Apartamento Franklin

Mi casa es un cómodo y bien amueblado lugar. Yo quería que fuese así, ya que es el lugar donde yo puedo hacer lo que quiera sin que nadie me lo reproche. No paso tanto tiempo en mi casa como desearía, ya que estoy la mayor parte del año en Hogwarts impartiendo clases.

Con un estilo muy moderno, la cocina es tan sólo una pequeña habitación de la casa. No paso demasiado tiempo allí porque nunca se me dio muy bien el cocinar, la mayoría de las veces mis intentos terminaban quemados, por lo que ahora me dedico a hacer platos no muy complicados y que lleven poco tiempo. Lo que sí, esta área de la casa permanece siempre impecablemente limpia, al igual que el baño, por que lo considero importante.

Contiguo a la cocina, por aquí se ingresa a la casa. Sigue con el estilo moderno de la cocina, esta vez en tonos grises, blancos y algún que otro negro. Hay un cómodo sofa y un televisor enfrente, regalo de mi padre. La zona del comedor es más pequeña, tiene una mesa y unas sillas a su alrededor, además de una gran ventana detrás. En general tiene pocos adornos, pero eso hace que no parezca sobrecargado. Parece más lujoso de lo que en realidad es, sólo son algunos muebles cuadrados que le dan un aspecto moderno.

Más pequeño que el resto de las habitaciones de la casa, se llega atravesando el pasillo hasta la mitad. Se mantiene fiel al estilo moderno que tiene la casa. La ducha no tiene paredes. Hay dos lavabos.

Mi cuarto preferido de la casa, mi habitación. Aquí duermo, leo, estudio, hablo por teléfono, me divierto, etc. En resumen, hago todo. Tiene una hermosa vista de la ciudad, y un televisor de pantalla plana a través del cual miro graciosas series muggles. Los colores verdes aparecen por primera vez en la casa, dándole un toque más natural y menos nuevo. La madera también cumple la misma función. Está al final del pasillo que comunica el Salón comedor con el baño y el cuarto.

Ya había preparado todo lo necesario para el encuentro de profes que había organizado. Emily lo había ideado y como ya Elliot y ella habían puesto su casa para algún evento, yo había decidido que era hora de prestar la mía también. ¿Y qué mejor que una noche para conocernos entre todos los profesores de Hogwarts? Y bueno, no se podía invitar a un hombre sin su pareja, asíque también había invitado a Margaret. Había puesto varios bowls con comida salada, y varias jarras con diferentes bebidas mágicas como Whisky de Fuego, Cerveza de Manteca e Hidromiel. También había algunas muggles. Las grageas Berttie Bott de Todos los Sabores tampoco faltaban, por supuesto. Sólo restaba esperar a que llegaran los invitados. Esperé impaciente el momento en que tocaran el timbre por primera vez.

Le había hinchado a Emily para que e trajera, ya que después de todo,yo era la persona más fiestera y quilombera que conocía, aunque generalmente me dejaba llevar por mis estupideces, la pasaba genial, y no pensaba en mis acciones. Ya no podía tener la cuenta de a cuantas fiestas me había colado, pero esta sumaba una más a la lista.
-Emily, porque eres tan prejuiciosa, voy a cambiar esta fiesta de trabajo en algo más divertido- Me quedé pensando un rato sobre como tomaría ella esto ya que suponía que no le gustaba mezclar el trabajo conmigo.
Toque el timbre y me quedé a la espera de que abran.

Lindsay había hecho que me agarrara dolor de cabeza de tanto que había suplicado venir, ¿y como no? consiguió lo que quiso agotando mi paciencia. Al llegar al departamento de William, Lindsay tocó timbre y luego me preguntó porque era tan prejuiciosa y que ella iba a transformar este lugar.- Si, ya creo que lo harás- Solté una risa, ya que con ella todo era posible, de repente todo el mal humor que tenía se fue, ella era mi amiga y punto, si era así allá ella.- Te soy sincera, no se como lo haces, pero cuando me enojo contigo al rato ya estoy como si nada hubiese pasado- Le sonreí- Quiero que me pases ese truco- Terminé de hablar y me quedé a la espera de que abrieran la puerta.

Luego de dar algunas vueltas para encontrar el apartamento de William, finalmente encontré el edificio y subí las escaleras. Llevaba puesta ropa muggle porque se me hacía más cómoda que las túnicas. En la puerta me encontré a Emily y otra chica más que tenía cara de que iba a pasárselo genial. Me sorprendió que nunca nadie me hubiera hablado de ella, porque si estaba con Emily y esta era una fiesta de profesores, ellos debían conocerla. La examiné de arriba abajo y me pareció que era bonita, pero nada del otro mundo. Sonreí a Emily, era lo más cercano a una amiga que tenía en esos momentos. Desde que había salido de Hogwarts que no me llevaba con mucha gente. Le eché un breve vistazo y un asentimiento en señal de saludo a la otra chica que la acompañaba.
- Buenas noches - saludé a la profesora de Adivinación, no la veía hacía un largo tiempo - ¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veo - le sonreí. Ella me caía bien, después de todo, había sido muy buena conmigo siempre y no tenía motivos para aborrecerla - En realidad, hace mucho que no veo a nadie más que Elliot. ¿Ya has tocado timbre? - pregunté. Me giré de mala gana hacia la desconocida - Yo soy Margaret Parker - le tendí mi mano mientras esperaba a que nos abrieran.

No podía entender cómo fue había caído tan bajo para ir a esta fiesta. Me lamenté haber ido.
No quería ver la cara de Franklin; no había nada peor. Me retracté de ese pensamiento cuando vi su casa; un lugar muy moderno, lleno de chucherías e inútiles objetos varios. Era la peor casa que había visto. No combinaba con el ambiente. Odié esa casa con toda mi alma. Y para agregarle, había más gente. Odiaba los lugares con gente. El único lugar que me hacía feliz, además del salón de clases, era mi despacho, al que nadie podía entrar. Critiqué cada sectaria de lugar, y cada objeto que estaba en la casa en la mente. No podía dejar de lamentarme. Para no quedar impuro, fui a saludar al error de la naturaleza; William el crédulo. -Buenas noches- le dije de mala gana, estirando la mano para que él la estrechara. Luego obviamente me iba a lavar las manos, ya que no quería tener gérmenes y suciedad en la palma de mi mano.
Estaban todos los profesores allí, excepto una chica rubia de ojos celestes. Estaba colada en la fiesta. Ella no era profesora, o al menos no la conocía. Opté porque no era. Me acerqué a la mesa de comida. Estaba toda llena de bebidas alcohólicas y porquerías varias. Yo no iba a tomar esas inmundicias, asique saqué mi varita, agarré un vaso y -Aguamenti- susurré. De mi varita salió un largo y fino chorro de agua que cayó dentro del vaso. Ya lleno, tomé agua de la copa, hasta dejarlo vació. Criticar la casa de Franklin me había dado sed.

Alguien tocó el timbre y me dirigí a la puerta con la mejor de las sonrisas. Al abrirla, descubrí a mis dos amigos, Elliot y Emm, a Margaret, a quien yo consideraba amiga pero no estaba del todo seguro de si el sentimiento era mutuo, y a Cerberus. Me sorprendió que hubiera venido ya que la única vez que habíamos hablado no había demostrado demasiado afecto hacia mí. Tal vez había cambiado de opinión, y sonreí con la idea. También había una hermosa muchacha al lado de Emily a quien yo no conocía - ¡Hola! ¡Pero si es que han llegado todos en banda! ¿Vinieron juntos o se encontraron por casualidad? - pregunté con una sonrisa mientras me hacía a un lado y con un gesto los invitaba a pasar. Me volví hacia la chica desconocida - Yo soy William Franklin, ¿y tú? - dije mientras le tendía mi mano - Vengan, les mostraré la casa para que puedan manejarse solos - les anuncié luego de presentarme con la chica bonita, y comencé el recorrido. Era más bien pequeña, así que nos tomó solo unos minutos. Al término de la excursión, les anuncié que podían tomar y comer lo que quisieran y me acerqué a Elliot para poder charlar un rato, no hablábamos hacía muchísimo tiempo - Bueno, amigo, ¿qué tal? ¿Cómo va tu vida? - le pregunté, y miré inquisitivamente a Margaret para darle a entender que la pregunta incluía que me contara también de su relación.

Me pareció muy descarado de parte de la tal Lindsay avisar que había otra persona allí. La fulminé con la mirada, pero luego esbocé una notoriamente falsa sonrisa - Ay, disculpa, olvidé que ya te conocía desde hacía años - me burlé. Sacudí levemente la cabeza y decidí poner mi atención en Emily - Bien, mejor que la última vez que nos vimos - respondí, aunque luego recordé los incidentes en casa de mis padres, pero tampoco habían sido tan malos pues se habían solucionado. Llegó otro desconocido que al parecer Emily reconocía, por lo que esperé en silencio a que nos abrieran. Ya se había formado un grupito de gente bastante grande allí en cuestión de unos pocos segundos. Elliot se unió en aquel momento, y le sonreí a modo de saludo.
- No, hace un par de minutos - contesté a su pregunta porque nadie parecía haberla escuchado. Me encogí de hombros a su siguiente pregunta, yo había venido con unos jeans ajustados y una blusa blanca algo más suelta con un diseño sencillo. Llevaba arriba una campera de color verde militar porque continuaba haciendo frío, y una chalina. De zapatos llevaba unos zapatillas-botita*. William nos abrió finalmente y nos mostró su casa, que era modernísima. Me pareció que pegaba con el estilo de William. Se quedó hablando con Elliot y yo permanecí cerca de ellos, hasta que Emily se me acercó.
- En realidad, no sé que contar - admití - ¿Por qué mejor no me cuentas algo tú? Seguro tienes cosas más interesantes que decir que yo - le pedí mientras observaba con atención a Lindsay. Había algo en ella que me resultaba extrañamente familiar, pero no podía darme cuenta de donde creía conocerla. Finalmente me rendí y volví a mirar a la profesora de Adivinación.
FdR: Converse

Me sentía asqueado con tanta gente. Y más asqueado aún cuando William me mostró su ''casa". Era horrorosa. Si yo fuera el ministro de magia, ordenaría ahora mismo que lo destierren a el y su abominable hogar. Tanta furia me hizo acordar a aquel día en el cual esos vándalos habían salido de sus camas, ¡en horarios no permitidos! Mi corazón comenzó a palpitar más rápido. No sabía por qué, pero sentía un enojo contra todas las personas que habían. Era como si estuviera en inútilandia y William fuera su rei. Me quería retirar lo más rápido posible de la casa, pero no podía hacerlo, porque iba a ser un gesto muy desagradable y maleducado. Así que permanecí en la asquerosa casa de William. Cuando nada podía ser peor, se acercó a mí un profesor de Hogwarts y me saludó estrechándome la mano. Crei que sería peor, recapacité. El hombre tenía olor a alcohol. No podía recordar su nombre; estaba entre "Elijah o Eliel". No se lo iba a preguntar de todas formas, ya que no me interesaba.
Cuando se me acercó una muchacha, más gente... Pensé. Ella me dijo su nombre. No era profesora de Hogwarts tampoco. ¡Ésta es una fiesta de profesores! ¿Qué parte no se entiende? Pensé más furioso aún, ¿ahora que falta? ¡¿Que vengan vagabundos?! ¡¿Que entren raperos y nos hagan comer hamburguesas?! Volví a pensar con enojo. Odiaba decir mi nombrem y, para colmo, la señorita me agobió con la pregunta, qué raro, pensé. -Me llamo Cerberus Borton- le expliqué a la colada con severidad. Estaba parado, en el medio de una casa del terror, con gente que no me caía bien, ¿algo más?

[Elliot]
Después del recorrido por la casa, todos se separaron en grupitos pequeños, entre los cuales estaba el que formábamos Elliot y yo. Vi con diversión como Lindsay se acercaba a Cerberus y tuve que reír un poco en voz alta, no lo aguantaba. El pobre tenía una cara de estar en el peor lugar de mundo siendo torturado. Ni siquiera quiso probar la bebida que yo había puesto, sino que estaba tomando agua que había hecho aparecer. Eso, en lugar de enojarme, me hacía reír. Le señalé a Elliot la escena con disimulo para que se uniera a mis carcajadas, pero cuando me contó de sus problemas dejé de reír. Me había pasado una vez algo parecido. Me lo pensé unos segundos antes de contestarle - Bueno, hay varias posibilidades. La primera es que no le gustara el ambiente, ¿me entiendes? - dije. Había comenzado por esa porque era la más sencilla - Otra es que aún no quiera. ¿Sabes si ya lo ha hecho con anterioridad? - pregunté, aunque no me imaginaba a Margaret en una situación así. Porque a pesar de que era bella y su cuerpo no estaba mal, me daba la sensación de que siempre prefería guardar distancias con la gente - Sí, quizás esa sea la más probable. No te mentiré, una vez me ocurrió algo parecido, pero peor. Llevábamos saliendo mucho tiempo, más de seis meses, y bueno, ella me rechazó - le conté, pero me detuve en aquella parte de la historia porque el final no había sido muy feliz. Me había dejado a la semana siguiente. Por ello, para no dejar la historia incompleta pero que tampoco sospechara, dije la verdad a medias - Al final nunca lo hicimos - puse cara de fallido y luego me dirigí a la mesa de bebidas y le indiqué a mi mejor amigo que viniera también - Pero hoy olvídate de todas las penas, que compré algunas cosas especialmente para ti porque sé que prefieres las bebidas muggles - Tomé una botella de vodka y otra de whisky - ¿Cuál prefieres? - pregunté con una sonrisa mientras iba a la cocina por unos vasos.
FdR: Propongo que pongamos arriba entre corchetes a quien le hablamos en el rol como yo he hecho en este para así no confundirnos

Me reí ante el comentario de Maggie, tenía toda la razón del mundo para actuar así con Lindsay ya que después de todo se había pasado de la ralla de la desubicación. Luego al entrar me quedé charlando con Margaret, no tenía nada nuevo para contar, por lo que me preguntó si yo tenía algo nuevo.- Bueno, la verdad es que no tengo algo nuevo para contar, pero puedo hacer un esfuerzo- Dije en broma- Dame tu opinión, porque la verdad es que no se como reaccionar ante estas estupideces. Para año nuevo una muy amiga mía trajo un completo desconocido para mí a mi casa, y después me entero que tampoco ella lo conocía, reaccione mal ante ello, pero la verdad es que no sabía que estaba pensando ella.- Puse cara de ¿Que hago?-¿Tú que hiciste en año nuevo, no supe nada de ti luego de tu cumpleaños?- Me reí y tome dos gaseosas de la mesa.-Ten, ¿quieres?- Di un pequeño vistazo a todos, Elliot estaba hablando con William al parecer de algo muy serio. Mire a Lindsay y a Cerberus, me dio mucha risa ya que ella estaba flirteando con él, definitivamente no era una chica sino un torbellino.-¿Como van las cosas con Elliot? me sorprendió mucho que no viniesen juntos.- Le pregunte ya que siempre los había visto ir juntos a todas parte.

[Elliot]
Se rio conmigo por lo de Cerberus y Lindsay. Yo no podía creerlo. La chica estaba flirteando con él de una forma muy graciosa, aunque en un pequeño lugar de mi corazón sentí lástima por el pobre hombre. Pero también sabía de que no se dejaría engañar, era muy perspicaz. Mi amigo se horrizó cuando le conté mi anécdota - Sí, bueno, tampoco fue para tanto. No te preocupes, no morí - le aseguré, a pesar de que era obvio porque estaba allí - Además, bueno, me ayudó a darme cuenta de que yo tampoco la amaba demasiado. No creo que te pase a ti - le dije al ver su cara de preocupación - Por lo que si tus sentimientos siguen igual, no tienes de que preocuparte - comenté divertido y le di unas palmadas en el hombro en señal de apoyo. Pidió vodka por las circunstancias. Le sonreí y lo serví en un vasito pequeño, especial para ese tipo de bebidas. Yo, por mi parte, preferí hidromiel. Me gustaban más las bebidas mágicas - Sírvete cuanto quieras - le ofrecí - Bueno, ¿hay algo más de relevancia que deba saber? ¿No ha pasado nada importante más que eso? - pregunté sorprendido. Hacía semanas que no hablábamos.

[Lindsay Stwart] (Por desgracia)
Estaba tranquilo, en mi círculo en el que no se permitían bobos. En ese momento, vino una chica. No la conocía. Era la misma colada que me había hablado. Ella vino hacia mí. Era alta, joven y morocha. No me agradaba, al igual que todas las personas que habían aquí. La chica vino y me preguntó de qué trabajaba. ¿Qué no es obvio? Me pregunté en la cabeza. -Soy profesor de Pociones- le contesté de mala gana. Cuando creía que la situación era rara, todo lo empeoró cuando la chica me tocó la punta de la naríz, como si fuera un bebé en pañales. No lo podía creer. ¿Qué me vé? ¿Cara de cerdo? Seguí preguntándome en la mente. Ese horrible gesto me había hecho enfurecer más de lo que estaba. Aún no lo entendía, ¿por qué lo había hecho? Se había ganado todo mi odio, al igual que William. Pensé en él y me enfurecí aún más. Quería desquitarme con algo, asique me acerqué a un horrible objeto que encontré, y lo partí en mil pedazos. El objeto quedó hecho añicos. Lo hice lo más disimuladamente posible, cosa que ni siquiera hizo ruido, y no ditrajo la atención de los demás. Me volví para donde estaba la dama. Ella me dijo bulgarmente que cuente algo. Lo dijo de una manera muy despectiva, cosa que no me agradó en lo absoluto. -No tengo nada que contar.- le respondí de mala gana. Le quería hacer entender que no quería que me hablara, ya que me caía realmente mal. Me quedé callado, con los trozos del objeto roto en mis bolsillos.

[Emily]

Escuché a Emily mientras me relataba lo ocurrido. Los ojos se me pusieron como platos al escuchar la historia completa - ¿Fue ella? - pregunté con un leve dejo de desagrado en la voz - Bueno, la verdad es que yo le hubiera inventado alguna mentira al chico de que no podía estar allí. Podría haber sido alguien peligroso. No sé, podrías decir que era una reunión de amigos y que ni siquiera lo conocías. Aunque claro, hubiera quedado muy descortés. O que te sentías mal y no querías que te viera un desconocido en ese estado, no sé. ¿Les hizo algo? - quise saber - En realidad, no hice nada. Había pensado en planear algo con Elliot, pero bueno... - dudé. Era un tema doloroso de tocar, en realidad, probablemente el único tema que me producía un dolor casi insoportable. Me quedé callada alrededor de un minuto antes de volver a hablar - Mmm... Ese día me informó la auror que estaba trabajando en el caso de Amy que no había habido avances en la búsqueda del asesino - lo dije todo rápido y de una porque sino temía que se me quebrara la voz. Traté de no pensar demasiado en lo que le había contado para no sentir dolor. Había veces en que la extrañaba de veras, porque pese a que no la había visto en años, es muy distinto saber que te puedes encontrar con ella cualquier día a que no le podrás habar nunca más. Estaba bastante sola en el mundo, a excepción de Elliot, y me llevaba bien con varias personas de la fiesta, pero ninguna era amiga íntima mía. Generalmente esa situación no me molestaba, pero cuando necesitaba el consejo de alguien sí. Aparté el tema de mi mente y me concentré en la siguiente pregunta que hizo Emily - Todo bien, gracias por preguntar - Lo que dijo después me pilló desprevenida - Esto... Emily, nosotros no vivimos juntos, ¿pensabas que sí? - me aseguré por las dudas.

[Lindsay Stewart, William Franklin y Elliot Camberlain] (Más desgraciadamente aún)
Ella me djo algo que me puso los pelos de punta. Me agarró mucha ira cuando me lo dijo. Me daban ganas de vestirla de elfo doméstico y adoptarla para que limpie. Me empezó a enseñar cómo estar en las fiestas. ¿A esto le llama fiesta? Pregunté en mi cabeza llena de ira. Me dijo lo peor que alguien me había dicho: "Me voy a quedar a tu lado". Casi me agarra un paro cuando mencionó esas fraces. Me dijo que sonría. No lo iba a hacer ni aunque se pusiera de rodillas y me lo rogara. Estaba decidido, me iba a esconder en el baño, ¿a ver si me seguiría ahí? Era uno de los peores momentos de mi vida. Me agarró mucho enojo conmigo mismo por haber venido, ¿qué no tenía nada mejor que hacer? Todo sería mejor que esto. Había muchas personas, y no conocía a nadie, ni siquiera con la chica que estaba hablando. Todo estaba mal. Estaba mirando a todos lados, para ver por dónde me fugaba. Ella me seguía diciendo que lo intente, que intente sonreír. Yo no le hacía caso. Después me dijo que le hable como si fueramos amigos. Ni siquera sabía su nombre, ¡¿por qué iba a tener que hablarle como si fueramos amigos si ni siquiera sabía su nombre¡! Mi furia creció. -No voy a hacerlo- le rspondí, seriamente. Me alejé un poco de ella, para contemplar un objeto que me había gustado; el único. Era como un mini-caldero. Yo me acerqué más a él, para verlo más de cerca. Lo tomé, y fui caminando con él hacia William. En ese momento, cuando estaba llendo me tropecé con un chico. Tenía un vaso de Vodka en la mano. Yo cuando pasé sin querer (aunque no le venía muy mal) lo derramé. -Disculpa- porque seas tan inútil continúe la frase en la mente. Continué sin darle importancia hacia Franklin. Cuando llegué a él, -¿Dónde compraste esta reliquia?- le pregunté sin dejar de contemplar el objeto.

-Emm...- Corrí mi vista- Si.-Contesté y escuche su consejo, la verdad es que tenía muchísima razón, tuve que haber hecho algo de eso pero no quería ser grosera- Si, lo pensé varias veces, y muchísimas excusas para que se vaya. Pero al fin y al cabo, era año nuevo, no podía ser tan descarada de echarlo por una razón cualquiera. Por suerte resulto ser un chico encantador y muy amigable, pero toda la noche en mi cabeza rondaba si era un asesino en serie.-Termine de decir y luego le pregunte sobre las pasadas fiestas pero no pude seguir escuchando del todo, ya que me dijo algo del caso de Amy, ¿la misma Amy que yo conocía? la seguí escuchando, pero un nudo en mi garganta crecía.- Si, pensé que vivían juntos.- Logre decir sin que mi voz fallara y me atreví a preguntar lo que tanto temía, pero no sin antes ponerme de espalda a todos los presente por si acaso- ¿De que Amy me estas hablando?- Dije sin poder creerlo, con razón no había contestado mis últimas llamadas y no sabía nada de ella, ¿pero como podía se posible?. Un nudo se armo en mi garganta- Por favor, cuéntame como fue, no estaba enterada en lo absoluto de que ella había fallecido.- Dije y la voz se me quebró varias veces y una lagrima salió de la comisura de mis ojos, por lo que levante la cabeza para evitar que salieran más.

[Emily]

- Entiendo, pero la seguridad es lo primero, Emily - le recordé. Además, ¿qué le importaba lo que pensaba un desconocido? Y si llegaban a hacerse amigos en algún momento, lo recordarían con gracia, no con rencor. Pero bueno, tal vez ella no lo consideraba así y yo no era nadie para obligarla o hacérselo entender. Habló como con esfuerzo cuando contesto a mi pregunta. Negué con la cabeza - No estamos casados. ¡Te hubiéramos invitado a la boda sino! - le aseguré con una sonrisa. Me preocupó un poco cuando pareció tan triste y entonces recordé que ella también era amiga de Amy. Me di cuenta por su reacción que ella no sabía nada de su muerte. Abrí la boca con sorpresa y me tapé con una mano. Comenzó a llorar luego de preguntarme y miré a mi alrededor alamarda. Nunca había sido muy buena consolando, y menos si la situación me dolía a mí también - Bueno... Preferiría no hablar de eso, ¿sí? - la esquivé, y mientras buscaba una buena excusa para cerrar el tema, divisé a Lindsay cerca de Ceberus. Eso me trajo a la memoria de donde la conocía: era la auror encargada del caso de Amy - Lindsay es quien está trabajando en el asesinato, sería mejor si te lo contara ella - le dije. Para distraerme y no pensar mucho en ello me concentré en William y Elliot, y descubrí que estaban bebiendo. El líquido era transparente, pero por el vaso que lo contenía y porque conocía a mi novio, estaba segura de que no era agua. Suspiré divertida al verlo tan entregado a uno de sus placeres. Lo único que esperaba es que no se emborrachara demasiado.