Gran Salón

Entré en el gran salón, esperando encontrar a Sabino y Jane, y ahí estaban. -¡Chicos!- exclamé. -Tengo que contarles algo- les dije -, me encontré con un fantasma. Se llamaba Madelaine-. Como vi que ninguno me prestaba atención, decidí preguntarles, -¿qué están haciendo? Tengo que decirles algo.-. Me enfurecía cuando la gente no me escuchaba. Golpeé la mesa, para llamar la atención y que me escuchen.

- Bueno, al menos me recordarás - bromeé. Se burló de mí, imitándome. Me limité a reír y sacudir la cabeza nuevamente - Tú ríete, y los próximos deberes los harás solo - lo amenacé en chiste.
- Genial - respondí - Exacto, los hice hace bastante - puntualicé y solté una carcajada - Sí, pero señorita responsabilidad es sinónimo de señorita no tengo que dar exámenes para no suspender las asignaturas - dije con un poco de malicia. Fabian apareció en ese momento, y yo le sonreí para tranquilizarlo ya que parecía bastante ansioso. Estaba algo alterado, y repentinamente golpeó la mesa, sobresaltándome -¡Tranquilo, Fab! - exclamé y le hice un gesto para que se sentara - ¿Por qué no te calmas y nos cuentas todo? - le propuse, ya que solo había dicho que había conocido una fantasma llamado Madeleine. Me intrigaba la razón por la que nos contaba, ya que Hogwarts estaba lleno de fantasmas y no lograba entender por qué esa en particular era tan importante.

Los dos me dijeron que me calme. Eso me enfureció aún más, pero decidí relajarme y empezar a contarles. -Bueno, lo que pasa es que vengo de hablar con una fantasma, como les dije. Se llamaba Madeleine.- le conté. Hice una pausa y proseguí; -Ella era algo tímida, por lo que no tenía muchos amigos. No me quiso contar acerca de su muerte, no sé por qué. La cosa es que quiero averiguarlo. ¿Me ayudarían? - les pedí.

Lo miré extrañada cuando dijo que tenía una señorita, pero luego se acordó que no me lo había contado - ¿El qué? - pregunté intrigada, sin tener la menor idea de lo que me diría. Se me cayó el alma a los pies cuando pronunció el nombre Nicole Parker. ¡Cómo podía haberme olvidado! Le había partido el corazón a Michie enterarse de ello, pero no lo recordaba ya que hacía bastante que no veía a Sabino junto a la Gryffindor de 7° curso. Reprimí las ganas de soltarle todos mis pensamientos sobre la chica, y un bufido también. Yo no era de irritarme, pero la simple mención de la muchacha me molestaba debido a lo que sentía mi mejor amiga - Oh, felicidades - comenté para disimular.
Unos minutos más tarde, llegó Fabian y, aliviada, le dediqué toda mi atención. Me había salvado de hablar de un tema bastante complicado. Escuché en silencio, y sonreí cuando nos pidió ayuda - ¡Yo estoy dentro! - exclamé, contenta. Tenía ganas de cambiar un poco la rutina. Mi sonrisa se borró cuando Sabino bromeó con que a Fab le gustaba Madeleine - Por supuesto que no - espeté, tal vez un poco más secamente de lo que habría debido, pero estaba casi por completo segura que en su condición de hombres no lo captarían - ¡Es un fantasma! - agregué rápidamente, para justificar mi contestación anterior - ¿Cómo podemos ayudarte? - pregunté para desviar la conversación del tema, y concentrarnos en algo con lo que me sintiera más cómoda.

Los dos me dijeron que querían ayudar, - Bueno chicos, ¿por dónde empezamos? - les pregunté. Yo quería empezar a averiguar, pero el problema era que no tenía ni la mas pálida idea de qué hacer. Sabino me reguntó acerca de cuándo había hablado con ella. - Pues, recién vengo de hablar con ella, - le conté - aunque creo que está enfadada porque le pregunté de qué murió. Si lo pienso ahora tal vez haya quedado un poco descortés. Estaba algo cortante. Me dio un poco de pena. - continué. Él bromeó diciendo que a mí me gustaba. Jane negó inmediatamente, de manera fría, y luego agregó que no podía porque era un fantasma. - No me gusta, no hay de qué preocuparse. - le dije en broma a Jane. - Bueno chicos, reitero, ¿qué hacemos primero? -

- Supongo que dado que tenemos el nombre, podemos buscar en todos los ejemplares de El Profeta viejos que hay en la Biblioteca, ¿no? - propuse. Me parecía el mejor punto de partida - Y si no aparece allí, podríamos incluso preguntarle a algún profesor... ¿No te dijo hace cuántos años que murió? - pregunté muy interesada. Mi mente ya estaba pensando en el tema a toda máquina.
Miré con los ojos como platos a Fabian. ¿De verdad le ha preguntado cómo murió?, repetía estupefacta en mi mente - ¡Fab! ¡Cómo vas a hacer eso! ¡Por supuesto que se va a enojar, si es algo muy personal y apenas la conocías! - lo regañé. Me calmé unos segundos más tarde, y asentí en silencio - Sí, a mí también me da pena. Si yo muriera no me gustaría ser un fantasma. ¿Quedarte toda la eternidad aquí viendo como todos viven su vida? - comenté y sacudí la cabeza, horrorizada. Se suponía que uno al morir pasaría a ser más feliz, no melancólico o incluso iracundo. Sabino se rio por mi apresurada respuesta a los sentimientos de Fabian, y yo rogué interiormente por que no se hubiera dado cuenta de nada - ¿Cómo "y eso qué"? ¡No pueden interactuar! Además, ¿de qué charlas con un fantasma? - bajé la voz por si había alguno cerca, y enarqué las cejas - ¿Ves mi punto? Y por sobre todas las cosas, quiero ser madrina algún día - sonreí. Eso los despistaría completamente. Solté una carcajada por la propuesta de Sabino - Claro, porque a ella le sirve mucho el dinero, ¿no? - volví a reír - Ya saben lo que yo pienso, así que tú eres el que decides, Fabi.

Sabino me miró de una manera distinta. Como si estuviera insinuando algo. Yo no le presté atención, aunque creía estar seguro de lo que se refería. Jane sugirió algo. Yo estaba de acuerdo con ella. - Pues claro, podemos hacer eso si queres. - le dije - Pero, es tu idea y tú la cumples. Yo opto porque Sabino la conquiste y así poder averiguarla. - les propuse. Tal vez era una idea algo tonta, pero cuanto mas lo pensaba más me convensía. Aunque había dos pequeños detalles; Sabino tenía novia, y estaba casi seguro de que Madeleine tenía ni la menor idea de cómo murió. Eso hacía que mi plan no sirva. - Chicos, ahora que lo pienso creo que mi plan no va a servir. - aclaré, - Pero tienen que admitir que era uno muy bueno, más rápido y fácil - continué. A continuación, Jane preguntó algo, - Emm, estoy casi seguro de que no lo mencionó - le respondí. Sabino seguía discutiéndole a Jane que yo si podía salir con una fantasma. Y también mencionó que no me podría 'divertir' con ella. Yo tiré la mirada para arriva. Jane, como era de esperar, me retó por haberle preguntado de qué había muerto. - Tal vez quedó un poquito descortés - reflexioné. Jane seguía sin querer seder que podía salir con una fantasma, y dio sus razones. - Bueno, la cosa es que no me gusta Madeleine, y punto. - puse fin a la discusión. Sabino también sugirió algo, aunque era muy ridículo, y Jane argumentó su posible broma. - ¿Enserio Sabino? ¡Es la mejor idea que alguien ha tenido! - le dije sarcásticamente y reí. - Era broma, mejor sigamos pensando. -

- Bueno, ¡yo me encargo! - canturreé, contenta de que Fabian hubiera aceptado mi idea. No me importaba que Sabino sólo se hubiera burlado, ya que en todo caso él no era quien quería descubrir el misterio - Dado que Sabino tiene novia, no va a ser de mucha ayuda. Tal vez puede quedarse dormido... - lo burlé en venganza. En realidad, lo había hecho por despecho, pero él no tenía forma de enterarse - Sí, estábamos por decirte que no iba a funcionar. ¿Verdad, Sabino? - respondí, y le di un leve codazo por las dudas de que no captara mi mensaje. Claro que a mí no me agradaba Nicole (aunque mi amigo no sabía eso) y prefería que estuviera con Michie, pero tampoco podía permitir que le hicieran algo así. Menos mal, pensé cuando Fabian dejó bien en claro que no le gustaba Madeleine. Hubiera sido bastante espeluznante el otro caso.
Abrí los ojos como platos cuando mi mejor amigo apoyó la idea de Sabino, asustada por que hubiera perdido la cabeza, pero finalmente era tan solo una broma. Solté un suspiro de alivio y apoyé la cabeza en la mano. Intenté pensar alguna idea buena pero no se me ocurrieron demasiadas - Me parece una buena idea, pero no creo que yo deba intentarlo. Presiento que no le agradaré - comenté, arrugando la nariz. Quería participar pero por alguna extraña razón sabía que no ayudaría de mucho - En mi opinión, Fab debería cruzarse "casualidosamente" con ella unas cuantas veces, y hablarle amistosamente - hice las comillas con los dedos - Luego de un tiempo, estoy segura de que si lo recuerda, se lo contará. ¡Lástima que el Veritaserum no funciona con fantasmas! - me lamenté. Eso hubiera solucionado nuestros problemas con rapidez - De todas formas para mí es un opción viable lo de los periódicos. Si tan solo supiéramos cuando ocurrió, ¡podríamos descartar un montón! - volví a suspirar - De todas formas, revisaré todo con minuciosidad.
- Bueno, entonces yo me voy, ¿sí? - dije antes de salir del Gran Salón - Así puedo comenzar la búsqueda - grité por sobre mi hombro.

- Te lo dejo a ti, Jane - le dije a ella. Estaba de acuerdo con su idea, mientras que no la tenga que hacer yo todo iba a estar bien. Ninguno apoyó mi idea, aunque hasta yo sabía que no iba a funcionar. Reí por la broma de Jane, ya que tenía un poco de razón. - Ja-ja, muy chistosos los dos. - comenté con sarcasmo. Sabino, como esperaba, no aceptó la idea de Jane de preguntarle a un profesor. Yo opinaba como él, ¿qué iba a saber un profesor sobre esta chica?, pero luego mi mente se iluminó. De seguro la directora iba a saber algo. Decidí proponerlo. - Chicos, ¿qué les parece si le preguntamos a McGonagall? Ella de seguro va a saber algo, ¿no les parece? - les propuse. Estaba seguro de que Sabino no iba a querer, pero le iba a seguir insistiendo, porque estaba casi seguro de que ella iba a saber algo. Sino, también les podíamos preguntar a los otros fantasmas. Luego recordé que no tenía amigos, así que negué la idea en mi cabeza.
Sabino propuso algo, pero luego dijo que era en broma. - Ah - le dije en tono aliviado, ya que al principio creí que hablaba enserio. Volvió a proponer algo. Esta vez si hablaba enserio, y tenía sentido lo que había dicho. Pero yo sabía que aún no se podía hacer, porque estaba seguro que yo no le agradaba a Madeleine, porque le pregunté sin conocerla cómo era que había muerto. Fue un poco descortés, tenía que admitirlo. Jane dijo que yo debería amigarme con ella. - Chicos, recuerden que no le caigo bien a Madeleine. Yo digo que Jane debería ir - opiné. De seguro que Jane le iba a caer bien. Ella está llena de carisma y buenos modales. Además, también era un chica, y se iban a entender bien. Jane siguió insistiendo con los periódicos. - Has lo que quieras, Jane.