecía una chica tímida y tierna. Como pude notar, era Hufflepuff.

Entendí todo cuando Hannah dijo que tenía una gemela. Seguramente yo la vi a su hermana, por eso la cara me sonaba tan familiar. Ella parecía muy buena, y quería tener el placer de hablar con la hermana. Iba a ser raro seguramente hablar con una persona que tiene un clon, o al menos eso pensaba yo. Me imaginé a mi mismo hablando con las dos, y ya que puedo llegar a ser un poquito distraído, me confundía los nombres. Reí entre dientes, y bien bajito a tal punto que solo se veía una sonrisa en mi rostro.
Lola, era muy buena también, y era muy tierna. Ella parecía encantada de hablar conmigo, como si no conociera a nadie más que a mí, y obviamente a Hannah. Había tomado un poco de confianza con las dos, ya que eran muy adorables. Noté que Hannah era de Gryffindor por su tunica, y que Lola pertenecía a Hufflepaff.
Luego, Hannah nos preguntó a mí y a Lola qué nos gustaba hacer. Lola le respondió que le gustaba estar con sus amigos y otras cosas más, yo no sabía exactamente qué me gustaba hacer, así que le respondí -No lo sé, me gusta hacer todo. Me gusta sentir adrenalina, y me gusta estar con amigos. Adoro reír y hacer bromas- le contesté, indeciso. -¿Y a tí?- le pregunté con interés.

Lola y Fabian me contestaron. Lola dijo una típica respuesta Hufflepuff y Fabian una típica respuesta Gryffindor. Ellos eran muy buenos conmigo, y yo intentaba ser buena con ellos.
No se si estaba equivocada, pero parecía que a Lola le gustaba Fabian. Igualmente, Fabian era muy guapo, y era el chico más lindo que había visto en Hogwarts, pero nadie superaba a Elliot. Me había enamorado de él. Aunque me sentí mal cuando lo besé, pobre de Margaret, porque al final él es su novio, y él la ama a ella. Si alguna vez cortaban, ahí iba a tener oportunidad, aunque iba a seguir luchando igualmente.
Volviendo al mundo real, Fabian me había preguntado qué me gustaba hacer a mí, yo tenía la respuesta clara; -A mí me gusta estar con mis amigos. Aunque molestar a mi hermana también me encanta- le expliqué, -Pero aún no viste mi lado valiente- le expliqué, haciéndole una broma. Solté una mini-carcajada.
No sabía qué decir, las palabras se me había agotado. Quería hacer conversación, entonces pregunté lo primero que se me vino a la mente. -¿Qué hay de sus vidas?- les dije, sonriéndoles.

Estaba entretenida la conversación. Me agradaban ambas chicas. Las dos parecían muy buenas. Luego, me puse a pensar en Jane. Quería que ella estuviera aquí. Pero bueno, estas dos chicas me caían bien, tal vez íbamos en el camino de la amistad. Lola parecía algo nerviosa. No entendía por qué. Pero decidí ignorar su nerviosismo, tal vez le daba vergüenza hablar conmigo. Tal vez tenía algo en el diente y no me había dado cuenta. Reí por mi estúpido comentario en la mente.
Hannah nos había perguntado qué era de nuestra vida. Lola contestó que era aburrida. -Aquí en Hogwarts, te aseguro que nada te va a aburrir- la consolé. -Mi vida tiene un poco de todo. Es muy difícil de explicar.- le respondí a Hannah. -¿Y la tuya?- le pregunté, ya que de verdad me interesaba.
Lola nos había preguntado nuestra edad. Yo con gusto le respondí -Dieciséis- le respondí, -¿Y tú?- le pregunté, tratando de ser lo más amable posible. En eso, mi herida me empezó a doler. Le tendría que haber hecho caso a Jane e ir a la enfermería antes, me reproché. Pero luego el dolor se fue calmando, hasta que casi no se sentía. Igualmente, palpé la herida con mi mano, para haber si se había habierto. Todo estaba en su lugar, no me salía ni una pisca de sangre.

Los dos me respondieron. Esta charla se estaba poniendo interesante. Todo estaba genial. Lola me dijo que estaba aburrida, y Fabian me sacó las palabras de la boca cuando la consoló. Parecía que me había leído la mente. Lo miré y le dediqué una sonrisa amistosa. Cada vez me estaban cayendo mejor los dos. Eran muy amables conmigo. Mi sonrisa se amplió para los dos. Luego de que Fabian me respondiera, él me preguntó lo mismo a mí. -Es un poco parecida a la tuya. Tengo a mi hermana Margaret que es algo rara, y mi amante; que no voy a decir.- le respondí y rompí a reír.
Al cabo de dos segundos, Lola nos preguntó la edad. Fabían le respondió al toque. Él tenía un año menos que yo. -Diecisiete- le respondí, -, en Julio de este año voy a cumplir dieciocho- le expliqué. Adoraba tener diecisiete. Me sentía una persona mayor; mejor dicho, lo era. Otra vez Fabian me había sacado las palabras de la boca. Él le preguntó a ella la edad. Yo reí muy bajito, para que nadie me escuchara.

Lola dijo que tenía quince años. Era muy tierna. Me estaba cayendo muy bien. Aunque ella parecía algo nerviosa. Yo non sabía por qué, pero no le iba a preguntar en frente de Fabian, quién sabe, tal vez se traba de él. Al pasar el tiempo, me di cuenta de la forma que ella lo miraba a él, que le gustaba. Por eso estaba nerviosa, entendí finalmente. Fabian era muy guapo, pero no me gustaba del todo. Además, se lo iba a dejar a Lola. De seguro ella iba a estar pensado, "¿Querrá salir conmigo? ¿Le agradaré? ¿Tendrá novia?. Yo la iba a ayudar, ya que no era muy vergonzosa, y más si a mí no me gustaba el chico. Para aliviar sus supuestas dudas por mí, les iba a preguntar a los dos si tenían novia. -¿Cómo les va en la vida amorosa? Si me lo preguntan a mí, voy en barranca abajo- les pregunté riendo.
Me los podía imaginar en la cabeza, cuando estén juntos. Ellos iban a lucir muy bien de novios. Igualmente, me estaba apresurando, apenas se conocían, y yo ya me estaba imaginando a Fabian en la boda. Reí a causa de mi estupidez, lo más disimuladamente. Estaba callada, esperando atentamente su respuesta.

No podía dejar de ver a Lola. Yo la notaba muy nerviosa. Tal vez era porque la estaba mirando. Decidí comenzar a mirar a Hannah. Lo iba a hacer turnado. Oh si Fab, tienes la mirada intesa, bromeé en la mente. Carcajeé muy leve por mi pensamiento. En ese instante, Hannah nos preguntó indirectamente si teníamos novio/a. ¿Por qué todos preguntan lo mismo? me pregunté confundido. -Emm... Esto... No- le respondí. Me sentí algo incómodo respecto a esa pregunta. Recién nos conocíamos. Creo que la confianza se gana más rápido de lo que creía, pensé. No me había enojado igualmente. Tal vez esa pregunta ahora era común y yo no me había enterado.
En fin, volví al mundo, y dejé de pensar en "la pregunta". Traté de distraer la atención de mi respuesta, asique les pregunté algo; -¿Dónde viven?- les pregunté, aunque era algo estúpido. No sabía de qué hablar. Ambas chicas me estaban cayendo bien, sentía que íbamos a poder ser amigos. De seguro se iban a llevar bien con Jane, ya que se parecían de personalidad a ella.

Los dos respondieron mi pregunta, aunque Fabian no pareció muy cómodo al responder. Parecía como si le molestó que le hubiera preguntado eso. Ambos estaban solteros. Me alborocé al enterarme que Fabian no tenía novia; ahora Lola iba a tener más oportunidades. Aunque quién sabe, tal vez yo me estaba confundiendo, tal vez a ella no le gustaba y yo quedé como la indiscreta que les preguntó si tenían novia. No me importó. Para confirmarlo, la miré a Lola. Ella lo estaba mirando a él. Según yo, a ella le gustaba Fabian, o al menos eso parecía en la forma de observarlo. Parecía como si le estuviera prestando mucha atención. Yo di un insignificante paso hacia atrás, sin razón en particular. Luego, Lola nos hizo una sola pregunta, con muchas interrogantes dentro. -Si y sí.- afirmé, mientras que a la vez asentía con la cabeza. Luego, Fabian nos preguntó de dónde éramos. Lola dijo que se encontraba en Nueva York, pero que había nacido en California. -Yo nací en Nueva York, pero ahora vivo en Londres con mi hermana.- les expliqué. -¿Y tú?- le pregunté a Fabian, con una sonrisa en el rostro.

Hannah se quedó pensativa unos segundos. Luego me sorprendió cuando dio un paso hacia atrás. Yo la miré extrañado, pero disimuladamente. Lola seguía mirándome con atención. Todavía no lo comprendía.
Las dos chicas me contestaron. Faltaba que Hannah diga que ella vive en California para que sus respuestas sean antónimas. Cada una me especificó dónde nació y dónde vive actualmente. La respuesta de Lola me extrañó un poco, yo creí que ella iba a vivir en Londres, ya que Nueva York quedaba muy lejos de aquí. Fruncí en entrecejo. -¿Con quién vives en Nueva York?- le consulté a Lola. En ese momento, Hannah me preguntó dónde vivía a mí. Mi respuesta era muy sencilla. -Nací en Londres y vivo en Londres- le respondí a Hannah. -¿A qué curso van?- les pregunté a ambas chicas. Luego, me dí cuenta de que la pregunta era muy absurda, ya que me habían dicho anteriormente sus edades. Yo traté de tapar la atención de mi estupidez, respondiendo rápidamente la pregunta inesperada que Lola nos había hecho. -Si, me gusta hacer ambas cosas- le contesté y luego le sonreí.

Fabian pareció extrañado cuando Lola le dijo que vivía en California. Me había cuenta cuando frunció en ceño. Y mi suposición se completó cuando él le preguntó a ella con quién vivía. Ella le respondió lo obvio; con sus padres. Ella le devolvió la pregunta. Yo me quedé callada, mientras que ellos charlaban entre ellos. Escuche toda la conversación atenta.
Luego Fabian nos había preguntado a qué curso íbamos. Yo reí al igual que Lola. Era obvio que por nuestra edad nos asignaban el curso. En ese momento me di cuenta de que Fabian era un poco distraído. Carcajeé levemente con mi suposición. Nadie le contestó, ya que él lo tapó rápidamente contestándole a Lola lo que ella le había preguntado. Qué bobo, bromeé en la mente.
En eso, Lola nos preguntó nuestros Hobbys. Yo no tenía uno en específico. -Nunca me lo había puesto a pensar. No lo sé, creo que no tengo- titubé ante su respuesta.
Pude notar que ella le estaba mirando sus brillantes ojos azules. Eran muy hermosos los ojos de Fabian. Estamos interrumpiendo todo el paso, medité, ahh, que más da... Pensé despreocupada. Lo único que me importaba en ese momento eran ambos chicos.

Ella me respondió razonablemente con quién vivía. No podía creer que había sido tan estúpido por preguntarle eso. Era lo obvio. Ella me devolvió la pregunta. Yo le respondí algo vergonzoso -Con mi padre- y esperaba que no me pregunte qué me pasó con mi madre. Aunque si me lo preguntaba no me iba a enojar. Entiendo que es extraño que alguien diga con mi padre, y no con ambos. Hubo un pequeño intervalo luego de su pregunta. Pero el silencio se rompió cuando nos volvió a preguntar algo. Nos había preguntado cuál era nuestro Hobby. Hannah le dijo que no sabía. Yo estaba en la misma situación que ella; nunca me lo había puesto a pensar. Me quedé dudoso unos segundos, tratando de hallar un Hobby, pero no lo encontré. Yo hacía de todo. -Igual que Hannah, aún no tengo Hobby. Hago de todo.- le respondí y reí. Como nadie le había preguntado el suyo, lo iba a hacer yo. -¿Y el tuyo? ¿Cuál es tu Hobby, Lola?- le pregunté mientras que miraba sus ojos y ella los míos. En un momento, no sabía por qué, pero miró al techo. Tal vez había visto una lechuza o algo así. Un duendecillo de Cornualles tal vez. No me importaba realmente. La miré a Hannah unos segundos. Ella tenía una sonrisa en el rostro, no sabía por qué. Decidí ignorar su sonrisa.

Me había olvidado de preguntarle a Hannah su hobby, pero Fabian se encargó de hacerlo por mí. Ella respondió algo muy particular. Todo lo que tenía que ver con lo artístico. Ella me daba mucha ternura. Eso era lo que decía yo cuando tenía catorce años, aunque nunca lo había hecho realmente. No sabía qué decir. Me sentía algo incómoda, ya que ambos se miraban muy apasionadamente, o al menos eso notaba yo. Estaba en el medio de un posible futuro amor. Me los quedé mirando enternecida. Ella parecía muy enamorada de él. Aunque había veces que miraba al techo. No sabía por qué. Tal vez es para distraer la atención, titubeé. Me di cuenta que ella notaba cuando me reía, ya que en una de mis carcajadas se tentó y comenzó a reír junto a mí. Fabian parecía desconcertado. Era bastante distraído, o al menos eso daba a notar. Yo le sonreí, para que no se diera cuenta de que lo estaba criticando en la mente. Aunque fuera así, me caía bien, parecía ser dulce y buena onda; dos cosas principales en una amistad según yo. Los miré a ambos por un segundo. Lola seguía mirando el techo. Yo me puse al lado de ella, a mirar lo que ella veía -¿Qué estás viendo? ¿Hay un soplido enano volando y me lo perdí?- le dije de broma a Lola y rompí a reír.