Andén 9¾

Plataforma desde la cual parte el Expreso de Hogwarts hacia la estación de Hogsmeade y en la cual arriba el mismo Expreso que viene desde la estación de King's Cross.

Traspasé la pared para llegar a la plataforma junto con mi hermana y recorrí con la vista el lugar, triste y emocionada al mismo tiempo. Por un lado no quería separarme de Sophie porque era la única persona que me quedaba en el mundo, ni siquiera amigos tenía. Pero también sabía que ella estaba encantada de ir y conocer otros magos, y me ponía contenta el hecho de que fuera a ser feliz. El tren ya estaba por partir así que abracé a Sophie con todas mis fuerzas y le sonreí.
- Espero que la pases genial allí y aprendas muchas cosas. Pórtate bien, haz amigos y realiza los deberes - aconsejé como si fuera su madre, porque yo era lo más cercano a algo así que ella tenía - Y... bueno... - miré hacia otro lado, avergonzada por lo que iba a pedirle. Tragué y respiré hondo antes de continuar - Me gustaría que tuvieras cuidado con ese Kellieth... No sé si está muy bien de la cabeza. No parecía tener mucho control de su cuerpo el otro día y además no parecía estar fumando un cigarrillo solamente, porque al terminar uno sacaba otro y así sucesivamente, lo cual no es normal. No digo que sea una mala persona, sólo ten cuidado con él - repetí y esperé que no se pusiera en plan capricho con respecto a ello - Y ni se te ocurra probar uno - advertí, más seria ahora.

Traspasé la pared en dirección al anden 9/3 junto con mi hermana Heather, un viejo tren esperaba a que subiera dispuesto a partir en cualquier momento. No quería pensar que ya no vería a mi hermana por un tiempo bastante largo. Me abrazó y le se lo devolví con más fuerzas, me dijo que la pasara genial y que haga amigo y luego el discurso de que tengo que estudiar y hacer los deberes.- No te preocupes, haré lo que tenga que hacer ¿si?-Le dije con tono tranquilizador. Habló de que debía tener cuidado con Kelly, definitivamente a ella no le gustaba el chico. Me dijo que tuviera cuidado y que me cuidara ya que no parecía estar controlado en sus acciones-No te preocupes, es solo un amigo- Volvía decir en tono tranquilizador- Me cuidaré de él ¿Si?, no me va a tocar un pelo- dije más en broma pero me volví a poner sería al ver que a ella no le hacía ni pizca de gracias. Se puso más seria de lo que ya estaba y me dijo que no probara ni uno, pero entendí a la perfección de lo que se refería.- No los probaré- Le afirmé- y mándame alguna carta, te las responderé con la lechuza del colegio, quiero saber de tí.- Le ordené más que darle la opción, el tren anunció la partida y la última posibilidad de subir para partir- Te quiero- La abrasé lo más fuerte que pude y me subí al tren ubicándome en una ventanilla y saludándola.

- Sí - asentí con la cabeza y le sonreí. Intentó tranquilizarme diciéndome que solo era un amigo y yo traté de creerle con todas mis fuerzas, aunque no me parecía que eso no era precisamente lo que él quería por la forma en que la había mirado el día anterior - Lo sé - respondí finalmente. Suspiré aliviada cuando prometió no probar los cigarrillos y dejó de preocuparme tanto el hecho de que se juntara con ese chico - Confío en ti - afirmé con una ancha sonrisa.
- ¡Oh! Me estaba olvidando - exclamé de pronto - He guardado en tu baúl la jaula para una nueva lechuza que te he comprado... Por supuesto, he tenido que reducirla un poco, pero volverá a su tamaño original apenas la saques. La lechuza irá volando más tarde. Te la había comprado como regalo ayer y no me acordé hasta recién - le dije.
Finalmente comenzaron a llamar a los pasajeros para abordar el tren y Sophie se despidió de mí con un abrazo que le devolví con ternura - Yo más - susurré - Y te extrañaré muchísimo - le aseguré mientras sonreía - Así que no olvides escribirme - La dejé ir y cuando ya estaba arriba del tren, me quedé observándola buscar un compartimiento y la saludé con la mano por última vez. Cuando el tren dobló una esquina y desapareció de mi vista me fui de la estación, entristecida por la partida de mi hermana, en dirección a casa.

Faltan quince minutos, pensé. Las clases había pasado muy rápido, ya estábamos en Pascuas y que mejor ocasión para pasarla en familia en nuestra bella casa en Londres. Me moría de ganas de ver a las chicas. A pesar de que vivía en Hogwarts con ellas, había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos habíamos visto, especialmente con Kath, ya que yo había estado con algún que otro resfriado y me había ausentado. Impaciente, me incliné leventemente sobre el andén para asegurarme si el tren estaba por llegar.

Bajé del tren ansiosa por ver a mi madre, en cierto modo aunque no estaba del todo acostumbrada a vivir con ella la extrañaba. Y ni hablar de mi padre, pero sabía que a él no lo vería por un tiempo largo. Me hice a un lado para que el resto de los alumnos pudiera seguir bajando mientras que yo buscaba con la vista a mi madre, que me había dicho que iría a recogerme a la estación. Finalmente la localicé a un par de metros y me acerqué con rapidez.
- Bonjour maman! - saludé, al tiempo que la abrazaba. Además le di un beso en cada mejilla, muy al estilo francés - ¿Cómo has estado? - le pregunté y sonreí - ¿Ha bajado ya Katherine del tren? ¿Podemos irnos ya a casa? La he echado de menos... - comenté con nostalgia.

Cuando bajé del tren, mi tía ya estaba allí. Me bajé unos minutos después de Mary Jane, porque me había quedado buscando unas cosas que se me habían caído durante el viaje. Me paré atrás de Jane, y ella comenzó hablar muy raro. Me pude dar cuenta de que estaba hablando francés, y luego recordé que ella venía de Francia. Era muy loco ser bilingüe, debía de estar bueno. Aunque no se le entendía nada, solo entendí mi nombre pronunciado con el acento francés. -Hola tía Elisabeth- la saludé y me até el pelo con una gomita que tenía colgada en la muñeca. Me había hecho una cola de caballo alta.

Luego de buscarlas por un rato entre la multitud logré visualizar a Jane. Me acerqué con paso veloz a ella. - Ma fille - Dije mientras le devolvía el abrazo y la besaba en las mejillas - Muy bien, ¿Y tú? Quiero que me cuentes todo lo que me he perdido. Kath... No la he... O mira, ahí viene. - Me acerqué a Kath para saludarla. Esta vez deje el francés de lado ya que sabía que no lo entendía. - Cariño - Dije mientras me acercaba para abrazarla - ¿Cómo has estado? - Le pregunte dulcemente. - Chicas, ¿ya tienen todo? ¿Ya podemos irnos? - Dije ya con ganas de ir a casa.

- Perfectamente - repliqué - Ya en casa te pondré al día - le prometí. Me volteé para ver a Kath que se acercaba y le dediqué una sonrisa, ya que pensaba que no le agradaría el contacto físico conmigo. Mi madre, en cambio, la abrazó, pero claro, era la tía. Yo solo era la prima con la que se había visto obligada a vivir, y que además era de la casa enemiga - Sí, yo ya tengo todo, mamá - contesté en inglés para no dejar a Kath fuera de la conversación. El hecho no me molestaba en lo más mínimo porque consideraba ambos idiomas mi lengua madre, aunque el francés un poquito más que el inglés tan solo porque lo había hablado durante toda mi niñez con mi madre y mis conocidos, exceptuando a mi padre. Salimos de la plataforma, cruzamos la estación y nos fuimos a casa. No aguantaba las ganas de llegar.

Mi tía también le contestó en el idioma deforme. Le sonreí y ella vino, me abrazó y por supuesto, me preguntó sobre mi estado. -Bien, feliz de 'volver' a casa- le conté y le sonreí más grande. Luego, Jane volvió a hablar un poco en francés y se calló, para luego continuar hablando en inglés. Me dio curiosidad por saber de lo que estaban hablando, pero me distrage con otra cosa y me olvidé rápidamente del tema. Luego, nuestra tía nos hizo una pregunta comunal. -Si, ya podemos irnos- le respondí y agarré el mango de mi maleta.

Mucho tiempo había pasado desde la última vez que había estado en esta estación. Tantos recuerdos, tan alegres. Parecía ayer cuando me encontraba temblando como una hoja a punto de tomar mi primer tren hacia Hogwarts. Los nervios me invadían en ese entonces. Pero mi turno quedó en el pasado, mucho tiempo atrás. Ahora, estaba de vuelta, esperando en la estación para recibir a mi hija. Mi Jane, mi niña. Habían pasado meses desde la última vez que la había visto. Debía estar tan hermosa como siempre, con su sonrisa inigualable. Esperaba que mi carta anunciando mi arribo a la ciudad hubiera llegado a destino, nunca recibí una respuesta. Sin embargo eso no importaba. En cualquier caso, sería una encantadora sorpresa.
Un poco impaciente me acerqué al andén para divisar mejor. Todavía no veía nada asomarse. Tal vez había llegado demasiado temprano, producto de la emoción. Miré mi reloj. Era cierto. Pero todo valía la pena por ver a mi hija nuevamente. Me relajé un poco. Ya llegará, pensé.
¿Que habrá sido de su vida? ¿Cómo la estará pasando aquí?, me preguntaba en mi mente. Había sido un año complicado para ella, muchos cambios en poco tiempo. Pero sabía que no era duro. Seguramente se había adaptado a la escuela y había hecho varios amigos. Su dulzura probablemente la ayudó en esto último. Sin embargo, quería oírlo salir de su boca.
¿Y Lizzie? Desde nuestro divorcio nos borramos de nuestras vidas. Personalmente, no porque yo quisiera. Supongo que en estos casos la distancia complica la situación.
Abandoné mis pensamientos. Un ruido me volvió a la realidad. Un ruido de locomotora acercándose...

El tren arribó en la estación y yo, con cierta dificultad, bajé mi baúl de la rejilla. Me asomé al pasillo y vi que estaba atiborrado de gente, por lo que esperé unos minutos a que se vaciara un poco. Descendí del tren con una sonrisa y busqué a mi madre entre la multitud, no podía esperar para irme a casa y echarme una buena siesta. Si bien iba a extrañar Hogwarts, estar de vacaciones era en extremo relajante y divertido. Divisé a mi padre unos metros más allá, y casi solté el equipaje por la sorpresa. Caminé lo más rápido que pude hasta donde se encontraba y, soltando la valija cuando ya estaba cerca, corrí a sus brazos. Lo abracé con fuerza, realmente lo había extrañado mucho aquellos últimos meses. Sonreí ampliamente y lo miré detenidamente cuando me aparté.
- ¡¡Papá!! - exclamé, contenta - ¡Has vuelto! ¿Cómo te ha ido? ¿Qué hiciste los últimos meses? - le pregunté con mucho interés. Quería saberlo todo. Suponía que mi madre no tendría problema en que pasara el día con mi padre, dado que no lo veía hacía mucho tiempo, pero de todas formas iba a llamarla por celular más tarde (ahora que tenía señal y funcionaba) para avisarle.

Por fin el tren había llegado a destino. Ahí estaba tan impecable y aterrador como siempre. Humo de la caldera salia por los costados de él haciendo que mi visión fuera dificultosa. Entre la multitud y el humo, no podía ver nada, menos saber donde podría hallarse Jane. Poco a poco estas espesas nubes fueron cesando y la vi. Allí estaba mi niña. No, no tenía derecho a llamarla así. Ya era toda una mujer, tan hermosa. Muy parecida a su madre. Con esmero me moví entre la gente abarrotada. Cada vez estaba más cerca cuando asumí que me había visto al oír como decía papa. Papa, pensé, que hermoso suena. Cuanto tiempo sin oír esa palabra. - Jane - Suspiré. Con paso más acelerado llegué a ella y la sostuve entre mis brazos. Estaba tan grande, no tenia idea de cuanto la había extrañado. - Cariño, cuando tiempo sin verte. - Contesté nostálgico- Yo estoy muy bien. Estos meses han sido un poco difíciles sin tu compañía. Pero todo esta mejor ahora. Prometo quedarme un tiempo para que estemos juntos. Pero ya hablaremos de eso. Ahora cuéntame de ti, ¿Qué tal la escuela? ¿Qué te pareció? - Quería saber de ella en todo este tiempo sin verla.

- Demasiado - añadí. Lo había extrañado mucho - Sí, por favor, vuelve a vivir aquí. Aunque yo me quede con mamá, tienes que quedarte aquí. No me gusta tenerte lejos - rogué - Y luego tendrás que hablar con mi madre sobre mi patria potestad y eso... - agregué. Yo suponía que me quedaría con ella, como todo el año que había pasado, pero no sabía cuan flexible sería mi padre al respecto. Igualmente no creía que fueran a haber muchos problemas - ¿La escuela? ¡Genial! Ha sido un año bastante parecido a los anteriores... La Sala Común de Gryffindor sigue igual que el año pasado, y probablemente también que como estaba cuando tú asististe al colegio. Además, este año no tuve que rendir ningún examen, ni TIMOs ni EXTASIS, así que podría decirse que fue más como relajado. En general yo creo que me fue genial en las diferentes asignaturas y estoy segura de que no tengo ninguna desaprobada. También me divertí mucho con mis amigos, y conocí a dos nuevos, Sabino y Michel. Ya los conocerás en algún momento, ella te va a caer perfectamente - le conté. No estaba del todo segura de si Sab le iba a agradar demasiado, por lo que preferí no hacer comentarios sobre ello. Ya tendríamos tiempo - Y seguro que Fabian tiene ganas de verte - comenté.

- Tranquila, no te desharás de mí con tanta facilidad. - Dije soltando una risa sarcástica. Jane tocó el tema de con quién viviría, algo de lo que había pensado mucho últimamente. - Ya hablaré con tu madre de eso, pero mucho dependerá de lo que tú quieras. - Dije reflexionando - No podemos obligarte a nada. - En mi cabeza ya tenía una leve idea de como solucionar el asunto. Sólo necesitaba hablarlo con Lizzie y tener la aprobación de Jane. Después me contó acerca de su año en Hogwarts. Dijo que lo había pasado muy bien.- Felicidades, cariño. No me esperaba menos de ti. - Contesté respecto a sus calificaciones. Continúo con su relato contándome de sus amigos. - Me alegro mucho por ti. Claro que me gustaría conocerlos. Son bienvenidos a mi casa cuando gusten. - Bromeé. Luego nombró a Fabian, el chico que recordaba haberlo visto en una visita a nuestra casa durante un verano. - Seguro, sería un placer volver a verlo. - Al ver que Jane contaba con todas sus pertenencias, le pregunté: - ¿Te gustaría que continuáramos nuestra charla en otro lugar un poco más cómodos? ¿Te parece si vamos a tomar algo? Si quieres puedes llamar a tu madre para avisarle que estas conmigo, ella sabía que vendría de todas formas.

- Qué bien, porque no quiero - respondí y lo abracé nuevamente. No podía creer que después de tantos meses de haber estado fuera, había vuelto e iba a quedarse - A mí me da lo mismo con cualquiera de los dos, aunque no creo que mamá esté muy dispuesta a soltarme luego de haber estado separadas tanto tiempo... - comenté.
Me felicitó y yo le sonreí ampliamente - Gracias- dije, y luego agregué - Y qué suerte que digas eso, porque quería invitarlos a pasar un tiempo en casa o algo. A Sabino no le gusta pasar mucho tiempo con sus padres y Fabian vive algo lejos - Asentí cuando dijo que sería un placer volver a ver a Fab - Bueno, ya lo hablaré con ellos más tarde, por carta o algo - Mi padre sugirió que fuéramos a tomar algo y charlar más tranquilos, y yo acepté inmediatamente - ¿Qué te parece ir a McMagos? Es un nuevo lugar de comida rápida mágico que pusieron. Sí, sí, en el camino la llamo - contesté y luego me acordé de mi baúl. Hice una mueca y comencé a pensar qué podía hacer con él, hasta que se me ocurrió que podía dárselo a Kath para que se lo entregara a mi madre - ¿Podrías aguardar un segundo? Ya vuelvo - dije a mi padre mientras buscaba con la mirada a mi prima. La encontré a unos cuantos metros allá y fui velozmente hasta ella - ¿Kath? ¿Podrías quedarte con mi baúl para que mamá se lo lleve cuando venga a recogerte? Porque yo me iré con mi padre a comer a McMagos - pedí. Después volví al lado de mi padre, lista para irme, pues me había cambiado el uniforme en el tren.

[Continúa en McMagos]