Pasillos Secundarios

Luego de una visita al baño de chicos para acomodarme el cabello, salí hacia el pasillo. Los días habían mejorado mucho. El frío de a poco comenzaba a desaparecer siendo reemplazado por los calores de primavera. También las flores comenzaban a creer y eso me daba asco. Aburrido, sin nada para hacer, me senté contra la dura pared de piedra, esperando a que alguien pasara para charlar.

Salí del baño de chicas y caminé por el pasillo canturreando una canción por lo bajini. Estaba que me moría del sueño y necesitaba algún suceso que me despertara un poco, después de todo era viernes por la tarde y aún quedaba bastante para el término del día. Doblé en una esquina y di un gran bostezo. En aquel pasillo había un chico sentado contra la pared de piedra. Me acerqué con rapidez, preocupada por si le pasaba algo.
- ¿Estás bien? - le pregunté mientras me acuclillaba para quedar a su altura.
Entonces, lo reconocí. Lo había visto otras veces en el castillo, pero no podía recordar de donde. Me quedé pensativa, intentando hacer memoria y averiguar de donde me sonaba conocido. Finalmente me di cuenta de que íbamos a un par de clases juntos, o eso me parecía - Disculpa, ¿eres de 6° curso, verdad? - quise asegurarme.

Mientras estaba recostado contra la pared, vi como una rubia se acercaba a hablarme. Al principio me preguntó si estaba bien - Mejor que nunca, - Respondí sin más - sólo que estaba aburrido y esperaba a alguien con quien hablar. Creo que eres la afortuna sino estas ocupada. - Bromeé. Luego me preguntó si estaba en sexto - Así es, ¿Y tú? Creo que te vi antes ¿Eres la francesa, verdad? - Dije haciendo memoria, recordando un poco sobre ella. Sabía que se había transferido directamente desde Beauxbatons y que tenía un familiar en la escuela, aunque no sabía bien quien era. - ¿Me recuerdas tu nombre? - Dije con cortesía. - Yo soy Matthew Lemarcks. - La miré, no era para nada fea, todo lo contrario.... tienes novia, recordé. - Y... ¿Qué estabas haciendo por aquí?

- Ah, genial - suspiré - Es que como estabas en el piso, me asusté un poco - le expliqué y me senté a su lado en la pared. También tenía un poco de ganas de charlar con alguien - Perfecto, yo tampoco tengo nada que hacer - sonreí.
- Exacto, esa soy yo, salvo que haya otra que no conozca - reí - Y voy también a sexto así que somos compañeros, y probablemente sea por eso que nos suena conocido el otro - dije, y volví a carcajearme - Claro, soy Mary Jane Whilmore, pero por favor dime Jane - respondí a su pedido - Un placer Matt - le di un beso en cada mejilla, al estilo francés, y luego me acomodé nuevamente contra la pared - Venía del baño de chicas, ya sabes, controlaba que todo en el uniforme estuviera en su lugar y me peiné un poco también porque sino después a veces no lo puedo desenredar - hice una mueca - ¿Tú?

- Tranquila, todo está en orden - Respondí con naturalidad mientras veía como se sentaba a mi lado. Reí con su chiste - Nunca se sabe - Contesté. – Sí, creo que te vi el otro día en la clase de Encantamientos, ¿Acaso no es tu madre la profesora? - Pregunté haciendo memoria. Finalmente, se presentó y me besó en ambas mejillas. - Un saludo muy francés. – Comenté - Igualmente, Jane - Dije con una sonrisa. - Yo también salía del baño luego de acomodarme el cabello y tenía dos opciones: O me sentaba aquí o iba a la Sala Común a hacer deberes. Ambas eran muy tentadoras, ¿A qué no? - Bromeé. - Y... ¿Por qué te mudaste de Francia? - Dije intrigado.

- Sí a ambas. Mi madre es la profesora y ahora que lo dices, es cierto, compartimos clase de Encantamientos. ¿Eres de Slytherin, verdad? - dije, echándole un vistazo a su uniforme. Reí por lo del saludo francés y luego le devolví la sonrisa.
- Mmm... No se por qué me parece que te era más tentador sentarte aquí - reí - A decir verdad, me sucede lo mismo - sonreí. Me hizo la pregunta habitual de cualquiera que se enteraba que venía de Francia. Suspiré divertida - Mis padres se divorciaron cuando yo tenía doce años, por lo que fui transferida de Beauxbatons a Hogwarts. Hasta este año vivía aquí en Inglaterra con mi padre, pero este año se tuvo que ir de viaje por trabajo, y mi madre vino a hacerse cargo de mí - le expliqué - Y bueno, ahora también de mi prima, Katherine Collingwood. ¿Qué hay de su vida, monsieur Lemarcks? - le pregunté con curiosidad y solté una carcajada.

-¿Tu madre también da Defensa contra Las Artes oscuras, no? - Dije. Estaba casi seguro de ello pero quería confirmarlo. - Así es. Y tú una Gryffindor. - Afirmé - No debería estar hablando contigo, pero me caes bien. - Dije finalmente.
Reí levemente con su broma y luego noté como suspiraba cuando le pregunté de su vida. - ¿Ibas a Beauxbatons? Solo por casualidad, ¿Tienes algún familiar que sea veela? - Seguramente sí, es muy bella, pensé. - Y... ¿Te gusta vivir con tu madre o preferías a tu padre? - Pregunté ya que la historia parecía interesante. Luego me preguntó por mi.- Ma vie... qu' est que peux je dire? - Bromeé en francés. - Bueno, nací en España, Barcelona en uno de los viajes de mis padres. Mi niñez la hice en Londres. Tengo un hermano y... luego me llegó la carta de Hogwarts... bla, bla, bla, - Bromeé - Y aquí estoy. - Dije riendo un poco.

- Sí, son sus asignaturas favoritas, si no me equivoco - contesté a su pregunta. Reí por su comentario sobre las casas - No te preocupes, yo no soy de esas que no se llevan con la gente por sus casas - le aseguré - Tú también me caes bien - sonreí.
- Claro, es el único colegio de magia en Francia - respondí - Mmm... en realidad, una prima de mi madre, lo que quiere decir que es mi tía, es semiveela, así que algún que otro gen puede que tenga, pero no demasiado - le conté - Me da lo mismo con cualquiera de los dos, pero siempre mientras que estoy con uno extraño al otro. Es inevitable - solté una risita - Aunque claro, preferiría que estuvieran juntos - comenté con tono un tanto soñador - ¿Hablas francés? - pregunté sin querer en aquel lenguaje por la sorpresa. Había veces que contestaba sin pensar, y por ello si antes me habían hablado en mi idioma natal respondía en la misma lengua. Escuché su historia con atención - Pero, entonces, ¿eres inglés o español? - reí por mi confusión. Había entendido la historia, pero no sabía que nacionalidades tenía - ¿Un hermano más grande o más chico?

FdR: Violeta = francés

- Yo depende del día - Contesté bromeando con lo de las casas. - Gracias - Le agradecí finalmente.
Afirmó que iba a Beauxbatons y me conto que tenía una tía de su madre que era veela. Luego, cambiamos de tema y dijo que le gustaba vivir con cualquiera de sus padres pero que le gustaría que estuvieran juntos, Empezaba a compadecerme de ella, no era una situación muy agradable. Pensaba preguntarle hace cuanto que estaban sus padres separados, pero me pareció un tanto desubicado, así que opté por callar. Al final pregunté: ¿Hace mucho que no ves a tu padre? - Tal vez habría vuelto a verlo luego d lo que había ocurrido.
Me preguntó si hablaba francés, algo que me pareció que había quedado claro cuando le respondí en el idioma. - Un poco, mis padres me obligaron a estudiarlo. Pero con el tiempo comenzó a caerme en gracia. - Dije con una sonrisa. - ¿Y qué prefieres? ¿Hablar inglés o francés? ¿No se te mezclan las palabras cuando hablas? - Finalicé el relato y preguntó si era español o ingles. - Español, con la nacionalidad británica - Comenté guiñándole un ojo. Me preguntó por mi hermano - Seis años más chico. – Comenté.

- Bastante, desde que empezó el curso - comenté, con un casi imperceptible dejo de tristeza.
- Oh, ¡qué extraño sabiendo ya dos idiomas! Porque me imagino que hablas español, ¿verdad? - dije y sonreí - Definitivamente francés - respondí de inmediato, volviendo a hablar en inglés - No es que el otro me disguste, para nada - negué con la cabeza - Es solo que no termina de ser mi idioma. No sé si lo entenderías porque como te mudaste de pequeño aquí, tu lengua materna es el inglés, pero imagínate que te mudaras a Francia y tuvieras que hablar francés todo el tiempo. A pesar de que lo conozcas bien, no es lo mismo - intenté explicarlo, y esperaba haber tenido éxito porque no se me ocurría de que otra forma decirlo - Con el paso del tiempo te acostumbras más, de todas formas - comenté, aunque dejando claro que pasara lo que pasara el inglés nunca superaría al francés, o al menos eso me parecía a mí ahora - Igualmente, Inglaterra me encanta - dije con una sonrisa - Mmmm... puede que en algún momento quiera decir algo, pero me sale en francés y debo decirlo en inglés, y viceversa - contesté a su anterior pregunta, que se me había quedado por completo olvidada - ¿Y qué prefieres, español o inglés? - pregunté yo a mi vez, con curiosidad - Ah, todavía no ha entrado al colegio, ¿no? - Luego miré la hora y vi que era muy tarde - Tendría que ir yendo... Nos vemos otro día - le sonreí y me alejé.