Nueva York

**Percy Weasley** Lun Ago 22, 2011 1:54 pm

Probablemente la ciudad más famosa de América, alberga el famoso barrio de Manhattan, la estatua de la Libertad, el Barrio Chino...

**Margaret Parker** Sáb Ene 14, 2012 5:37 am

Al salir de la casa de mis padres tomamos un taxi para dirigirnos a uno de los lugares más conocidos de la ciudad: La Quinta Avenida. Nos bajamos allí y comencé a caminar con Elliot de la mano, intentando no chocar contra nadie. Pasamos por delante de varios negocios de marcas conocidas mundialmente, como es el caso de Tiffany & Co, Burberry, Gucci, Prada, Louis Vitton, etc. Entonces, le señalé un gran edificio que sobresalía por su arquitectura - Ésa es la Biblioteca Pública de Nueva York - indiqué - ¿Te gustaría entrar o prefieres que sigamos nuestro camino? - ofrecí. Yo ya había visitado todos estos lugares con anterioridad como residente, por lo que no me importaba hacer lo que él quisiera. Estábamos cerca también del Empire State, y planeaba subir hasta arriba. Pasamos por delante del Rockefeller Center y de la Catedral de San Patricio, y le mostré ambas. Cuando finalmente llegamos al magnífico edificio, pregunté - ¿Quieres subir? Se tiene una vista espectacular de la ciudad desde allí arriba - Tendríamos que hacerlo por ascensor ya que había demasiados muggles en el lugar como para aparecerse.

**Elliot Camberlain** Sáb Ene 14, 2012 12:27 pm

Tomamos un taxi hasta la Quinta Avenida. No sabía que así se llamaba, ya que no tenía idea de nada de Nueva York. Durante el recorrido, Maggie me fue explicando todo. No sabía si había notado mi falta de conocimientos en el tema, porque no traté de esconderlos. Vimos muchos negocios conocidos hasta que me señaló una construcción muy bonita. Me dijo que era la biblioteca pública de NY. Sonreí cuando me preguntó si entraríamos o no.
-Bueno, si no es mucho problema- le dije y le miré a los ojos.
Me mostró otros edificios conocidos también, por los cuales quedé encantado, maravillado. Cuando llegamos al Empire State me contó que tenía una vista maravillosa de la ciudad. Sonreí encantado cuando me ofreció subir.
-¡Me encantaría!- exclamé con ganas.
Maggie era la mejor guía que existía, no sólo porque era hermosa si no que porque sabía todo sobre Nueva York.

**Margaret Parker** Sáb Ene 14, 2012 1:33 pm

- Claro, vamos - le devolví la sonrisa - Además, yo ya he estado miles de veces en la Quinta Avenida, así que no tengo prisa por conocer nada - reí suavemente. El interior era esplendoroso. Pasamos a una sala repleta de mesas largas donde la gente se puede sentar y estanterías en las paredes. Era un mundo de libros únicamente - Que lástima que no haya sobre magia, ¿no? - comenté.
Una vez afuera, al pasar frente a la Catedral, también le ofrecí entrar. A mí en particular no me llamaba demasiado la atención, pero no sabía si a él sí, por lo que me pareció lo más considerado. Cuando llegamos al Empire State, quiso subir, por lo entré y me subí al ascensor. Me molestó un poco no poder aparecerme, pero no demasiado ya que estaba acostumbrada a las multitudes. Al llegar me asomé a una de las ventanas y suspiré. Era un hermoso panorama.
- ¿Es como mágico, no? - dije maravillada, no podía evitarlo - Y ni te imaginas lo que es de noche - afirmé. Lo había visto en una ocasión - ¿Y ahora que prefieres hacer? Podemos recorrer Broadway, ir a la Estatua de la Libertad ó Central Park? - pregunté, y, adelántandome a los hechos para que no me dijera "lo que tú quieras", agregué - Y yo ya lo he visto todo, así que nada de hacer lo que yo quiera, ¿eh? - Lo conocía lo suficiente para saber que esa podía ser una de sus posibles respuestas a mi pregunta, y no quería oírla para luego tener que replicarle que haríamos lo que él quisiera.

**Elliot Camberlain** Dom Ene 15, 2012 6:28 am

Aceptó sin problemas ir a ver la Biblioteca Pública. Sonreí con emoción, libros y libros, lo mejor del mundo después de las plantas y Maggie. Comentó que había ido muchas veces y que no tenía prisa. Era un lugar maravilloso. La arquitectura era muy bonita, también las enormes ventanas en la parte superior de las paredes. Había millones de libros en muchas estanterías y unas mesas largas con buenos asientos. Suspiré por la maravillosa biblioteca.
-Hermosa- murmuré en referencia a ella. –Pero tú eres más linda- dije y le pasé el brazo por la cintura.
Maggie dijo algo sobre que no había libros sobre ‘nuestro mundo’. Sonreí y comenté
-Sería lo mejor- inmediatamente pensé algo muy extraño que no dudé en comentarlo
-¿Crees que Hogwarts tiene más libros que esta biblioteca?- pregunté pensativo.
Ya fuera, pasamos frente a la Catedral, observé la maravillosa arquitectura. Magg me preguntó si quería entrar.
-Uy, sí, me encantaría- comenté con una sonrisa y le di un beso en la cabeza.
Luego, cuando subimos al Empire State nos encontramos con una encantadora y sorprendente vista de la ciudad desde arriba.
-Sí, Maggie, es impresionante- afirmé. Dijo que de noche, es mucho más sorprendente.
-Me lo imagino- comenté con una sonrisa.
Inmediatamente, me dio muchísimas opciones para hacer luego. Adivinó mi comentario en unos pocos segundos al agregar que a ella le daba lo mismo. Reí mucho antes de contestarle.
-Me encantaría ir al Central Park- comenté con una enorme sonrisa. Podía imaginarme las millones de planta que allí crecían.

**Margaret Parker** Dom Ene 15, 2012 5:18 pm

Puse los ojos en blanco y reí por su comparación. Una persona y un edificio eran muy difíciles de contrastar, ya que cada uno podía ser bello a su manera. De todas formas, entendí que lo había dicho sólo como una halago y que no había hecho todo ese análisis mental. Había comentado en voz alta uno de los pensamientos que había cruzado su cabeza en ese momento, tal y como hacía siempre. Eso me encantaba, claro, porque sabía que lo que decía probablemente era siempre verdad.
- Mmm... no lo sé. Supongo que aquí, ya que es más grande, pero no podemos estar seguros - dije pensativa. Nunca me lo había puesto a analizar.
Más tarde, pareció fascinado con la Catedral frente a la que estábamos. Sonreí con suficiencia y me dispuse a tomar el rol de guía nuevamente - Esta es la Catedral de San Patricio - comencé mientras revoloteábamos por la gran iglesia, que derrochaba hermosura - Fue construida en el siglo XIX*, tiene un estilo neogótico y es la catedral católica más grande de América del Norte - conté, orgullosa - La construcción está hecha de mármol blanco - finalicé. Ya le había dicho bastante y me pareció que no era necesario agregar nada más.
Alrededor de un cuarto de hora después, le sonreí a Elliot. Parecía gustarle tanto como a mí la vista que se tenía desde uno de los edificios más famosos de la ciudad - Algún día te traeré a verlo de noche - prometí y lo abracé. Quiso ir a Central Park y sin perder tiempo, tiré de él hasta un rincón y desaparecimos. Volvimos a aparecer en una de las entradas del parque, la que sabía que estaba más cerca del lago. Me interné en el lugar siguiendo la senda, a través de muchos árboles. Había hecho ese camino muchas veces a lo largo de mi vida, cuando quería estar sola o disfrutar un rato de la naturaleza. Me adentré entre los árboles por donde ya no había un camino marcado, pero no tenía miedo de que pasara nada, como los muggles lo habrían tenido, ya que yo era una bruja. Afortunadamente nadie se cruzó en nuestro camino y continué observando la belleza del lugar hasta llegar junto al lago, en un lugar donde casi no había gente. Me recosté en el piso, estirando las piernas y apoyándome sobre los codos, y miré a Elliot para esperar a oír su opinión.

**Connan Martigan** Mar Ene 24, 2012 10:58 am

Tomé el traslador a Estados Unidos. Los ingleses estaban muy difíciles como presas, así que iba a intentar con los estadounidenses que quizás eran más fáciles. Podía imaginar al típico gordo con una hamburguesa en la mano, masticando con la boca abierta; podía acabar con él sin problemas.
Aparecí en Nueva York. No conocía absolutamente nada de allí, así que estuve caminando unas cuantas horas. Las personas me esquivaban, la mayoría me miraba como a un extraño. El pensamiento me hizo sonreír con maldad. Pasé por enfrente de muchos negocios y locales de comida rápida. No estaba cansado todavía. Así que me dispuse a caminar unas cuantas cuadras más para buscar a la víctima perfecta.
Un parque enorme, de dimensiones extraordinarias apareció frente a mis ojos. Observé todo lo que pude. No veía donde terminaba el espacioso jardín de pasto cuidado. Allí seguro había gente muy tranquila y pacífica, blancos fáciles. Di un primer paso hacia allí. El pasto crujió cuando mi pie lo pisó con fuerza. Sonreí mientras anhelaba dinero y sangre. Mi sonrisa se ensanchó, el crujido había despertado mis instintos.
Di otro paso y otro más. Al rato, ya estaba caminando por los alrededores, mirando entre los árboles. Caminé unos minutos y mis ojos se abrieron por la sorpresa al ver a esa jovencita. ¿Cómo iba a olvidarla? Le había robado en uno de los callejones, la había abofeteado también. Otra vez la sonrisa apareció en mi rostro. Esa maldita sólo traía seis miserables galeones. Dinero, pensé. No tenía idea de sí ella en ese momento traía dinero encima pero no me importaba iba a torturarla hasta que me lo diera, aunque no lo tuviera en realidad. ¿Pero qué...? pensé. La muchacha estaba con un hombre. Un sujeto delgado, quizás demasiado, que la miraba con cara de enbobado. Enamorados, pensé. Yo no tenía enamorada. Cerré el puño con furia, ellos estaban en pareja y yo no. Apreté el puño con más fuerza. Me había decidido, iba a robarles. El problema era el sujeto. Ya sabía que la rubia no golpeaba, pero el joven quizás sí. Pensé un rato, podía acabar con los dos. No importaba el flaco escuálido.
Estaba bastante cerca de ellos. Preparado, pensé y con unos largos pasos al trote. Llegué hacía donde estaban.
-Miren a quien me encontré- dije con voz ronca. Sonreí de nuevo.
-Vamos a hacer esto por lo fácil, ¿No, rubia?- comenté sin perder la calma. No tenía pensado entrar a golpearlos, bueno, no sin antes intentarlo por las buenas. Miré a mí víctima y a su novio flaco. Mi mirada iba de ella a él.
-Sabes que hacer, muchacha- comenté y alargué la mano. La otra la tenía apoyada en el lugar donde guardaba mi varita.
Esperé sus reacciones.

**Elliot Camberlain** Mar Ene 24, 2012 11:29 am

Maggie se rió con mi comparación. Sonreí antes de abrazarla por unos segundos. La amaba realmente, ella era totalmente diferente a las demás.
Respondiendo a mi pregunta ella dijo que para ella, Hogwarts tenía más libros. Sonreí y reí un poco.
Ya en la Catedral, se puso a explicarme como amaba que lo haga. Era mi guía favorita, me explicó sobre el material del cual estaba hecho el lugar, el siglo en el que fue construida la Catedral entre otras muchas cosas interesantes.
-Gracias, linda- le dije y le di un beso en la cabeza en forma de agradecimiento.
Cuando estabamos mirando la vista, más tarde, me prometió que me traería de noche. Sonreí como un pequeño niño emocionado. Era fantástica, sin dudas, la vista desde allí. Podía imaginar las luces contrastadas contra el cielo oscuro. Ella me abrazó, le devolví el abrazo con ganas. Estabamos pasando un gran momento juntos.
Luego, fuimos al Central Park. Ella me había tirado hasta un lugar apartado y habíamos aparecido en ese inmenso jardín repleto de árboles y flores. Salté por todo el lugar con una inmensa sonrisa en los labios mientras me acercaba a cada planta y árbol que encontraba. Seguí a Maggie por un sendero rodeado por árboles de distintos tamaños. Llegamos al lado del lago en cuestión de minutos.
-¡Hermoso!- exclamé con una sonrisa de oreja a oreja. Vi a Maggie recostarse sobre el césped, la imité pero abalanzándome sobre ella y atrapándola en un cariñoso abrazo. Estabamos tirados por ahí abrazados románticamente.
-Me encanta- dije casi sin palabras –Es lo más hermoso que he visto- comenté mientras me soltaba de Maggie ya que seguro la estaba asfixiando.
-Bueno, tú eres más linda que este hermoso lugar- dije mientras pensaba en el paraíso en el que me encontraba. En eso, divisé un hombre acercándose. No sabía quien era, al principio pensé que quizás era un amigo de Maggie o alguien que ofrece chips para celulares a mitad de precio. Lo miré mejor. Tenía el cabello muy oscuro, azabache y los ojos celeste hielo. Rasgos fuertes, rudos. Un cuerpo muy ejercitado. Realmente daba miedo. Mi corazón empezó a latir más rápido, con desconfianza hacia ese hombre extraño. Ya cuando estaba a pocos metros, comenzó a hablar con Magg. Parecía que se conocían. Después, noté que dijo algo de hacerlo por lo fácil. No iba a tocar a mi Margaret, aunque estaba seguro de que ese hombre me derribaría y me ahogaría en el lago, si le llegaba a tocar alguno de sus cabellos negros. Alargó la mano, como pidiendo algo. No sabía que hacer, era un ladrón o eso me parecía a mí.

**Margaret Parker** Mar Ene 24, 2012 11:50 am

Agradeció mi explicación y yo le sonreí - La sabiduría está para compartirla - bromeé, pues aunque era cierto no pegaba para nada con mi estilo ese tipo de frases.
Más tarde, en el parque, se abalanzó sobre mí y yo rompí a reír. Era tan propio de él ser tan cariñoso. Le di un corto beso y luego me soltó, dejándose caer a mi lado. Me encantaba que le gustara el lugar, a mí también me parecía hermoso. Además, como se salía del sendero, nadie lo frecuentaba. Los muggles le tenían miedo a las partes del Central Park donde había poca gente, y cuando vi aparecer a un hombre vestido de negro comprendí que yo también debería aterrorizarme. Sin embargo, respiré hondo y mantuve la calma. No volvería a tropezar con la misma con la misma piedra. Comencé a ponerme de pie para huir antes de que llegara y así no tener que enfrentarlo, pero nos alcanzó antes de que lograra siquiera terminar de pararme.
- ¿Tú de nuevo? - pregunté, burlona e incrédula. Nos miraba a mí y a Elliot alternadamente y eso me ponía nerviosa. No quería que le hiciera daño y no sabía si él se defendería porque nunca había dado demostraciones de ser una persona violenta. Pero tampoco quería darle la satisfacción a Connan de que pareciera que me ponía nerviosa, por lo que esbocé una sonrisa cuando me pidió dinero - Bueno, veo que no has cambiado mucho tu vida desde que nos vimos por última vez. ¿Qué tal si buscas un empleo de verdad? - pregunté con sorna. Sabía que eso lo haría enfadar, pero descargaría su ira conmigo y no con Elliot. Pensé que mientras no me matara ni me hiciera sufrir demasiado, podría aguantar un poco de dolor. Pero si le hacía algo a él... Bueno, no hay nada peor que hacer enojar a un Slytherin lastimando a sus seres queridos, porque somos muy posesivos y protectores. Dejé que mi mente maquinara un plan para sacarnos de ésta mientras esperaba con fingida calma su reacción.

**Connan Martigan** Mar Ene 24, 2012 12:04 pm

Cambié la cara cuando insultó mi forma de vida. Cerré los puños de nuevo, los apreté con tanta fuerza que me temblaba todo el brazo. La asesiné con la mirada.
-¿Y por qué tú no dejas de hacerlo todo más difícil?- escupí con rabia.
-No quería llegar a esto, chica, pero dadas las circunstancias...- dejé inconclusa la frase. Le eché una mirada al joven que me miraba atónito, estaba tirado en el piso, demasiado relajado. Le propiné una patada a mediana fuerza en el estómago. Me volví a la rubia con una sonrisa.
-¿Me vas a dar el dinero o te vas a quedar mirando como golpeo al flacucho?- le pregunté con rabia.
No esperé respuesta, el chico estaba ocupando tratando de volver a respirar así que agarré a la rubia del cuello con una sola mano mientras con la otra sacaba mi varita y se la presionaba en el cuello,
-Dame el dinero- repetí con voz ronca, era una orden.

**Elliot Camberlain** Miér Ene 25, 2012 5:31 am

Oí como Margaret le tomaba el pelo al grandote de ojos celestes. No podía creerlo, yo sabía que Maggie no podría hacerle ni un rasguño entonces era una mala idea hacerlo enfadar. Tenía ganas de suplicarle al hombre ese, que se fuera a robarle a otro, pero no tenía tanto poder sobre él para que me hiciera caso. Le miré atónito, estaba realmente enfadado. Podría decirse que me asustaba una posible muerte de Magg y mía. Margaret no podía morir, era mi hermosa ninfa, la defendería.
En eso, el hombre me mira. El corazón me dio un vuelco, sabía que algo malo iba a hacerme. Sus ojos celestes me intimidaron. Y en eso, me patea justo en el estómago. Un dolor realmente espantoso y asfixiante me recorrió todo el cuerpo. Me quitó todo el aire que tenía. Impulsivamente mis manos cubrieron la zona que me dolía tanto. No podía respirar. Me costaba volver a tener aire. Realmente me estaba ahogando. Inconscientemente, sabía que no podía morir con sólo una patada. Me quejé por el maldito dolor, pero no salió ningún sonido de mi boca porque no tenia aire en mis pulmones. Traté de volver a conseguir el aire pero me costaba demasiado. Pasados unos segundos, podía respirar un poco, pero tenía una gran presión sobre el pecho. Estuve a punto de vomitar, algo demasiado desagradable.

**Margaret Parker** Miér Ene 25, 2012 5:50 am

- Creí que te gustaba charlar con tus víctimas - respondí. Ese hombre me tenía harta y apenas podía controlar los deseos de tirarme encima y acabar con él, a pesar de que supiera de que no podría con él. Me rompí la cabeza buscando una solución cuando vi como pateaba a Elliot tan fuerte que éste probablemente se habría quedado sin aire.
- ¡¡Elliot!! - gemí y me agaché junto a él, sin prestarle atención a la pregunta de Connan. Iba a intentar comprobar si seguía respirando y si se había desmayado o no cuando el pernicioso ladrón me agarró del cuello. Me apuntó con la varita y yo luché por soltarme - ¡Suéltame! - grité con odio. Comencé a recordar el miedo que me había producido la vez anterior, pero esta vez había ido lejos. No sólo me había hecho daño a mí - ¡Por favor! Sin agresiones, charlemos tranquilos - propuse. Podía arreglármelas mejor con las palabras que con los golpes. Además, no llevaba demasiado dinero encima, menos de 20 galeones y no estaba segura de si se contentaría con eso. La anterior vez me había robado aún menos y creía que en este encuentro querría algo más. Rogué en mi interior que no compensara esa desilusión con más violencia hacia nosotros.

**Connan Martigan** Miér Ene 25, 2012 6:13 am

La rubia comentó que ella pensaba que me gustaba charlar con mis victimas.
-Sí, si no me insultan primero o me fastidian, adoro hablar con mis presas- dije con voz ronca.
Ya más tarde, al patear al flaco, pareció desesperarse la jovencita. Reí un poco ante su intento de soltarse. Además, me gritó que la soltara. Pidió que hablemos tranquilamente.
-Sólo quiero el dinero, después me voy, rubia- dije sin rodeos.
Lo único que quería era el dinero, ya había pateado a alguien, me había descargado.
-Dinero- ordené mientras la miraba a los ojos.
Quería el dinero, sólo el dinero, ya me había vengado un poco. Y la rabia se me fue completamente de encima. Esperé a que me lo diera, sin dejar de presionarla con mi varita.

**Margaret Parker** Miér Ene 25, 2012 6:22 am

Y seguía sujetándome del cuello. Yo miraba con ansiedad a Elliot, que no parecía haberse recobrado del todo, ya que seguía retorciéndose de dolor en el piso. Me lastimaba verlo así y la impotencia de no poder hacer nada para ayudarlo me sacaba de mis casillas. No le prestaba mucha atención a Connan porque sino sabía que lo ahorcaría a la primera oportunidad que tuviera, y si bien no me molestaba la idea de hacerlo desaparecer del mundo, yo no era una asesina y estaba segura de que sentiría culpa después. Pero cuando dijo que nos dejaría si le daba dinero, comencé a rebuscar en mis bolsillos. Tenía alrededor de 30 galeones en ellos, y decidí que con darle 20 bastaría. Metí la mano con cuidado para que no se escuchara el tintineo de las monedas y cerré mi mano alrededor de ellas. La extraje lentamente y extendí la palma abierta hacia Connan, llena de galeones. Sonreí.
- ¿Nos dejarás libres ahora? - pregunté con frialdad.

**Connan Martigan** Miér Ene 25, 2012 7:02 am

Pareció rendirse. Sonreí con satisfacción. Se llevó la mano al bolsillo y sacó unos cuantos galeones. Pero, ¿Acaso no me había dado seis la última vez? Debía darme más, más dinero. La miré incrédulo.
-¿No tienes más?- le pregunté ronco.
-Más- escupí.
Gruñí con impaciencia mientras dejé escapar
-*Blutegel- con furia. (* sanguijuela en alemán)
Quería que me diera el maldito dinero.
Al ver que la mujer trataba de retener los míseros galeones. Empecé a presionarla más con la varita. Seguía sin dármelos.
Pasados unos segundos, no me había dado nada más que veinte galeones. Así que tuve que recurrir a la violencia. Cerré el puño con fuerza, y le pegué,no muy fuerte, en la boca, no quería sacarle los dientes. Sonreí al ver correr la sangre por su mandíbula. El golpe le había perforado el labio contra el diente y estaba comenzando a sangrar. No pude evitar mirar la sangre gotear el pasto. Me encantaba.
-¿Vas a dármelos o qué?- le pregunté con furia.
Podía propinarle otro golpe si no reaccionaba.

**Margaret Parker** Miér Ene 25, 2012 8:08 am

Pareció descontento con los veinte galeones que le di. ¿Acaso no era suficiente? No podía esperar que sus víctimas tuvieran doscientos galeones encima todo el día, a la espera de que él los robara.
- Te he dado lo que me has pedido así que ya puedes irte - respondí con calma y lo miré con malicia.
Habló en alemán luego, algo que realmente me molestaba, pues no entendía lo que decía. Forcejeé con más fuerza aún para soltarme y socorrer a Elliot, pero no lo logré. Ya me estaba enfadando de verdad, pero mi ira aumentó considerablemente cuando recibí su golpe. Apreté con firmeza los labios para no dejar escapar ni un ruidito que pudiera indicarle el dolor que me había provocado. Me concentré unos segundos en la situación que me rodeaba, intentando idear algún plan para escapar sin sufrir más daños. Por un lado, el instinto de supervivencia me decía que le diera más galeones y luego me fuera, pero el deseo de venganza opinaba distinto. Además, ¿qué pasaría si no se contentaba con unos pocos galeones más? Mi mente repentinamente se iluminó con una idea brillante. Le sonreí con verdadero odio a Connan y luego volví a cerrar la mano, cubriendo a los galeones. Metí la mano en mi bolsillo, saqué un par más pero dejé algunos y le propiné un rodillazo para que aflojara la fuerza con la que me sostenía el cuello. Así, logré darme vuelta y con toda la potencia de la que fui capaz arrojé los galeones al lago. Rogué porque fuera tras ellos para así desaparecerme con mi novio.

**Connan Martigan** Sáb Ene 28, 2012 9:01 am

Comentó que ella me había dado lo pedido
-Pero sé que tienes más, deberías tener más, la última vez me diste sólo seis míseros galeones- gruñí y le miré a los ojos.
Forcejeó un rato antes de que la golpeara. Inmediatamente, frunció la boca lo que le daba una apariencia extraña. Estaba tensa pero luego pareció relajarse un poco. Metió la mano en su bolsillo y me dio un rodillazo que me desconcentró lo suficiente para que pudiera arrojar los galeones al lago. La miré con furia por lo del rodillazo, pero igualmente la solté de golpe y corrí hacía el lago mientras me quitaba la camisa oscura y la arrojaba al pasto sin preocuparme por ella.
Sentí el agua helada en la punta de mis dedos. No me importó así que seguí adentrándome en el lago. Ya cuando el agua me llegaba por la cintura y los pantalones me pesaban, me lancé a nadar y a tratar de encontrar los galeones. Era lo único que me importaba en ese momento. Me sumergí unas cuantas veces para tocar el fondo en busca de ellos. Pasados unos cuantos minutos, había conseguido unos veinticuatro galeones y no creía que la rubia me hubiera tirado más. Así que, volví a la orilla, con el pantalón que me pesaba kilos y me volví a colocar la camisa. Sacudí la cabeza, para quitar el excedente de agua en mi cabello y caminé hasta el traslador.
En unos minutos. Ya estaba de nuevo en Londres.

**Margaret Parker** Sáb Ene 28, 2012 9:11 am

Yo tenía razón, aún tenía rencores por haberme robado sólo seis galeones la anterior vez. Maldije mi suerte por habérmelo vuelto a encontrar.
Mi plan funcionó a la perfección, se distrajo con el rodillazo y logré mi cometido. Pero lo que ocurrió a continuación me hizo sonreír de alegría, había salido aún mejor de lo que pensaba. En lugar de golpearme o algo por el estilo, que era lo que yo me hubiera esperado, se dirigió sin decirme ni una sola palabra al agua en busca del dinero. Me lamenté por haberle tirado veinticuatro galeones al agua y no menos, pero no me quedé mucho tiempo pensando en ello, porque Elliot todavía estaba en el piso. Corrí hacia él y lo agarré de la camisa. De inmediato desaparecimos y aparecimos enfrente de mi casa, ya que no podíamos hacerlo adentro por los encantamientos protectores.

**Elliot Camberlain** Sáb Ene 28, 2012 9:31 am

Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo que fui incapaz de hacer algo al respecto. Mi respiración comenzaba a hacerse regular cada vez más pero aún así no era en nada cómoda, el oxígeno del lugar no era suficiente para complacer mis necesidades. En eso, Maggie me agarra del cuello de la camisa y aparecemos frente a su casa. Al verla mi corazón paró de latir por unos segundos. Ya no me importaba en absoluto mi maldita respiración. Ella, mi tesorito hermoso, estaba lastimada.

(Continúa en La Casa Parker)