Pasillo de las Mazmorras

- ¿Te diría algo que es mentira? - respondí a su comentario acerca de que más vale tenga razón en lo que le decía. Me dijo que era inocente, y que abra los ojos. - Los he abierto y te digo que no creo que sea así, es mi forma de pensar. - contesté calmada pero enfadada. - Además, si fuera así, no me molestaría - pausé - Es decir, seguiríamos siendo amigos y no lo vería más que uno - dije sincera. La verdad, si Tanner estuviera enamorado de mí como Matt dice, no me molestaría en lo absoluto, no podía enojarme con él ya que no era su culpa enamorarse de alguien, uno no lo elige, simplemente lo hace y lo seguiría tratando como un amigo.
Cuando le dije ese pequeño insulto, dijo que no era así. - Ya sé que no lo eres - contesté con un tono más elevado, aunque no tanto. - ¿Abrirme los ojos de qué? gracias, pero no hace falta que "me abras los ojos" sé muy bien como son mis amigos. Además, no te la creas si no quieres, ese es tu problema, yo ya te expliqué como son las cosas. - dije sacada de las casillas cuando me dijo que no se creía nada de él, me molestaba que no acepte a mis amigos y que dijera que me iba a abrir los ojos, insinuando que Tanner era malo. Luego, soltó un comentario diciendo que era imposible. ¿En serio? ¿Yo era la imposible? él no se daba cuenta de como eran mis amigos y opinaba sobre ellos sin conocerlos. - Bueno, si soy como tú dices ¿por qué me elegiste? te hubieses puesto de novio con otra chica que sea perfecta como tu quieres y no estar gritándome y haciéndome mal como lo estas haciendo - dije con un nudo tremendo en la garganta. Podía notar como a lo último de esa frase se me quebraba la voz de a poco, pero intentaba no llorar. - No dije exactamente eso - contesté a lo de la desconfianza - A veces me preocupo porque tienes tantas chicas que desearían estar contigo. Si fuera al revés todo esto entenderías. - dije enfurecida. - ¡Pues tú también haces lo mismo! te quejas porque desconfío de Katherine pero haces lo mismo -. Después dijo algo que me apenó mucho, que no tendría que haber venido a saludarme, ya que lo hizo y ahora estabamos peleando. - De todas formas, esta discusión tendría lugar en cualquier otro día. - el nudo en la garganta seguía presente - ¿Qué nos pasa, Matthew? ya no actuamos como solíamos hacer antes - dije colmada de tristeza - Me cuesta decir esto - hice una pausa. Mis ojos se pusieron llorosos y sentía como un calor recorría todo mi rostro - Tal vez deberíamos tomarnos un tiempo. - la primer lágrima recorrió mi mejilla. Me costaba hablar.

- Espero que no - Fue mi respuesta final al asunto. Según ella, ya había abierto los ojos y decía que no era así. - De acuerdo, piensa lo que quieras, pero si eso llega a pasar un "te lo dije" va a ser lo mínimo que salga de mi boca.  - Respondí lo más tranquilo que pude ya que habíamos quedado en tratar de mantener la calma, y realmente lo trataba. Hasta que dijo que no le molestaría si fuera así.  - ¿No te molestaría? - Repetí. - ¿Y acaso no podrías pensar en mí aunque fuese por un momento? Te aseguro que si la hipotética situación fuese al revés no estarías tan confiada de mi, te lo aseguro.  - Entendía perfecto que un chico pudiera enamorarse de Alice, después de todo, ella era preciosa, dulce, inteligente; además de obstinada, terca... Pero en fin, todo lo que un chico querría. Sin embargo, no me agradaba la idea de que un amigo de ella, alguien tan cercano con quien pasaba tanto tiempo, quisiera de forma especial a Al. Volvemos a lo mismo, no es desconfianza, es solo que quiero protegerla. Ella era mía.

- Ajam - Respondí cortante a su primera acotación. No me terminaba de convencer con lo de que en realidad no pensaba eso sobre mí.  - Perfecto, porque no me la creo. - Contesté usando sus palabras.  - Te repito, todo lo que te digo va a pasar, y no tengo intenciones de estar parado como un idiota viendo como el espectáculo pasa delante de mis ojos.  - Ya era hora de empezar a decir lo que realmente pensaba. Toda esta situación de estaba hartando. Me pase la mano por el pelo como signo de frustración. Admito que me sentí mal después de oír lo que me dijo a continuación. - No, no es eso. - Dije con tono más dulce. - Sabes lo que siento por ti. Y créeme que si no fueras perfecta para mí no te hubiera elegido. Pero de gritos y demás no puedes decirme nada porque estamos en la misma situación - Agregué con el ceño fruncido.  - Solo quiero que te des cuenta de lo que está pasando. 

A continuación surgió le tema de la desconfianza. No pude evitar soltar una risa irónica. - ¿De mí? ¿Tienes idea cuántos chicos tienes atrás? Muchos, y esto no es una suposición mía. - Había escuchado varios rumores sobre Alice y la verdad es que la lista de pretendientes se hacia cada vez más grande. - Y obviamente que yo también me preocupo pero no desconfío. Salvo con Tanner... - Eso último no me lo pude ahorrar. Ese chico iba de mal en peor. No era un odio tan grande como hacia Ethan, pero tampoco era desapercibido.  Y ahí fue cuando la peor parte vino. Se preguntó que nos pasaba y porqué estábamos así. - Eso creo. La verdad no lo sé. - Tenía razón, No era algo habitual en nosotros pelear así. Pero lo peor vino cuando dijo que debíamos tomarnos un tiempo. Creo que fue la primera vez en mi vida que sentí que se me cortaba la respiración por una milésima de segundo. Oh, no, no quiero, me repetía. No quería estar lejos de ella. ¿Qué iba a hacer sin mi Alice?  Me quedé petrificado por unos momentos sin transmitir expresión hasta que tomé una bocanada de aire y dije: Creo que es lo mejor.  - Moría por decirle que no se alejara de mí, pero yo también pensaba que sería una buena idea. Siguiendo de esta forma no llegaríamos a ningún lado. Era peor para nosotros. Después de todo, no estábamos terminando... ¿no? - ¿Eso quiere decir que estás rompiendo conmigo? - Mi voz sonaba algo entrecortada así que me aclaré la garganta. Mi cuerpo jugaba en mi contra. Moría por escuchar su respuesta. 

Me crucé de brazos cuando soltó ese "espero que no". Idiota. ¿Le mentiría? ¿Acaso no me conocía? soy pésima para mentir, no me gusta que me mientan y odio hacerlo yo también, además de que no me saldría hacerlo. Me pongo muy nerviosa, o me río o tartamudeo mucho y bajo la vista. - ¿Y que sería lo máximo? - dije aún cruzada de brazos, cuando me advirtió que si algo pasaba un "te lo dije" sería lo mínimo que me diría. -¿Por qué debería pensar en ti? si no te incumbe. Si el estuviese enamorado de mi, nada pasaría, seríamos dos amigos nada más, no le daría ninguna otra atención. - respondí cuando reaccionó mal a lo que dije sobre que no me molestaría si Tanner sentía algo.
Cuando hablamos sobre que confiaba en él, soltó un comentario irónico, no un comentario, más bien una palabra. ("ajam") por lo que suspiré. Me molestaba tanto que no me creyera cuando le hablaba. - No te la creas, ese ya no es mi problema. Si tú quieres hacerte problema por algo que en realidad no es como tú piensas, y quieres sentirte mal, eso ya no es mi culpa porque te lo estás inventando. ¿Y sabes qué? me estoy cansado de que no me creas cuando te hablo. Te recuerdo, soy Alice ¿qué tal? ¿cómo era tu nombre? ¿Matthew? porque yo no conocí a éste Lemarcks. - dije enfadada, sacada de mis casillas. Él parecía ser alguien tan diferente. - Oh, vamos, ¿qué espectáculo? ¿acaso no me reconoces? Matthew creo que estas acostumbrado a ti mismo, porque nunca engañaría a nadie con ninguna otra persona. - contesté cuando dijo que no iba a quedarse mirando como todo lo que decía pasaba delante de sus ojos. Luego, su tono se volvió algo dulce. Me alivió un poco, pero seguía molesta... muy molesta. - ¡Yo quiero que te des cuenta que no es así! a ver... Si sabes que te quiero, ¿verdad? Matt tú me conoces. No tienes que temerle a nada porque soy más inocente que una virgen, tú lo has dicho. Nunca te engañaría. - expliqué con un tono más calmado, pero me ponía nerviosa que no pudiera ver como eran las cosas. Obviamente, volvimos a las peleas. Hablando sobre desconfianza, dijo que era yo la que tenía muchachos detrás. - No hay nadie que me quiera de esa forma, cálmate con la paranoia por favor. - dije ya que no tenía a nadie interesado en mi. Solté un suspiro como signo de cansancio cuando decía que no desconfiaba de nadie salvo de Tanner. - Él es la última persona de la que deberías desconfiar - dije cortante. Cuando le pregunté que nos pasaba, no lo sabía. Mi cara se transformó, tenía miedo y estaba triste. Esto ya no me gustaba. Después, la parte más dura llegó. Le pedí un tiempo, y él dijo que creía que era lo mejor. La segunda lágrima cayó, pero no iba a haber una tercera, o al menos intentaría que no haya en frente de él. Se lo veía pensativo, hasta que me preguntó si estaba rompiendo con él. Me quedé unos segundos pensando. Nunca había entendido eso de tomarse un tiempo. Es decir, no ibamos a vernos por mucho tiempo y luego, cuando nos viéramos todo sería distinto, tal vez tendremos sentimientos por otras personas, o cambiaríamos de personalidad así que creí que separarse de él era lo mejor, aunque doliera. - Creo... - pausé y lo miré a los ojos, para que no me odiara tanto, sabía que iba a ser duro. - Creo que sí - y obviamente, como lo esperaba, la tercera lágrima cayó. Qué estúpida. Sabía que esto algún día tendría un fin, pero no sabía que dolería tanto.

¿Qué sería lo máximo?, repetí en mi mente. - No es necesario crear más drama.  - No sabría que haría si algo así pasara. ¿Me agarraría a las piñas con Tanner? ¿Me enojaría con Alice? ¿Acaso le gritaría? ¿Tendríamos una discusión incómoda los tres? No lo sabía. Me conocía lo suficiente como para decir que yo era un chico impredecible y se podía esperar cualquier cosa.  - Sí, me incumbe. - Le contesté terminante. - Porque soy tu novio. O lo era al menos hasta hace cinco minutos... - Por lo que me había dicho esto no iba para más. No quería perderla, de verdad, no quería. 

- Es que ahí está el problema, no son suposiciones mías. - Dije irritado - Bien, tu dices que antes de estar contigo estaba con miles de chicas y no sé que más. Bueno, si fue así, ¿no crees que yo sé un poco más en el asunto? Me doy cuenta, Alice. De acuerdo, puedo ser un poco sobre protector, pero lo que te estoy diciendo no es solo una suposición. - Tomé aire al finalizar mi oración. Si realmente creía que sabía lo que estaba pasando, estaba muy equivocada. Tarde o temprano Tanner terminaría arriba de ella.  - Entonces no me conocías bien. - Contesté terminante. - Y podría decir que estamos en la misma. - Su jueguito me había molestado.  - ¡Yo también te quiero y por eso te cuido! - Y mi voz comenzó a bajar.  - No, ya te dije que no desconfío de ti.  - Ya estaba harto de todo este asunto. - ¿Sabes qué? Déjalo ahí. No voy a discutir más por esto, no tiene caso. La próxima procuraré no preocuparme tanto por ti.  - Si había próxima vez... A continuación me acusó de paranoico. -No, espera. No me trates de paranoico.  - Respondí en tono serio. - Simplemente te digo lo que sucederá. - También agregó que Tanner era la última persona en la que debía desconfiar. - Creo que con decir que está en mi lista negra muy cerca de Ethan, te lo digo todo. - "última persona en desconfiar" Sí, Alice, justo a mí me lo vienes a decir. 

 Se armó un silencio entre nosotros cuando le pregunté si estaba cortando conmigo. La vi llorar. Por un momento pensé que esto le estaba afectando tanto como a mí, a diferencia de que yo no lo exteriorizaba. Estos serían los momentos en los que la abrazaría hasta el final, pero debía mantenerme  firme. No quería que lo nuestro terminara así. De ninguna forma, de hecho. Me miró a los ojos. Esto se ponía más difícil. Mi mirada era inescrutable. Finalmente dijo que sí. Me dio un vuelco en el corazón. Abrí la boca para decir algo, pero el nudo de mi garganta me lo impedía. Cuando creí que lo tenía controlado por fin hablé:  - Bien, entonces creo que no tengo nada que hacer aquí. - Dije con la voz más fría que logré que saliera. Ese era uno de mis problemas. En mi interior, sentía que me hubieran apuñalado en medio del pecho, pero mi orgullo era lo más importante, y la única forma que conocía de ocultar el dolor era el enojo. - Adiós, Alice. -  Me giré y empecé a caminar de regreso por el pasillo sin esperar su respuesta. Cuando di la vuelta, sentí que toda la tristeza que venía soportando, se había liberado de golpe. Sentía un vacío en el medio del pecho y no sabía como controlarlo. Lo único que deseaba en ese momento era llegar a mi habitación y tirarme en la cama... y dormir... y despertarme sabiendo que esto solo había sido un mal sueño.