Re: Apartamento Franklin

**Elliot Camberlain** Lun Dic 23, 2013 2:10 pm

Bebí de distintos alcoholes o como yo les digo: elíxires. Sí, su composición era la gloria. La mezcla de sabores amargos y esa sensación de alegría que me envolvía al saborear las notas de hierbas y saborizantes. Claro que cuando Margaret se me acercó no pude hacer más que temblar de miedo ya que imaginaba que iba a abofetearme de la manera más brutal y quebranta cuellos existente. Pero para mi sorpresa no fue así, me preguntó de una forma casi dulce en qué quedábamos. No parecía para nada resentida, ni fría ni mucho menos. Titubeé ya que no estaba seguro de que debía responder, no sabía que era lo que ella quería tampoco. –Todo queda en ti, Maggie. Ya sabes que voy a estar acá para cuando te decidas. Tú tienes la última palabra. Nunca voy a dejar de amarte- le sonreí ligeramente mientras le daba otro sorbo a mi bebida. Ella habló sobre que los dos estábamos solteros y qué íbamos a hacer con ello –No creo que vuelva a estar con ninguna mujer en algo si no eres tú, estoy casi seguro. No valen la pena las otras mujeres, aunque sean bellas y simpáticas no serán ni por asomo parecidas a ti- la miré con detenimiento unos instantes antes de volver medio deprimido a beber del whiskey de fuego. Creo que acababa de deprimirme

**Margaret Parker** Lun Dic 23, 2013 2:38 pm

- De acuerdo - acepté, mientras reflexionaba acerca de su respuesta y sopesaba mi decisión con cuidado. Si todo quedaba en mí, tenía que elegir con cautela mis movimientos. Me quedé unos cuantos minutos en silencio, pensando qué hacer. Me aseguré de que mi cara no reflejara nada de lo que cruzaba mi mente en aquellos momentos. Sentía crecer en mí las ganas de hacerle comentarios hirientes, en venganza por lo que me había hecho, pero también sabía que aquello no llevaría a un buen desenlace, que era lo que me importaba en ese momento. Por ello, reprimí el deseo y me concentré en mi respuesta. Quería volver con él, de eso estaba segura, pero también tenía miedo de que volviera a lastimarme. Sin embargo, era reacia a expresar esos sentimientos en voz alta, por lo que continué un tiempo más en silencio. Cómo explicarle mis temores sin parecer vulnerable? Tenía clarísimo que esas personas eran siempre a las que más daño les hacían, y de ninguna forma me dejaría tratar así - He tomado mi decisión - anuncié finalmente - Quiero volver a estar contigo, pero te advierto que a partir de ahora no seré tan indulgente ni volveré a perdonar algo así, y esto va en serio - dije - Y tampoco esperes que olvide este "pequeño" incidente tan fácilmente - añadí, haciendo las comillas con los dedos. Esa parte de la oración era sarcástica, por supuesto - Entendido? - pregunté, curvando un poco las comisuras de mis labios hacia arriba en un gesto amistoso, aunque no llegaba a ser una sonrisa - Pero necesito que te comprometas de verdad a comportarte como corresponde y así poder volver a confiar en ti, lo cual puede llevar tiempo, no voy a mentirte - dije por último. Esperaba que se tomara seriamente el asunto, porque no soportaría un solo desliz más, por pequeño que fuera.

**Elliot Camberlain** Jue Dic 26, 2013 12:14 pm

Observé a Margaret un instante antes de volver a concentrarme en la bebida. Estaba nervioso, tenía que admitirlo. Era uno de esos momentos decisivos en los que sabes que todo va a cambiar pero aún no sabes si es para bien o para mal. Los cambios me ponían intranquilo y el no saber si estaba a punto de caer de cabeza desde un quinto piso o tocar el cielo con las manos en la más pura alegría me estremecía. Todas esas cosas pensaba cuando escuché su voz anunciando que había tomado su decisión.
Quedé casi congelado, expectante, a punto de morir de un paro cardíaco por la gran aceleración de mi corazón. Y en ese momento pronunció las palabras mágicas… No, no eran ‘gracias, de nada, por favor’ eran ‘Quiero volver a estar contigo’. Y así fui coronado el hombre más feliz del mundo. Recuerdo que levanté las cejas hasta que me tocaban el nacimiento del cabello y que mis ojos se volvieron dos huevos duros, rechonchos y blancos. Y obviamente, mi sonrisa se parecía más a la del Guasón que a la de Brad Pitt en estado ganador. Lo cual en resúmen significa que mi cara daba miedo, y que me parecía más a un psicópata a punto de violar gente que a un hombre encantador. La felicidad invadía mis venas y me recorría entero. Lo único que quería hacer era saltar por todos lados, gritando y festejando como si mi equipo de fútbol favorito hubiese ganado un partido con una goleada inédita, nunca antes vista. Para explayarme un poco más, me sentía como el jugador que mete en penal decisivo. Me sentía como cuando le anuncian a la Miss Universo que es la más hermosa del mundo. Sólo que me faltaba el pintalabios rojo pasión y los tacos de pasarela. Detuve mis pensamientos cuando la escuché preguntarme ‘Entendido?’ y sin saber a que se refería le dije:
-Perfectamente entendido, mi amor. Serás la mujer más feliz sobre la tierra, lo prometo, y si no es así que me queme en el infierno de la forma más brutal y dolorosa.- Me tiró una casi reprimenda, hablando de que me tenía que ganar su confianza de a poquito y otras cosas de mujeres. Así que la tomé de la mano, me incliné y la besé como un caballero medieval y dedicándole mi mejor sonrisa le dije:-Concédame este baile, preciosa ninfa del bosque- podía notar como mis ojos se iluminaban, brillando emocionados. Ella era perfecta y sabía que estábamos destinados, si no, no volveríamos a estar juntos después de todas las cosas que pasamos.

**Margaret Parker** Vie Dic 27, 2013 2:21 pm

Observé con atención la transformación que iba sufriendo la cara de Elliot a medida que yo hablaba y tuve que ahogar una risita. Yo estaba intentando descubrir si había algún indicio de que me estuviera engañando y sus intenciones no fueran tan buenas como parecían, pero no había ni rastro de algo así: su rostro denotaba una completa y absoluta felicidad. Eso me alegró a mí también, y esbocé una leve sonrisa al oír su respuesta, aunque no estaba segura de que me hubiera escuchado completamente. Siendo Elliot, quizás la felicidad lo había invadido al principio y había dejado que sus pensamientos lo llevaran más por ese camino.
- Yo que tú no apostaría - bromeé. Luego, él se inclinó y besó mi mano como solían hacer en la antigüedad, por lo cual resoplé suavemente, un poco divertida. Era tan típico de Elliot hacer esas payasadas - Vamos, vamos, te la concedo - acepté riendo levemente, y adopté la típica posición para bailar un lento, con una mano en su hombro y otra sujetando la mano que le quedaba libre. Dimos un par de vueltas. Entonces levanté la vista y lo miré a los ojos. En aquel momento me di cuenta de que había tomado la decisión correcta, pues por más sufrimientos que hubiera en el medio, estar con él me hacía sentir perfectamente bien. Feliz. Sonreí y continué con esta danza ideada por Elliot. Nadie más parecía estar bailando además de nosotros, pero esta vez no me importaba. Sabía que los allí presentes no nos juzgarían, y los pocos que podían hacerlo no me interesaban en lo más mínimo; únicamente era consciente de que volvía a estar a pocos centímetros del rostro de Elliot y de que lo había extrañado más de lo que había pensado. Probablemente no lo diría nunca en voz alta, pero lo sabía y con ello me bastaba para estar segura de que lo amaba.

**William Franklin** Mar Ene 21, 2014 4:54 pm

[Nicole y Cerberus]

- Vamos, Cer, toma un poco de hidromiel y empieza a divertirte. Verás que puedes pasártelo realmente bien aquí, solo espera a que todos hayan tomado un poco de más - dije, insistiéndole para que aceptara el vaso y balanceándolo levemente frente a él tratando de tentarlo. No estaba seguro de que diera resultado, pero era la única opción que se me ocurría. Notaba la mirada iracunda de mi compañero, pero no me dejaba amedrentar por esas ridiculeces. Todas y cada una de las veces que habíamos hablado, Borton me había tratado mal y desinteresadamente, pero yo no estaba dispuesto a rendirme. Al final, seguro nos caeríamos bien - ¿Revoltosos? ¿Tú dices? Los míos se portan de maravillas - repliqué, sonriendo - Algún que otro lío de vez en cuando, pero nada demasiado grave por ahora - dije y luego escuché a Nicole con atención, mientras llenaba mi vaso con whisky de fuego. Era más fácil que el líquido se sirviera solo con magia que ir hasta la mesa y servirlo yo mismo. Di un largo trago mientras la joven hablaba - Yo también intento hacer eso cuando puedes. Imagínate, imparto Historia de la Magia; la mayoría de los chicos se duerme, y los pocos que quedan despiertos garabatean sus cuadernos distraídamente. Creo que sólo uno o dos toman realmente apuntes - me encogí de hombros - Hago lo que puedo por enseñarles y al final del año demuestran que aprendieron los temas más importantes. Con eso me contento - añadí - Es un poco inentendible, la única razón que encuentro yo es que necesitan la asignatura para el trabajo que desean - respondí, levantando las cejas y encogiéndome de hombros nuevamente. Los adolescentes eran incomprendibles - ¿Quieres más bebida? - le ofrecí - Y vamos a subirle un poco a esa música - comenté mientras me dirigía al reproductor y elegía un buen tema, a la vez que elevaba el volumen bastante - ¡A bailar! - grité y tomé a Nicole de la mano, invitándola a compartir la primera canción conmigo. Comencé a bailar de forma divertida, no se me daba tan mal. Había conseguido que un par de chicas se fijara en mí en los boliches de adolescente, así que no podía ser tan desastroso.

**Elliot Camberlain** Dom Ene 26, 2014 2:47 am

( Sexy Mag )

Margaret me conocía como a su propia mano, o como sea que se dice, nunca recuerdo cómo es el refrán ese de las manos y la gente. No se me dan bien las metáforas o lo que sea que fuese tal comparación.
Me pareció ver indicios de una leve sonrisa en su rostro, esa noche se veía increíble. Opacaba a toda mujer sobre la faz de la tierra, incluyendo quizás a Jenny McCarthy que siempre será, en mi opinión, una de las mujeres más hermosas del mundo tanto por su físico espléndido como por su hermoso rostro. Ambas son rubias y sensuales. Sonreí para mí mismo mientras me imaginaba sentado en un sillón como todo un gángster, Maggie a mi derecha y Jenny a mi izquierda. No podría faltar nunca en ese cuadro imaginario el habano en mis labios y una magnum 357 en el bolsillo, asomando el cañon plateado y recién lustrado con esmero.
Bueno, pero volviendo a la realidad. El comentario de Margaret de ‘yo que tu no apostaría’ me hizo el día, solté una carcajada casi maniática. Fue un comentario rápido e inteligente, digno de un ser superior como es Maggie. Y en ese momento ¡CHAN! Recordé el refrán: ‘’Me conocía como a la palma de su mano’’ al final no era tan complicado para recordar como parecía. Es más, era estúpido ya que ni yo mismo conozco mi mano. Nadie mira sus manos tanto tiempo como para poder recordarlas fielmente. Y para empeorar las cosas, todas las manos a simple vista son idénticas. Hice una mueca al pensar en todo aquello. –Sólo un idiota podría haberlo inventado. Eso, o un psicópata con fetiches extraños- exclamé e inmediatamente caí en la cuenta de que lo había dicho en voz alta. Le eché una miradita rápida a Margaret y le susurré –No estoy loco, amor. Son sólo comentarios mentales que se me escapan- y le dediqué un guiño de ojo.
Bailamos un rato, y como el alcohol corría por mis venas no podía parar de hacer payasadas, agregar pasos ridículos que obligaba a Maggie a imitar y que me hacía reír mucho. En un momento hice una replica exacta del ‘moonwalk’ de Michael Jackson, que en paz descanse. Yo nunca fui el mejor bailarín del mundo, pero las imitaciones de MJ se me daban realmente bien. Con eso solía conquistar a las chicas en mis años de oro, bueno, en realidad nunca conquisté a nadie con mis bailes y menos con una imitación del rey del pop.
Aunque Maggie era una persona muy seria en ocasiones, a veces dejaba entrever su niña interior ( hablando de Michael Jackson, que se decía que era un niño en el cuerpo de un adulto. Después se dijo que MJ era pedófilo ). Vale aclarar que no estoy diciendo que Maggie sea pedófila, si no que tenía un alma alegre e infantil en su interior y amaba eso de ella. Bueno, amo todo de ella.

**Margaret Parker** Lun Ene 27, 2014 5:14 pm

[Elliot]

Elliot estaba bastante callado aquél día, cosa que me sorprendió. Los meses que habíamos salido nunca se había mostrado de aquella forma, pero supuse que estaría sumergido en aquellos extraños y locos pensamientos que siempre cruzaban su mente. Se rio sonoramente de mi comentario, y luego dijo algo que no tenía sentido. Me aparté un poco y lo miré extrañada, pero luego se excusó por lo dicho y me explicó qué había sucedido - Claro, si tú dices que no estás loco... - repliqué, con una leve risita, indicándole que yo sabía que lo estaba. En fin, todavía no había llegado a un nivel de locura peligrosa, sino más bien muy, muy hilarante.
Me divertí mucho bailando con Elliot, que se la pasaba haciendo payasadas muy al estilo suyo. Algunos conocidos le salían bastante bien, pero no se lo dije. No quería interrumpirlo, y tampoco halagarlo demasiado por un tiempo al menos. Si bien lo había perdonado y ya no estaba enojada, todavía me quedaba una leve sensación del dolor que había sentido cuando él había besado a otra mujer. En realidad, a su ex esposa. Aparté los pensamientos para no amargarme con cosas pasadas, y continué riendo suavemente con los extraños pasos de baile que hacía - ¿Sabes otra cosa de ti? - murmuré, lo suficientemente alto para que me oyera - Además de estar loco, siempre me haces tomar la iniciativa a mí - finalicé, mientras me acercaba a él y le rodeaba el cuello con mis brazos. Levanté el rostro y le di un beso en los labios. No estaba segura de cuál sería la reacción a mi beso o si me lo respondería, pero sí estaba podía afirmar casi completamente que no le disgustaría.

**Nicole Beth Parker** Miér Ene 29, 2014 2:25 pm

(Cerberus y William)
Nos encontrabamos allí, molestando un poco al profesor de pociones con William. El muchacho comenzaba a caerme realmente bien, era muy chistoso. Reí cuando Will provocaba a Cerberus, le ofrecía bebida, visualicé a Borton alcoholizado, ¿qué clase de cosas haría? era difícil de imaginar. Parecía un hombre tan aburrido, estricto y correcto. Luego, con William comenzamos a hablar sobre nuestros alumnos, entendía cada palabra que decía. Al parecer, los suyos eran bastante dormidos, a mi tampoco nunca me gustó la Historia de la magia, pero me daba pena él, ya que decía que muchos se quedaban dormidos, y muy pocos realmente prestaban atención. Los míos no eran tan así, es decir, algunos se aburrían, obviamente siempre iba a haber alguien que odiara tu materia, pero mi asignatura se trataba más de experimentos y proyectos, lo que lo hace un poco más interesante. - Sí, suele pasar - le respondí totalmente de acuerdo. Me preguntó si quería más bebida, a lo que me negué agradeciéndole. Estaba bien así, y además no quería alcoholizarme, no conocía a casi nadie de allí y si me pasara eso, me sentiría muy avergonzada. Luego, Will me invito a bailar, solté una carcajada y comencé a bailar con él al compás de la música. Creo que había subestimado mucho la fiesta, creí que iba a ser muy aburrida, pero la estaba pasando bien. William era una persona muy agradable y divertida.

**Elliot Camberlain** Jue Feb 06, 2014 8:59 am

Ante mi comentario mental, ella se apartó y me miró extrañada. Se veía adorable con esa expresión en su rostro, si no la conocería mejor me hubiera hecho sentir estúpido. Luego, sonrió y la duda de su rostro desapareció.
Ella parecía estar pasándola bien con mis bailes, ya que se reía y los ojos le brillaban divertidos. Yo también la estaba pasando bien, con sólo ver a Margaret todo había cambiado, y más por la sorpresa de que todo estuviera bien de nuevo. Nunca hubiera imaginado que me perdonaría, y menos tan facilmente. Tenía que admitir que estaba de buen humor, ya que estaba muy buena. ¡No lo malpiensen! No hablo en el sentido entusiasmador de la palabra, si no en el referente al comportamiento. Aunque de las formas es aplicable a Maggie.
En un momento dado, mientras reíamos, me preguntó si sabía algo sobre mí. Me quedé callado, ya que era de ese tipo de comentarios que sabes que la otra persona va a contestar por tí, algo así como una pregunta retórica. Contestó que siempre le hacía tomar la iniciativa a ella, algo no entendí para nada. La miré extrañado, sin entender de que hablaba. Y me besó, cosa que le correspondí con interés mientras rodeaba su cintura con un brazo. Lo más raro, fue que nunca terminé de entender a qué se refería. Así que, continué besándola pero luego recordé algo, y frené en seco. -Linda, tú vives en Nueva York ¿No es así?- esperé su respuesta ya que no estaba seguro al cien por ciento, últimamente algunos hechos se me olvidaban -No tienes dónde quedarte- respondí preocupado. -Claro que si quieres, puedes venir a mi casa- comenté intentando no sonar pervertido, cosa que resultó imposible. -Sabes que mi casa es tu casa- le sonreí sincero.

**Margaret Parker** Jue Feb 06, 2014 9:43 am

No estaba segura de que Elliot hubiera entendido mi comentario, pero me devolvió el beso con ganas. Con muchas ganas, a decir verdad. Rodeó mi cintura con un brazo y una extraña sensación recorrió mi cuerpo a modo de respuesta. Me sentía feliz, allí, con él cerca. Sonreí, y él continuó besándome. Por alguna razón que yo no llegaba a comprender, se detuvo de repente y se apartó un poco. Lo miré, con la duda reluciendo en los ojos a modo de pregunta. Comenzó a hablar, y quiso asegurarse de que yo aún vivía en Nueva York. Asentí lentamente, intentando adivinar a qué venía aquello. La intriga reemplazó a la duda en mi rostro, y finalmente Elliot expuso su propósito. Me invitaba a ir a su casa, en lugar de regresar a la mía que quedaba tan lejos. Conociéndolo, sospechaba que el asunto iba más allá de la caballerosidad y la consideración.
- Bueno, pues... - empecé, mordiéndome el labio inferior con suavidad. Mientras hablaba, me fui acercando a él lentamente - Tenía un traslador reservado para dentro de un rato... - le dije con un tono de voz ligeramente pícaro, mirándolo a los ojos, y esbocé una sonrisita - Sin embargo, creo que puedo cancelarlo - añadí - Así que me encantaría, gracias - terminé, sonriéndole más ampliamente y dándole un abrazo. Luego me aparté un poco - ¿Quieres tomarte un último trago con Will antes de irnos? - le ofrecí, mientras llenaba mi vaso con hidromiel. Di un largo sorbo mientras esperaba la respuesta de Elliot. No estaba segura de si querría quedarse un rato más o irse a su casa de inmediato.

**Elliot Camberlain** Jue Feb 20, 2014 6:47 am

(Maggie)
Se mostró curiosa cuando frené el beso. Puso una cara que me derritió el corazón como si fuese un helado dentro de un auto en pleno verano. Escuchó atentamente lo que le dije y luego, para mi sorpresa, aceptó no sin antes hacer varias cosas que me dejaron la boca por las rodillas. Primero, se mordió el labio sensualmente y se acercó a mí, haciéndome empezar a sudar. Quería soltar algún comentario referente al calor que empezaba a recorrer mi cuerpo, pero me callé por respeto. Me dijo que cancelaría el translador que tenía reservado, lo cual me pareció una genial y brillante idea, tan brillante como la Barbie purpurina (?). Su tono de voz tan sensual hacía que mi mente se quedara completamente en blanco. Aceptó y se me pegó en un abrazo. Distraídamente apoyé mi mano en su trasero, no fue a propósito ¡LO JURO! No pude pensar lo que hacía, claro que la aparté rápidamente. Fueron la costumbre y el deseo los que me impulsaron a hacer tal atrevimiento. Me encogí un poco y cerré los ojos esperando una bofetada por pervertido. Ay Elliot, si sigues así terminarás como los viejos que muestran sus atributos en las paradas de los autobuces. Claro que si eso pasa, las muchachitas estarían más que agradecidas de ver tal escultural cuerpazo (?)
La sexy Margaret me preguntó si quería ir a beber algo antes de que nos fueramos. Asentí y le di un beso en la frente mientras le decía -Claro, hermosa. Esperame un segundo- y casi bailé de felicadad mientras me acercaba a la barra para servirme un poco de whiskey de fuego. Busqué a Willie con la mirada y me acerqué a él.
(Willie)
-¡Amigo! ¿A qué no adivinas que gran suceso está a punto de ocurrir?- susurré de forma disimulada. -Maggie se viene a mi casa y sabes que significa eso...- le guiñé un ojo -Somos dos personas adultas, solas, en una casa, de noche, alcoholizados, deseando el cuerpo del otro de una forma desesperada- me explayé -Bueno, las últimas dos creo que sólo se aplican a mí- bromeé, ya que Maggie no parecía alcoholizada ni tampoco creía que babeara por un poco de éste muchachote. -He esperado éste momento por años luz, amigo- le conté con los ojos iluminados por ese futuro momento de perfección. Si Margaret tenía un cuerpo mega sensual vestida, desnuda era capaz de darme un infarto. En el buen sentido, claro.

Minutos después tomé a Margaret por la cintura y nos retiramos hacia mi casa. Estaba eufórico.
Continúa aquí

**Margaret Parker** Vie Feb 21, 2014 12:32 pm

Al abrazarlo, Elliot apoyó con aire distraído una mano en mi trasero. Mi primera reacción fue poner los ojos en blanco, pues aunque nunca lo había hecho era algo que resultaba muy natural en él. Antes de que tuviera tiempo de quitarle la mano yo misma, él la apartó por voluntad propia. Probablemente recién acaba de realmente darse cuenta de lo que acababa de hacer. Reprimí una risa y lo golpeé en el brazo con mi mano, aunque no muy fuerte - Pórtate bien - le susurré, con tono firme pero a la vez medio en broma.
Asentí cuando me pidió que esperara un segundo y lo observé alejarse en busca de Will. Se quedó hablando con él e intuí más o menos el rumbo de la conversación por la expresión que tenía Elliot en el rostro. Comencé a reflexionar respecto a ello, mientras daba otro largo trago de hidromiel. No me parecía del todo desacertado el rumbo que habían tomado los pensamientos de Elliot, los míos propios también habían enfocado para ese lado. No estaba asustada, sino más bien quizás un poco emocionada. ¿Quería llegar a ese otro punto de la relación, si bien recién acabábamos de reconciliarlos? Me terminé el vaso mientras sopesaba las posibilidades. La realidad era que me sentía como si todos los meses que habían pasado entre la pelea que había puesto fin a nuestra relación y aquella fiesta se hubieran esfumado por completo, como si no hubieran sido más que un par de días. Seguía queriéndolo tanto como antes y aún estaba sorprendida por ello, pues jamás en mi vida me había imaginado enamorada de alguien como él. Era lo que menos me esperaba, y aún así me ponía feliz. Esbocé una pequeña sonrisa cuando Elliot me tomó por la cintura y me llevó hacia la puerta. Me despedí de Will con la mano y decidí que ya luego cuando lo viera lo felicitaría por haber dado una buena fiesta. Salimos del apartamento en dirección a la casa de Elliot.

**William Franklin** Sáb Feb 22, 2014 7:24 am

[Nicole y posteriormente, Elliot]

Bailé unos cuantos temas con Nicole al ritmo de la música, haciendo pasos extraños pero buenos y riendo bastante. Me caía muy bien, parecía una buena chica. No estaba seguro de si tenía novio o no, pero tampoco me interesaba de esa manera, sino de una forma completamente amistosa. Últimamente estaba raro, no había tantas chicas que me resultaran atractivas. Te estás volviendo viejo y aburrido, Will, me dije decepcionado. Sin embargo, el pensamiento desapareció rápidamente de mi mente y continué pasándola increíblemente bien. De vez en cuando le echaba una mirada a mi amigo Elliot, quién acaba de volver con Margaret. Me sentía el padrino de la relación, habiendo estado presente cuando se conocieron y ahora durante la reconciliación. Sonreí para mis adentros.
Al cabo de un rato, mi amigo se acercó a mí con cara de feliz cumpleaños. Se lo notaba emocionadísimo. Lo miré con curiosidad mientras él me pedía que adivinara lo que estaba por ocurrir. Por su expresión, debía de ser algo grandioso - ¿Lloverá cerveza? - pregunté en broma - Oh - grazné al descubrir el rumbo de los pensamientos de Elliot. Margaret pasaría la noche en su casa, y los dos sabíamos muy bien lo que aquello significaba. Fingí estar decepcionado un segundo - Prefería que lloviera alcohol - bromeé, pero en seguida esbocé una sonrisa de oreja a oreja - Ahora, dejando de lado el chiste, ¡¡te felicito, amigo!! - exclamé, contentísimo por él. Reí por su comentario gracioso y luego le di un codazo de complicidad, al tiempo que le guiñaba un ojo - A partir de ahora podrás presumir de que te tiraste a una despampanante rubia que además, está enamorada de ti. No puedes pedir más - comenté, divertido - Estoy muy feliz por ti, a pesar de que yo sea el único soltero ahora de los dos - agregué, sonriéndole. Choqué su mano en un apretón y luego lo abracé de costado, como el típico saludo entre hombres - Pásala bien, y luego cuando nos veamos ya me contarás qué tal te fue - me despedí, dándole una palmada de felicitación en el hombro. Lo observé partir con Maggie, feliz de la vida, y luego volví a concentrarme en la fiesta.

Contenido patrocinado