Gran Salón

Entramos al Gran Salón.
Amaba a Sabino, era hermoso y dulce.
El me pidió que le contara algo sobre mi.
- Bueno am... - dije pensativa ya que no sabía por donde empezar.
- Tengo una gemela como te conté, su nombre es Hannah Lea Parker y tengo otra hermana llamada Margaret. La verdad... con mi gemela me llevo estupendo y la quiero mucho, pero a Margaret la detestamos un poco, pero más mi gemela. Mis padres son muy estrictos y se enojaron porque toda la familia es Gryffindor y Margaret salió una Sly. Ella presentó a su novio en mi casa, el profesor de Transformaciones. Yo no pude ir, por eso me quedé aquí en Londres - dije explicándole a mi enamorado mientras movía las manos.
- Mi padre se llama Balthazar, el es funcionario en el ministerio y mi madre Clarisse, ella ama de casa. - agregué.
- Con ellos me llevo bien, con la única que no, es mi hermana Margaret - dije sin dejar de mover mis manos, no me daba cuenta que lo estaba haciendo. Corrí un mechón de mi cabeza detrás de mi oreja, y me aclaré la boca pasando mi lengua.
Agarré su mano y le dije - Ahora cuéntame algo sobre ti - le pedí a Sabi.
vienen del pasillo principal

Me contó sobre su familia. Tenía otras dos hermanas. Una era su gemela, Hannah y la otra se llamaba Margaret. Ella me explicó que no querían mucho a Margaret por ser de Slytherin. En eso, dijo que sus padres eran estrictos. La cara me cambió totalmente. ¿Y sí no era el modelo que ellos tenían para novio de Nicky? Ya, podía peinarme el pelo con gel y usar un traje formal cuando estaría con ellos. Todo por mi Nicky linda. Contó que Margaret salía con el profesor de Transformaciones. Me sorprendió también. Agregó que ella no pudo conocerlo cuando se lo presentaron a la familia. También mencionó que su padre se llamaba Balthazar. Reí con eso.
-Vaya, que casualidad- dije riendo.
-Nos llamamos igual- comenté para continuar –Sabino Emanuel Balthazar Johnson De La Rosa- agregué algo más decaído. Mi nombre era bastante ridículo.
-Espantoso, ¿No crees?- confesé mis pensamientos.
El padre era funcionario del ministerio, el mío igual. Y su madre era ama de casa y se llamaba Clarisse. Bueno, ahí ya no había más casualidades. Sonreí. Ella contó que tenía buena relación con sus padres. En eso, me tomó de la mano, le sonreí con dulzura y me pidió que le cuento yo.
-Esto, mi padre se llama Edward y también trabaja en el ministerio. Es un hombre demasiado estricto y aburrido- me encogí de hombros y continué –Mi madre se llama Antoniette y es enfermera en San Mungo, es también aburrida, demasiado formal- hice una pausa. –Están todo el día trabajando y casi nunca los veo, igualmente, prefiero estar solo que con ellos- dije neutral. –No tengo hermanos ni mascotas- hice cara de fallido –No me dejan tener un perro, siempre quise tener uno- seguí contando un poco más –El único que me entiende es mi padrino, Julian, él si que es lo máximo- comenté con una sonrisa. –Es mi ejemplo a seguir- dije orgulloso. Julian era el mejor, lo quería como a pocos.
-Hablando de mis padres- dije –Siempre me regañan, todo el día, ellos pensaban tener un hijo tranquilo, aburrido y formal como ellos, pero lamentablemente no les voy a dar el gusto- reí un poco. –Odian todo lo que me gusta- agregué –Ellos van al teatro a ver Ballet, bueno, yo me voy a un recital bien loco a escuchar metal industrial- expliqué y reí. –Seguro estoy muy influenciado por Julian- aseguré y reí.
-Algun día los conocerás- prometí aún agarrados de la mano. –Te aburrirás como nunca antes, pero, los conocerás- reí un poco más.

Dijo algo sobre una casualidad, y luego dijo todo su nombre. La casualidad era que uno de sus nombres era el mismo que el de mi padre, ante a eso reí un poco. Eran muchos nombres, eso lo hacía mas interesante y original. - Vaya, cuantos nombres, que original lo tuyo - dije con una sonrisa.
Luego me preguntó si no lo creía espantoso, para nada. - Claro que no, creo que es muy original - le respondí animándolo.
Me dijo el nombre de sus padres y luego sus oficios. El suyo también trabajaba en el ministerio - Genial - dije. Su madre era enfermera, me pareció noble de ella - Seguramente de ahí heredaste tu ternura -le dije picarona. - Digo... porque los del ministerio siempre son muy rígidos y serios. Pero seguro tu padre también tiene su lado encantador - le dije acariciando su rostro.
Dijo que eran aburridos y que casi nunca los veía ya que estaban todo el día trabajando, pero el prefería estar solo que con ellos - Ya no estarás más solo, estaré siempre contigo a tu lado para lo que necesites - le dije sosteniendo su cara con mi mano. Sabino estaba sentado en frente mio,en ese momento me senté a su lado y lo abracé por el estómago. Amé ese momento era muy romántico y tierno, al igual que Sabino.
Dijo que no tiene ni hermanos ni mascotas, pero le encantaría un perro. Ya sé lo que te regalaré para San valentín entonces. pensé.
- No importa que no los tengas, tienes amigos y con el paso del tiempo se convierten como hermanos - reí y miré a sus amigos.
Dijo que su padrino Julian, era el único que lo entendía y que sería su ejemplo a seguir - ¡Qué bien! - le dije a Sabi. Nunca había visto tanto afecto de alguien hacia un familiar y me puso orgullosa que Sabino diga eso, era muy gentil de su parte.
Luego el agregó que sus padres siempre lo regañan y todo lo que a el le gusta a ellos no.
Que el, iba a recitales locos de metal. El metal no era el tipo de música que más me gustaba... pero igual habían algunas canciones de determinadas bandas que me gustaban, pero pocas.- Pues... - me puse pensativa al hablar, - Los adultos no son como los adolescentes de ahora, en su época... nada era igual a la de ahora, por eso no nos entienden. - le expliqué al tierno de Saba.
- Mira... hay cosas que a mi me gustan y a mis padres no, pero igual... entienden que ya nada es lo mismo que antes... por eso lo aceptan. - [/b le confesé sobre mi familia.
La verdad aunque como cualquier hija adolescente, tengo mis discusiones con mis padres... pero igual los amo y no los cambiaría por nada.
La información de Sabino me pareció muy original, era una relación complicada la que llevaba con sus padres.
Dijo que algún día los conoceré, estaría encantada. Aunque me aburra como nunca antes... los conoceré. [b]- Encantada - le dije con una sonrisa. - Y créeme, no me aburriré, siempre sacó un tema de conversación y generó una larga, por eso no existe el aburrimiento para mi - le conté sobre mi.
- Volviendo al tema del metal... ¿Qué clase de banda te gusta? -le pregunté a Sabino.

Ante los muchos nombres que tenía, ella me llamó original. Algo que me enterneció mucho. Siempre había querido ser original, diferente a los demás. Y que se den cuenta, me hacía sentir una gran felicidad en el pecho.
-Que dulce- murmuré y le dediqué una sonrisa.
Ante el empleo de mi madre, dijo que seguro de ahí había heredado la ternura.
-Vaya, que chica pícara- bromeé mientras le presionaba la punta de la nariz con suavidad, luego reí un poco.
Comentó que seguro mi padre tenía un lado encantador y me acarició el rostro. Sí, quería besarla pero estabamos rodeados de demasiada gente y seguro nos retaban por ello. Le sonreí con ternura. Aún así no pude evitar pensar que ¿De dónde había sacado eso? Mi padre era un aburrido.
-Nada de eso, escuchar a mi padre hablar te saca cada pizca de diversión del alma- exageré y reí.
En eso, me dijo que ya nunca iba a estar solo y que ella me acompañaría en todo lo que necesitaría. Me abrazó por la cintura, yo le devolví el abrazo con más fuerza, apretándola contra mí de manera romántica. Apoyé ligeramente mi cabeza contra la suya.
-Te quiero demasiado, Nicky- revelé hablando en serio. Luego cuando la solté, le di un lento beso en la mejilla. Obviamente, prefería darle algo más íntimo que un beso en la mejilla, pero dadas las circunstancias apenas podía tocarla.
En cuanto a lo de que era hijo único, comentó que con el paso del tiempo mis amigos se harían hermanos y de que no me preocupara por ello. Rió y yo la acompañé riendo también.
-Linda- le dije mientras le pasaba el brazo por la cintura. Y la acercaba a mí.
Pareció gustarle mi relación con Julian, porque exclamó que estaba bien. Solté una carcajada.
Ya, después, Nicky habló mucho sobre los padres y su adolescencia. Y que, sus padres trataban de entender que todo era diferente. Dijo que no los cambiaría por nada. Acentí. Tenía cierto cariño por mis padres, pero sólo porque me habían acompañado alrededor de mi niñez y porque no me abandonaron cuando no podía cuidarme por mí mismo. No dudé en contarle como eran ellos conmigo.
-El problema es que ellos son- hice una pausa, suspiré y continué –Muy fríos y distantes conmigo- le expliqué. Incliné mi cabeza contra la suya.
Quería conocer a los aburridos de mis progenitores. Aseguró no aburrirse, dijo que sacaría algún tema de conversación y que eso la ayudaría a permanecer inmune al constante aburrimiento generado por esos dos adultos a los que llamo ‘mis padres’.
Ya, a este punto de la conversación. Me asaltó el asombro, el orgullo y muchísimos sentimientos buenos. Me preguntó que bandas de metal me gustaban. Me embobé pensando en ese maravilloso género de música. Casi no podía hablar.
-Bueno, las que más me gustan son Metallica, Iron Maiden, Megadeth, Judas Priest y Scorpions. Rammstein también me encanta- hice una pausa –Eso, si hablamos de metal y de las bandas que más me gustan de ese género. Me gustan muchas más bandas que esas- le aseguré y sonreí. La música era el mejor invento del hombre. Adoraba escuchar música y empalagarme con solos de guitarra y lineas de bajo buenísimas.
-¿Tú?- le pregunté con muchísima curiosidad. Estaba realmente intrigado.

Comenzó diciendo que era dulce, - Gracias - le dije sonrojada.
Me dijo que era una chica pícara, - Bueno señor abraza chicas con frío - le dije bromeando mientras reía. Luego apretó mi nariz, sonreí cerrando mis ojos en el momento.
Bromeó con algo de su padre, - No seas exagerado - le dije mientras le daba un pequeñito golpe con mano abierta en el hombro.
Al escuchar lo que yo había dicho, me dio un abrazo hermoso, el abrazo más dulce que jamás me hayan dado. Me dejé abrazar y lo abracé también. Luego agregó que me quiere, - Yo te amo más, Sabi - le dije con los ojos cerrados. Luego los abrí muy abiertos sin hacer ni decir nada al repasar mis palabras, me había dado cuenta de que le había dicho te amo, el solo me había dicho te quiero y yo te amo.
Después me dijo linda y me abrazó por la cintura, me dijo que el problema era que ellos eran muy fríos y distantes con el. - Pues entonces, me tendrás a mi - le dije con una sonrisa, luego miré hacia los dos lados y noté que nadie nos estaba mirando, en ese momento besé su boca en un tiempo muy corto y dije - Debía hacerlo - susurrándole al oído.
Más tarde, Sabino respondió mi pregunta sobre la música, y me dijo todas sus bandas preferidas, una de ellas era Metallica, la que más me gustaba a mi del Metal. - ¡Vaya! la que más me gusta del Metal, es Metallica... amo la canción "one" el solo de la guitarra, es impresionante- le dije con una sonrisa mejor.
El y yo teníamos bastante en común, ¡me encantaba!.
- A mi.. lo que más me gusta es el Rock n Roll y el Pop, aunque el Metal también pero no tanto como el otro tipo de música - respondí.

Se sonrojó con lo que dije. Era muy dulce, le sonreí con ternura. Ella era especial y no me cansaba de pensarlo, era muy diferente a las demás chicas. Yo era completamente feliz a su lado.
Cuando la llamé ‘chica pícara’ ella me respondió que yo era un chico abraza chicas con frío. Reí con el apodo. Ya, cuando le toqué la punta de la nariz, ella cerró los ojos y le di un suave beso. Que duró poco, por la culpa de la gente en los alrededores.
También, cuando bromeé con lo de mi padre, me llamó exagerado, eso también me hizo reír mucho. Además, recibí un golpecito en el hombro, muy cariñoso.
Ya, cuando nos abrazábamos dulcemente, ella me dijo que me amaba más. Nunca era detallista, pero, eso saltó a la vista. Me sacó una risa.
-Yo te amo más- comencé una discusión tierna. Le había dicho que la amaba. Sentía una gran atracción por ella. Y no podía pasar más de un minuto, sin aunque sea, tomarla de la mano.
Después, cuando le conté la relación con mis padres. Ella me dijo que la tendría a ella. Me giré a ella con una sonrisa. Eso era lo que más quería, estar junto a ella por muchísimo tiempo. En eso, observó el ambiente y me dio un beso corto. Que, obviamente, le devolví con ganas. Me confesó que ella debía hacerlo. Reí y agregué
-Lo disfruté mucho- y reí ante mi declaración.
Cuando hablamos sobre metal, ella confesó que su banda favorita era Metallica. Le di un fuerte abrazo cariñoso para luego soltar
-Eres tan perfecta- para luego, darle un beso en la mejilla.
-No puedo creerlo- repetí como tres veces en unos pocos segundos.
¿Deveras?- le pregunté y sonreí sorprendido.
Ella habló sobre la famosa canción ‘one’, un clásico.
-Esa canción es la ley- dije y reí.
No podía creer que Nicky fuera tan perfecta.
Después ella contó que le gustaba el rock n roll y el pop. Sonreí
-El punk-rock es mi pasión. Me encanta el rock-alternativo y el rap-alternativo. También puedo escuchar algo de Locnville, que sería electro-pop- sonreí –No sé porque pero Locnville rompe mi tradición de nada de electro- dije chistoso.
-¿Sabes una cosa?- le dije –Deberíamos ir a un concierto juntos- afirmé -¿Qué dices?- le pregunté con una sonrisa enorme.

Rió ante mi apodo del abraza chicas, yo también lo hice.
El dijo que me amaba más, - Eso sería imposible - le dije con un tierno beso en la mejilla.
Luego del beso en su boca que le di, dijo que lo disfrutó, yo no pude no admitir que me había gustado tanto que quería que se repitiera un millón de veces más. - Yo también - le dije dándole un beso en su cuello.
Dijo que era perfecta, eso me encanto muchísimo, nunca antes nadie lo había dicho. - Tu eres el chico soñado - le devolví el cumplido con un delicado pestañeo.
Dijo que no podía creerlo, - Yo tampoco... tenemos mucho en común - le dije con otra sonrisa. La verdad es que en mi vida, con todos los conocidos había que sonreírse todo el tiempo para no quedar descortés, pero esta vez no me cansaba de hacerlo y eran sonrisas totalmente verdaderas. Con sabino... todo cambiaba.
Dijo que la famosa canción "one" era la ley, - Lo sé, podría escucharla miles de veces sin cansarme - le dije explicando con el mismo tick de siempre... moviendo las manos.
Luego me contó sobre el tipo de música que le gusta... - Pues... a mi todo tipo de música me viene bien, creo que la música es estupenda... hasta para relajarse, ¡hasta para bañarse! - le dije con una mini risa, ya que yo siempre me bañaba escuchando mis canciones preferidas en mi casa.
Más tarde, el propuso ir a un concierto juntos. La oferta me había encantado, era lo mejor. - ¡Claro! será genial - le dije abrazándolo. - Yo invito las entradas - le dije con una sonrisa para convencerlo. Yo tenía mucho dinero ahorrado y no sabía en que gastarlo... me pareció genial gastarlo en eso, un concierto con el chico mas lindo del mundo. Perfecta era la idea.

Según ella, que yo la amara más que ella a mí era imposible. Me dio un beso en la mejilla. Solté una risa corta.
-Tú no sabes cuanto te amo yo a ti, así que no puedes decir que lo que tú sientes es mayor- comenté y reí. –Yo te amo más- repetí para continuar con nuestra discusión cariñosa.
En cuanto al beso, dijo que ella también lo había disfrutado. Y me dio un beso en cuello. Sí, fue lo mejor en vida. Fue muy placentero sentir sus labios contra mi cuello.
Cuando le dije que era perfecta, ella me contestó que yo era el chico soñado.
-Hermosa- murmuré con una sonrisa dulce. Era tan adorable y hermosa al mismo tiempo. Le di un beso en la mejilla y después le sonreí con ternura.
Los dos estabamos de acuerdo en que teníamos muchísimas cosas en común. Ella era mi modelo de chica ideal, no podía creerlo, todavía. Ese día, fue lo mejor que alguna vez me hubiera pasado.
Después hablamos de ‘One’ y ella dijo que podía escucharla miles de veces.
-Totalmente- estuve de acuerdo con ella. Esa canción era casi adictiva.
Hablamos de música y ella comentó que a ella todo tipo de música le venía bien. Sonreí. Inmediatamente, dijo que le parecía estupenda mientras se bañaba. Sí, como tan atrevido que era, la había imaginado mientras se bañaba. Me sonrojé al instante y comencé a reír. Esperaba que no me preguntara porque había reído. Ya podía sentir su mano marcada contra mi mejilla, por una bofetada.
También, hablamos sobre el concierto. Ella pensaba invitarme las entradas.
-No- dije firme –Las mujeres nunca pagan, los caballeros ( buenos ciudadanos ) les pagan la entrada- dije y sonreí.
-Así que olvida eso, te la pago yo- le expliqué para luego guiñarle el ojo y sonreírle.

Dijo que no sabia cuanto me amaba, así que no podía decir que yo lo amaba mas que el a mi. Reí y dije - No, no lo sé... pero si se que de seguro te amo mucho mas - le dije mientras acariciaba su cabello.
Luego me dijo hermosa, sonreí al escucharlo.
Más tarde, dijo "totalmente" al comentario que le había dicho sobre la canción de Metallica one.
Mientras hablabamos de esto, el soltó una risa y no sabía de que se reía, de todas maneras me pareció tierno - ¿De qué te ries? - le dije con una sonrisa. El y yo nos entendíamos perfectamente, era el chico con el que toda la vida soñé y pensaba que jamás encontraría a alguien tan perfecto como el .
Luego se negó a que yo invite las entradas, dijo que una dama nunca paga, el caballero "como buen ciudadano" pagaba. Solté una carcajada al escuchar el comentario de Sabi. - No, yo pago las dos. Te quiero invitar yo - le dije seria pero no pude contener la sonrisa.
Esta me salía cuando hablaba con el, era el mejor de todos.
Me hacía sentir especial, era hermoso.
- Eres el más dulce y lindo de todo el castillo - le dije con una sonrisa. Me acerqué mas a el. Quería besarlo, pero no se podía.
Le dí un beso al lado de sus labios, mientras le sostenía la barbilla.

Continuamos con la discusión sobre quien amaba más al otro.
-Entiende Nicky- le dije y continué –Yo te amo más- separando cada palabra.
Esa discusión quizás se tornaría interminable. Igualmente, no la iba a dejar ganar sabiendo que yo tenía razón, la amaba demasiado.
Ya, fue mi fin cuando me preguntó de que me reía. La miré desconcertado. ¿Le diría la verdad o mentiría diciendo que imaginé un pony rosa? ( (?) ) Mejor lo del pony rosa.
-Es que- comencé, ¿Pony rosa? ¿Estás loco? La verdad será mejor. Me rasqué la cabeza con gesto avergonzado -¿Prometes que no me dolerá mucho?- pregunté antes, por las dudas. Cuando ella contestó lo solté –Te imaginé mientras te bañabas- comencé a reír.
-Merezco la bofetada- dije incentivando la violencia ( (?) )
Se rió con lo del buen ciudadano y lo demás. Yo reí también. En eso, ella protestó diciendo que ella las iba a pagar.
-Jovencita- comencé haciéndome el serio –Deje de insistir, no me obligue a amenazarla ( (?) )- agregué y reí.
-Las pago yo- dije simple.
Recibí muchos halagos por su parte. Me dijo que era el más lindo de todo el castillo. Reí para luego agregar.
-Y tú eres la chica más hermosa de todas- le devolví el halago.
.-Te amo- comencé de nuevo con las discusiones de ‘yo más’, ‘no, yo más’. Reí al pensar en eso. Entonces, ella me besó en la comisura de la boca.
-No me tientes- le susurré y reí.
Se sentía realmente placentero. Era una de las mejores sensaciones que había tenido.

Dijo que entendiera que el me amaba más - Admítelo, yo más - le dije abobada por lo lindo que era.
Me hizo prometer que no le dolerá, no entendí al principio y luego admitió que me había imaginado bañandome, me incomodé y sonrojé. Aclaré la garganta y respondí - Aj, ¡Sabino! - luego solté una carcajada.
No lo abofeteé, no podía hacerlo... era demasiado lindo.
- Por esta vez, no te abofeteo - le dije con una sonrisa de vergüenza.
Luego me retó como a mi padre y dijo que el pagará las entradas, que no le obligue a amenazarme. Reí y respondí - Las pagaré yo, ¿tu, amenazarme? - volví a reir - Eres muy lindo para ser criminal - admití con vergüenza por dentro.
Dijo que era la chica mas hermosa de todas, - Tu igual... solo que con los chicos - le dije con una mini risa.
Después agregó que me amaba, - Yo igual, Sabino - le devolví la ternura.
Cuando le dí el beso casi en la boca, me susurró que no lo tiene. No pude evitar reírme, - Lo siento - le susurré también.

Dijo que me amaba más, - Okey, los dos por igual - le dije moviendo las manos.
Dijo que las pagará el y que podía amenazarme. Luego admitió que no, no podía amenazarme pero igualmente las pagará el. - Mira... te voy a explicar algo, YO pagaré las entradas y disfrutaremos el concierto juntos - expliqué mirando sus bellos ojos café.
Cuando dije que el lo mismo con respecto al comentario de la chica mas hermosa de todas, dijo que ya le parecía raro. Reí ante su comentario.
Después agregó que no me disculpe con lo de que lo tentaba, le encantaba. - Pues entonces... mejor que sea así - dije mientras miraba hacia los dos lados, noté que nadie estaba prestándonos atención, por lo que le di un beso en sus labios tierno pero corto.
Pensé en como seria cuando Sabino vaya a conocer a mis padres, amaba pensar en lo que pasaría en el futuro.
Supuse que a mis padres les gustaría que salga con el, pues siempre soñaron con que encuentre a mi chico que a mi me parezca ideal, más mi madre ya que mi padre es algo celoso, pero igualmente mi padre siempre me decía, "mi niña, cuando sea el momento vas a encontrar al chico ideal, y me pasearás con tu porshe cuando tenga bastón" burlón.
Me imaginé a Sabino y a mi en mi pileta nadando, era ideal. - Sabes... me imaginé cuando vayas a conocer a mis padres. Mi padre siempre decía " mi niña, cuando sea el momento vas a encontrar al chico ideal, y me pasearás con tu porshe cuando tenga bastón " - dije mientras reía. - Nadaremos juntos en mi piscina, será muy divertido - imaginé y expliqué mientras lo pensaba todo.

Acordamos que los dos nos queríamos por igual. Sonreí con la idea y acepté
-Claro- dije sonriente.
Siguió insistiendo con lo de las entradas.
-No, no, no- empecé y continué –Las pago yo- dije para luego agregar –Las pago yo y punto- di por finalizada la conversación acerca de las entradas.
Volvió a darme un beso, muy dulce. Yo quería darle uno, pero, no tenía la habilidad innata de ella para analizar si alguien nos espiaba.
Después, me habló sobre cuando conocería a sus padres. También, mencionó lo que su padre le repetía. Algo de un chico ideal y de un porsche. Yo no tenía un porsche, sería una decepción contarle eso. Así que me lo guarde. Igualmente, me dio mucha risa lo del bastón y demás. Así que reí un rato con esa frase. Luego, confesó que nos imaginaba nadando en su piscina.
La miré atónito. ¿Piscina? No, no, no, murmuré en mi mente. Comencé a ponerme pálido.
-Hay- dije y continué –Hay un pequeño problema- comenté entrecortadamente.
¿Qué pensaría ella de mi fobia? Igualmente iba a contársela.
-Soy acuafóbico- dije e imité una sonrisa, es que no se parecía del todo a una.
-La acuafobia es un miedo persistente e irracional hacia el agua- la miré a los ojos. Esperaba que dijera algo. Aunque me gustaría darle el gusto de nadar junto a ella, simplemente no podía, no podía ver una piscina, no podía darme baños de inversión sólo podía ducharme. Me aterraba el sólo pensar en una piscina, llena hasta el máximo de agua.

Aceptó la oferta de que no queramos por igual.
Luego insistió con pagar las entradas - Yo te quiero invitar tontito, yo las pago, es un regalo - le dije con una sonrisa.
Cuando comenté la frase de mi padre, se rió. Yo también lo hice, pues era muy cómica la frase.
Cuando conté lo de la piscina, se puso raro y pálido. Me asusté en el momento y después dijo que había un problema. Lo miré con preocupación y me contó que le tenía fobia al agua. Sentí que lo había intimidado, esa sensación no me gustaba pues lo que menos quería era herir a Sabino.
- No te preocupes, no pasa nada... todos le tenemos miedo a algo - le dije acariciando nuevamente su cabello.
- Lamento haber sacado el tema - lo miré con una sonrisa tierna para calmarlo un poco. - Cada vez eres más original - dije riendo.

Y seguimos con lo de las entradas. Ella quería hacerme un regalo. Sonreí ante su ternura, pero, no iba a dejarla pagar. Me daba lástima aprovecharme así de ella.
-Las pagaré yo- seguí insistiendo y reí ante la larga conversación por las entradas.
Pareció preocuparse mucho con lo que le conté. Hasta me consoló muy dulcemente. Además, me acarició el cabello con ternura.
-Gracias- le dije aún todavía con un dejo de desesperación en la voz.
Dijo que lamentaba haber sacado el tema.
-No te preocupes- le dije y le sonreí mientras la miraba a los ojos.
En eso, me dijo que cada vez era más original.
-¡Gracias!- le dije sinceramente. Era lo que más quería, ser diferente. Pasé mi brazo por su cintura y la acerqué más a mí.
-¿Sabes que eres la mejor?- le pregunté y le sonreí con ganas.

Sabino era demasiado tierno, nos entendíamos muy bien y era de lo más lindo. Me encantaba su forma de ser, era de lo más original y lindo.
- Sabino, enserio quiero hacerte un regalo, déjame por favor - le dije tratando de ser seria, aunque no pude y al instante sonreí.
Me dio las gracias por el comentario, no podía creer que me haya dicho gracias por eso, era más que tierno. - No me des las gracias, eres lo mejor y por eso no tienes porque darme las gracias - le dije con un besito en su mejilla.
Se le notó a Sabino con algo de preocupación todavía, me sentí muy culpable por haber tocado el tema. - Enserio, no te preocupes. Soy una torpe, no debí haber abierto mi gran bocota - dije mordiendo mi labio inferior con mis dientes de arriba de la boca.
Luego me dio un tierno abrazó y me juntó hacia el, no me moví de ahí y apoyé mi mano sobre su pecho mirando su rostro, tratando de calmarlo. Luego me preguntó tiernamente si sabía que era la mejor. - No, no lo soy... no entiendo como estas conmigo en este momento, cuando hay chicas mejores - dije con una sonrisa.
La verdad era que realmente no lo entendía, habían miles de chicas muy bonitas y justo se fijó en mi. Era un milagro, mirando a todas las niñas de la escuela, nunca me sentí linda. Siempre había alguna que me sobrepasaba.

Dijo que quería hacerme un regalo y me pidió por favor. Era demasiado adorable.
-Vaya, que eres dulce- dije y le sonreí. –Pero, las pago yo- volví a sonreír y reí.
Luego, se contó que no debía darle las gracias, me dijo que yo era lo mejor ( :3 ) y me dio un beso en la mejilla.
-Linda- murmuré y le sonreí para luego darle uno yo a ella.
Pareció sentirse culpable por lo de la piscina. Me dijo que no me preocupara y que ella era una torpe y comenzó a morderse el labio inferior, me parecía sexy. Así que, le di un beso muy íntimo y después le dije
-No digas eso- la reté –Tú no sabías nada de mi fobia, no puedes echarte la culpa- continué –Eres tan linda cuando te reto- y reí con ganas.
Mientras la tenía bien cerca y la agarraba por su angosta y tentadora cintura, apoyó su mano contra mi pecho. Le sonreí pero en eso dijo algo que me hizo cambiar la cara. Dijo que no entendía porque estaba con ella, habiendo chicas más lindas en su opinión.
-Ya basta- le dije mientras la abrazaba. –Tú eres la más hermosa de todas, es realmente obvio a la vista. Además, soy yo el que se pregunta porque sales conmigo, teniendo tú la oportunidad de salir con esos chicos musculosos y de mentón fuerte ( (?) )- dije y reí. No sabía si ese era el tipo de chico por el cual todas morían y se rendían a sus pies, pero lo utilicé como ejemplo.

Me dijo que era dulce, tenía ganas de realmente besarlo, maldición pensé al ver que no podíamos. En ese momento pensé que me había dejado al fin pagarlas, pero luego agregó que igual las pagará el. - ¡No! - le dije mientras traté de hacerme la seria, pero al instante reí. - Las pagaré yo. Es un regalo que quiero hacer te Sabino, ¿Por qué no me dejas? -
Me dijo linda, - Tu más - susurré.
Me dijo que no diga eso, lo de lo torpe que era por haber tocado el tema. Después dijo que yo no tenía la culpa, no sabía de su fobia, y agregó que era linda cuando me retaba. Lo escuché atentamente cuando me dijo eso, y luego cuando me retó y me dijo que era linda cuando me retaba, reí. - Tu eres lindo en todo - le dije con una gran sonrisa tierna.
Me abrazó y me dijo que parara, luego dijo que yo era la más hermosa de todas, en cambio el era el que debía pensar eso, ya que habían "chicos músculosos y de mentón fuerte" reí para luego responder, - Sh, sh, sh - le dije mientras ponía mi dedo en su boca callándolo, - Tu eres el mas hermoso de todos, además... no me importan "los músculosos" tu eres fuerte por dentro y por fuera. -

Se quejó porque quería pagarlas ella. Me preguntó porque no la dejaba y me llamó Sabino.
-Nicky, nada de Sabino- dije y reí –Es demasiado educado- continué riendo –Ya, dime de todo excepto Sabino, ¿Sí?- traté de acordar con ella.
-En cuanto a las entradas- comencé –No me gustaría que gastes tu dinero, además, los hombres invitan las entradas- finalicé y sonreí.
Me susurró que yo era más lindo.
-Eso es imposible- agregué –Tú y sólo tú eres súper hermosa- dije y le di un beso en la mejilla.
Mientras la retaba, me miraba atentamente y cuando le dije que se veía linda cuando era retada comenzó a reír. Ella me respondió que yo era lindo en todo.
-Pero Nicky, ¿No te das cuenta que tú eres la persona más hermosa que nació en toda la historia del mundo? ( (¿?) )- le dije y sonreí.
Cuando le dije lo de los chicos de mentón fuerte, me calló muy sensualmente. Me dijo que era yo el más hermoso de todos y que era fuerte por fuera y por dentro.
-Tú estás fuerte- le dije y reí con ganas.

Me dijo que no le diga Sabino, todos menos Sabino. - Okey, mi amor - le dije con una sonrisa pícara.
Me dijo que no le gustaría que yo las pague, además los caballeros pagan las entradas. Me pareció demasiado tierno, - ¡Que tierno! - dije con cara de ternura, - Pero las pagaré yo - le dije con una sonrisa.
- Bebe, yo quiero pagarlas, regalarte las entradas. Por favor déjame - le pedí haciendo puchero.
Dijo que era imposible que el sea el mas lindo del mundo, que solo yo lo era. - Pues no es verdad, tu eres el mejor chico del mundo, amor - le dije con un besito tierno en su mejilla.
Me preguntó si no me daba cuenta de que yo era la persona más hermosa que nació en toda la historia, me causo risa por eso reí y continué, - No.... ¿estás loco? tu eres esa persona - le dije acariciando su mejilla con mi dedo pulgar.
Cuando le dije que el era fuerte por dentro y por fuera, agregó un comentario que me causo mucha risa. Dijo "que yo estaba fuerte". En ese momento, solté una carcajada y le dije. - ¡Atrevido! aunque no puedo enojarme contigo. Eres demasiado tierno y lindo. -

Cuando le pedí que me dijera de todo menos Sabino, me llamó amor. Reí y le dije
-Gracias, muñeca- con la misma sonrisa que ella me dedicó a mí. Bien atrevida.
Además, cuando le dije lo de las entradas, exclamó que yo le resultaba muy tierno. Sonreí halagado. Pero, las iba a pagar ella.
-No, no y no- comencé pero cuando me llamó bebé, paré en seco. Sí, era un apodo demasiado provocativo. Quería regalarme las entradas, ya hacía varios minutos desde que estuvimos discutiendo sobre ellas.
-Las pagaré yo- dije suplicando que me dejara pagarlas a mí.
Me dijo que yo era el mejor chico del mundo y me dio un beso en la mejilla.
-Tú eres la mejor chica del mundo, entonces- le dije con una sonrisa en mis labios.
Se rió con mi comentario y me preguntó si estaba loco.
-Muy loco- agregué y reí.
Ella dijo que yo era esa persona.
-No, no, no- volví a decir –Esa persona eres tú- comenté y reí.
Cuando le dije que estaba fuerte, se rió mucho y me llamó atrevido, igualmente dijo que no podía enojarse conmigo. Sonreí con satisfacción, era inmune así que podía decir tantas frases atrevidas como quisiera.
-Quiero tomar Coca-Cola- dije de la nada. Sí, solía tener esas ocurrencias extrañas. -¿Alguna vez la probaste?- le pregunté intrigado y con una sonrisa en los labios.

Me agradeció y llamó "muñeca", me sonrojé... no pude evitarlo.
Luego me dijo que no, que el las pagaría. - Ash... - hice una pausa. - ¡Que quiero regalartelas yo dije! - expliqué con una sonrisa. - Mi amor, enserio te las quiero regalar yo. Por favor déjame regalártelas - le supliqué con ternura.
Me dijo que entonces yo, era la mejor chica del mundo. Todavía no me entraba en mi cabeza, seguía sin comprenderlo. - Todavía no lo comprendo, ¿cómo puedes estar conmigo? - pregunté mirando hacia abajo desentendida, - Mira a todas esas chicas - le señalé a todas las mujeres del Gran Salón. - ¿Qué no notas que son más guapas que yo? - le dije agarrando sus dos tiernos cachetes.
Dijo que estaba muy loco, respondiendo la pregunta que le había hecho. -Me doy cuenta - le dije con una sonrisa.
Me dijo que la persona más linda era yo, - No, eres tu - volví a repetir.
De la nada, dijo que se le antojaba tomar Coca - Cola, más tarde me preguntó si alguna vez la había probado. - ¡Claro!, ¿quién no? - hice una pausa, - Es una de mis bebidas que más me gustan, la verdad... odio el agua. Es decir, no le encuentro el sabor - sonreí hacia abajo y luego lo miré a los hermosos ojos.

Comenzó otra vez con que quería pagarlas ella, después me dijo que por favor ella quería regalármelas y no sé que más. Bufé y me rendí
-Está bien- dije resignado.
En eso, dijo que no comprendía. La miré extrañado. Me preguntó como podía estar con ella. Tenía la mirada gacha. Me pidió que miré a unas chicas de por ahí, me las señaló. Miré asqueado a las feas chicas que me mostraba. Me preguntó si no notaba que eran más bellas que ella. Además, me agarró las mejillas y reí con ese gesto.
-Nicky- le dije –Amor mío- volví a llamarla –No me gusta ninguna de las chicas a las que señalaste, no quiero cambiarte. Me gustas tú y sólo tú- traté de que entendiera y le sonreí con ternura.
-A la única que quiero es a ti- seguí explicándole.
Cuando le dije que estaba loco, respondiendo a su pregunta, me dijo que se había dado cuenta. Comencé a reír y la despeiné con suavidad en gesto cariñoso.
Siguió insistiendo en que yo era la persona más linda.
-Entiende- le dije con una sonrisa –La más bella es McGonagall- bromeé y reí con ganas.
-Nunca McGonagall será linda- repetí y me asqueé.
-Esa vieja- murmuré con furia al recordarla con mayor claridad. Casi podía oírla decirme Señor Johnson esto, Señor Johnson aquello.
-Que se pudra- afirmé y sonreí con maldad.
Ella conocía la Coca-Cola. Reí y la miré con ternura. Dijo que era una de las bebidas que más le gustaban.
-Es adictiva- dije y reí.

Al fin me dejó pagar las entradas, - ¡Si!, sabía que me dejarías - le dije con un abrazo tierno.
Me llamó por mi nombre y luego volvió a llamarme por "amor mio" me encanto ese gesto. Dijo que no le gustó ninguna de las chicas que le señale, que no quería cambiarme y que le gusto yo y nadie más. Morí de la ternura, no pude contenerme, lo besé en los labios... hice una pausa para decirle - Tu me gustas también, eres el chico más hermoso de todos - y volví a besarlo.
Luego dijo que entendiera, que la más bella era McGonagall, solté una carcajada al escuchar su chiste. Después la llamó "vieja" y dijo que se pudra. Volví a reír. - Pobre anciana, tiene sus años. Esta más seca que una pasa. - le dije con una sonrisa. Imaginé a una pasa con la cara de McGonagall y no pude evitar reírme, esperé a que no me preguntara porque me reía, pensaría que soy una niña.
Con respecto a la bebida Coca - Cola, dijo que era adictiva. - Lo sé, no me creas una loca pero... la de la botella de vidrio me parece más rica que la normal - le dije con una sonrisa.