Pasillo Principal

Los pasillos principales de Hogwarts son todos amplios y largos.

Ese día me había levantado demasiado tarde y aún así seguía teniendo sueño. Seguro era por dormirme a la madrugada todos los días. No era mi culpa, era de mi insomnio permanente y de los ronquidos de uno de los chicos de sexto. Una noche había tratado de descubrir quien era el que emitía esos sonidos tan insoportables, pero, simplemente no descubrí quien era. Recuerdo haber pensado que seguro era mi alocada imaginación. Pero ya, ¿No sería extraño imaginar ronquidos?
Todo eso, lo pensé, mientras caminaba por uno de los pasillos de la sexta planta. Bostezaba cada dos pasos y además me reía de lo de los ronquidos. Estaba saturado de tanto colegio.

Estaba pasando por el pasillo, tenía muchísimo frío. En ese día había habido una gran tormenta y estaba helando.
Pasé caminando cuando pude observar a un chico allí. Bostezaba mucho, no habrá dormido bien pensé. Traté de ignorarlo pero sus bostezos me llamaban la atención. Eran muchos.
Me acerqué al chico cansado y dije - Oye, ¿tienes sueño? - burlona. Era notorio que tenía sueño, no cabía duda. - ¿No dormiste bien? - le pregunté al chico cansado y esperé su respuesta.

En eso, una hermosa joven se me acerca. Tenía el cabello rubio y ondulado. Me preguntó si tenía sueño. Tuve que aguantarme las ganas de reír para contestarle a la atractiva chica.
-Sí, tengo mucho sueño- comenté mientras me rascaba un poco la cabeza con gesto despreocupado.
Contestando a su siguiente pregunta, respondí
-Esto, no pude dormir mucho, es difícil de explicar- agregué –Tiene que ver con ronquidos imaginarios y otras cosas raras- dije después y reí un poco. Quizás, esa muchacha pensaba que estaba loco o que era un psicópata.
-Soy Sabino- me presenté inmediatamente y le extendí la mano para que la estrechara. Sonreí con la mejor sonrisa posible antes de agregar –Me gustaría saber tu nombre- y sonreír de nuevo.
La verdad era que el sueño se me había ido completamente al ver los hermosos ojos de esa chica.

Dijo que tenía mucho sueño - Que mal - le dije al chico.
El agregó que era difícil de explicar, que tenía que ver con ronquidos imaginarios. Me pareció algo raro eso... pero como diga. - Que raro - dije. No pude evitar una mini risa, así que me reí pero no por mucho.
Dijo que se llamaba Sabino Johnson - Que original y lindo nombre, Sabino. - le dije a "Sabino".
Sabino comentó que le gustaría saber mi nombre, así que me presenté - Nicole, Nicole Beth Parker, pero puedes decirme solo Nicky - estreché su mano y sonreí.
- ¿Cuántos años tienes Sabino? - le pregunté a mi nuevo conocido.
Tenía un lindo cabello y ojos.

Dijo que era rara la situación que había resumido sobre porque no podía dormir, también rió un poco. Tenía una risa bonita, delicada.
Ya, dijo que mi nombre era bonito. Era la segunda vez que me lo decían, no podía creerlo. Siempre todos odiaron mi nombre. Así que, le sonreí a la chica.
-Gracias, amiga- agradecí confianzudamente. Me estrechó la mano y me contó que ella se llamaba Nicole. Ese sí que era un nombre hermoso. También, me preguntó cuantos años tenía.
-Diecisiete- respondí con una sonrisa de orgullo. Supuestamente, ya era mayor de edad. -¿Y tú?- le devolví la pregunta bastante interesado. Esperaba que no sea mayor que yo, no sé porque, pero no me gustaba que fuera más grande.
En eso, la observé mejor. Solía hacer una revisión de la persona más detallada después de hablar un poco. Bueno, lo que saltaba a la vista era que era preciosa. Y otra cosa que también saltó a la vista era que era de Gryffindor. Sí, vi el color de su uniforme y me alegré de que estuviéramos en la misma casa. Le volví a sonreír.
-¿Qué andabas haciendo por aquí sola?- le pregunté, la verdad, si yo hubiera sido mujer y linda como ella, no hubiera caminado por un pasillo dramáticamente solitario con este frío. En eso, recordé una de las leyes de la buena educación y de un buen muchacho conquista chicas.
-¿Tienes frío, Nicky?- le pregunté usando el apodo que ella me había autorizado a emplear.

Me dio las gracias por el cumplido que le había hecho. - Por nada - le dije con una sonrisa. Pude analizar que el era muy lindo.
Respondió a mi pregunta y dijo que tenía diecisiete, luego me preguntó por mi edad - La misma que la tuya - respondí feliz de que los dos tengamos la misma edad.
Tuvo curiosidad de que andaba haciendo por aquí sola, - Nada, estaba aburrida pues vengo de una charla del baño de Myrtle y la verdad... estaba aburrida nada más - dije mientras explicaba moviendo las manos. Siempre lo hacia, era como una costumbre, un tick para mi. Explicar mientras muevo las manos, aunque odio eso y trato de evitarlo, a veces no me doy cuenta y lo hago, pero no me gusta mucho como queda.
Me preguntó si tenía frío, la verdad es que me estaba helando. La tormenta que hubo, había despertado un fresco infernal. Mis manos estaban congeladas y mi nariz algo roja, creo que había pescado un resfrío. - Si y mucho. Se ha levantado un frío muy helado. - dije mientras frotaba mis manos. - ¿Tú no te estás congelando? - pregunté impresionada.

Ella tenía la misma edad que yo. Las emociones me habían controlado y no pude evitar hacer un gesto de victoria, seguro Nicky lo notaría y eso me dio risa. Me explicó que andaba sola porque estaba aburrida y no sé que más sobre Myrtle. No había entendido aunque asentí con la cabeza en señal de entendimiento falso.
Contestando a mi pregunta dijo que se estaba helando y me preguntó si me pasaba lo mismo.
-Para mí estás que ardes- solté sin darme cuenta que había dicho lo que pensaba. No pude evitar reír un poco. Nicky tenía frío y yo como buen ciudadano ( (?) ) Debía abrigarla. Así que, me saqué mi abrigo y se lo coloqué cuidadosamente. Sonreí cuando ya la había arropado.

Sabino hizo un gesto de alegría cuando escuchó que tengo su misma edad, puse cara de ¿QUE?, reí y no le dí importancia.
Cuando dije que estaba helando, Sabino me dijo que estaba que ardía, no pude evitar sonrojarme y reír. - ¡Qué atrevido! - dije tratando de ocultar la risa aunque no pude y reí, dándole un golpecito en el hombro con la mano abierta.
Luego por la razón de que dije que tenía frío, me arropó y no pude evitar pensar de que me encantó. Creo que me estoy enamorando con solo este gesto pensé. Este enamoramiento era muy rápido, apenas lo conocía. Pero sus gestos eran muy divertidos y lindos, el era así.
Me arropé junto a el, cerré mis ojos y me deje llevar.

Ella rió y me llamó atrevido cuando le dije que estaba que ardía. Además, me dio un golpe suave en el hombro. No pude evitar reír. Quizás sí era algo atrevido, pero nunca antes lo había sido, no que yo recordara.
La verdad es que me encantó arroparla, era como mi propia muñeca. Ella tenía razón, sí era atrevido. Reí con eso.
-¿Mejor?- pregunté con una sonrisa en referencia a el abrigo que le había dado con tanta hospitalidad y dulzura. Si no bastaba, aún me quedaban unos abrazos cariñosos para darle.

Cuando me arropó me preguntó si estaba mejor, me daban ganas de decirle No podria estar mejor pero sonaría muy atrevido así que mejor le dije - Si... aunque el frío no pasa del todo esta mucho más calentito - sonriéndole.
Luego sentí curiosidad por Sabino, es decir... parecía un chico agradable y quise saber más de el. Así que le pedí que me contara algo sobre el. - Cuéntame algo sobre ti - le pedí a Sabino, pero obviamente sin salir de su arropamiento. Era tan lindo y cómodo, un paraíso.
Logré notar que Sabino tenía unas manos muy suaves, eso lo hacía mas lindo, pero no se lo iba a decir, quedaría como una torpe.

Cuando comentó que seguía teniendo frío, fue una incitación a que la abrazara. Así que así lo hice. Pasé mis brazos alrededor de su cintura y la acerqué más a mí. Estabamos pegados y era realmente cómodo, quizás hermoso. Era un momento intenso, romántico.
En eso, me pidió que le cuente algo sobre mí. Estabamos tan cerca que sentía su respiración contra mí y además podía oler el olor de su perfume.
-¿Algo sobre mí?- repetí y pensé la respuesta –Bueno, ya no tengo sueño- confesé y reí. –Y pienso, que este abrazo está muy lindo- agregué.
Tuve que reprimir muchos impulsos mientras la abrazaba. Y por tercera vez en dos roles, sí, era atrevido. La cabeza de Nicole estaba ligeramente apoyada sobre mi pecho y era tan tentador. Seguro Nicole ya no tenía frío o eso esperaba. A pesar de todo, no quería hablar mucho, la estaba pasando demasiado bien para arruinarlo con frases sin sentido.

Me abrazó y me pegó a su cuerpo. Esa sensación era placentera, tan romántica y dulce. Me puse muy nerviosa, no sabía que hacer, pero me dejé llevar y no hice nada. De repente, mi frío se fue, Sabino hacia sentirme de esa manera.
repitió mi pregunta -Si - respondí.
Dijo que ya no tenía sueño, - Qué bien - le dije, ya sabía que se refería por el abrazo, ya que son técnicas de coqueteo. - A mi, el frío - le dije con una sonrisa en mi rostro.
Luego agregó que piensa que este abrazo era muy lindo, - Creeme, yo también - le respondí al lindo chico que me abrazaba por la cintura.
Luego, miré hacia arriba ya que allí estaba su rostro, lo acaricié y le agradecí - Gracias - le dije con una sonrisa tierna en mi cara.

Los dos pensábamos que ese abrazo estaba muy bien. Luego, me acarició suavemente el rostro. Ay, pero que dulce era, era tan tierna. Le sonreí mientras la observaba pronunciar ‘gracias’. Ay, sí, bueno, no podía soportarlo más. Solté su cintura y le sostuve la cabeza entre mis manos. Era tan bella que no podía creerlo. Y la besé con pasión. Era un beso intenso.
Realmente si alguien hubiera pasado por ahí en ese momento, hubiera sido incómodo y extraño.

El sonrió. Fue la sonrisa más linda jamás vista.
Salió de ese abrazo, me asusté en el momento, luego me tomó la cabeza y me besó apasionadamente. Ese beso, fue el beso más tierno, dulce, lindo y romántico que jamás haya tenido. Sabino de repente se convirtió en un chico extremadamente especial para mi. El me gustaba más que a todos los chicos, es el chico que más me gustó en toda mi vida y vaya si me han gustado.
No creo que ningún amor supere este. Con ese beso, Sabino me hizo sentir, que quería pasar el resto de mi vida con el.
Seguí el beso un largo tiempo, hasta que dejé de besarlo para decirle algunas cosas. - Wow, eso fue... fue intenso - dije sorprendida.
Pasé mis brazos por su cuello y le dije si quería hacer algo esa noche o algún día, una cita. - ¿Te gustaría hacer algo esta noche, o algún otro día? osea... una cita - dije algo nerviosa por cual reacción tomaría.
Lo miré a los ojos directamente, y no saqué mis brazos de allí. Ahí supe que era el chico perfecto.

Ella no me abofeteó ni nada de eso. Tenía esperanza de que ella no se olvidara rápido de mí. Pareció gustarle el beso porque nos continuamos besando por un largo rato. Mucho después, ella paró para comentar que ‘eso’ había sido intenso. Estaba totalmente de acuerdo.
-Sin duda- agregué con una sonrisa. –Deberíamos repetirlo todos los días- comenté y reí. Se me colgó del cuello y me preguntó si quería hacer algo esa noche.
-¿Esta noche?- repetí atónito. ¿Tanto le había gustado el beso que se quería revolcar conmigo? Inmediatamente, agregó que como una cita. Seguro me había visto la cara de confusión.
-Claro que me encantaría- dije con una sonrisa cariñosa.
Estaba totalmente loco por ella. Tanto que volví a besarla pero esta vez la agarré por las piernas y la levanté para que quedara a mi altura. Lo que más deseaba en ese momento, es que se colgara de mí. Que enrosque sus piernas alrededor de mi cintura. Pero, ya, ella no leía pensamientos. Aún así, era la chica más hermosa del mundo. La amaba más que a cualquier otra cosa. Era perfecta y sentía que íbamos a durar mucho juntos.

Dijo que no había duda y luego que deberíamos repetirlo todos los días, reí ante eso.
Preguntó, esta noche. Pensé que no quería, por la sensación que me causaba la pregunta. Después me alivié al escuchar que le encantaría, - Perfecto - le dije enamorada de el.
Luego me alzó y me siguió besando, fue lo más tierno que haya vivido y moría por contárselo a mi gemela. - Tendrás un problema con esto - dije seria - tengo una gemela, y no me agradará que te confundas... aunque tenemos algo diferente - Luego no pude evitar seguir besándolo, miré sus ojos, de repente sus labios y lo besé.
Era una sensación tan placentera, que no quería que se terminara aunque esto era una locura, ya que recién lo conocía. Pero no me importó, fue amor a primer vista.

En eso, ella me cuenta que tiene una gemela. La cara me cambió totalmente ¿Una gemela? Ya, eso me sonaba a lío y confusión de personas. Pero Nicky agregó que tenían algo diferente. Me hizo sacar una sonrisa. Esperaba que tuvieran algo diferente, seguro Nicky era mucho más linda que la otra. Apenas paró de hablar, continuó besándome. Vaya que éramos apasionados.
Era tan hermosamente perfecta y dulce, además de adorablemente atractiva. Era PERFECTA. Completamente, sin ninguna duda. Me sentí completamente agradecido de que se hubiera fijado en mí. La abracé con fuerza mientras la besaba con ganas. En eso, pensé que si pasaba algún profesor sería nuestro fin. La quería tanto que no me alcanzaba palabras para describir lo que sentía por ella. La amaba realmente y dudaba que algún día amara a alguien como la estaba amando a ella.

Sabino me abrazó mientras me besaba, lo abracé también por el cuello, sin despegar mis labios de los de el.
Corríamos riesgo de mucho, así que le ofrecí ir a un lugar más apropiado para seguir haciendo lo nuestro. -Sabino, ¿Quieres ir a otro lado?, es que me da miedo que nos reten - dije preocupado mirando hacia ambos lados, -encima siempre castigan a los hombres y no quiero que te castiguen y menos por mi culpa. - dije mirándolo a los ojos con cara de preocupación.
Lo besé muy poco y agarré su mano con una sonrisa que no podía desquitar de mi cara, nadie ni nada podría borrarla, era la chica más feliz del mundo y no había amor que supere el nuestro.
Ya no envidio a la personas con parejas, yo era una de ellas y estaba muy feliz.
Sabino me hacia sentir la chica mas afortunada y contenta del mundo. Era el chico mas tierno, hermoso, dulce y romántico jamás visto.

Ella me ofreció ir a un lugar más privado.
-Sí, seguro nos darán una gran reprimenda si nos ven- dije y reí. Estabamos muy íntimos, quizás sería incómodo para gente de afuera verlo.
-Vayamos al Gran Salón, ¿Quieres?- le pregunté con otra sonrisa.
-Ya, ahí nadie revisa nada- agregué y me encogí de hombros.
Ella era tan tierna que quería besarla de nuevo, pero, ya estabamos de la mano caminando por el pasillo. Pasé mi brazo por su hombro y la acerqué a mí. Adoraba sentirla contra mi pecho. Así, caminamos mucho tiempo y subimos escaleras y blá. Al fin, llegamos a donde debíamos ir.
( Continúa en Gran Salón )

Me ofreció ir al Gran Salón, - ¡Perfecto! - dije super feliz.
Agarré su mano y nos fuimos.
Pasó su brazo por mi hombro y me estrechó contra su pecho. Me encantó.
Me quedé ahí y no me moví nada, ya que me encantaba.
Nos fuimos directo al Gran Salón.
Continúa en el Gran Salón