Pasillo Principal

Holly dijo que era una lastima y me sentí mal por eso, pero luego agregó que tal vez se escribiría en el equipo - Que buena idea, te divertirás - le dije sonriendo.
Holly le dijo a Paul que tenia un gran problema con lo de la cintura y reí ante su comentario.
Luego, ella propuso si volveríamos a dentro del castillo ya que hacia frío - Claro, vamos Holly... yo también tengo frío aquí - dije invitándola a comer algo ya que había dicho que tenía hambre. - Si, seguro es la cena. Mejor vayamos - advertí.
Luego Paul dijo que dejemos el entrenamiento para otro día - Me parece bien - afirmé con la cabeza.
Por el comentario de Paul, el también sentía hambre - Entonces vayamos por algo de comida - invité a los chicos.
Paul me preguntó si vamos al Gran Salón - ¿Qué estamos esperando? Vamos - respondí y comenzamos a caminar.

-esta decidido, me inscribo.- le dije a Alice con una sonrisa.- Paul, no voy a ser mas que una amiga, así que no te molestes por coquetear- Le dije con una sonrisa, ya que eso era lo que pensaba. Reí y luego le di la razón a Alice- estamos esperando a que Paul se ponga en marcha-dije volviéndome a reír y sacando los brazos de Paul de mi cintura y dándole unas palmaditas en su mejilla- te vas a tener que acostumbrar a no hacerlo de nuevo.- le dije riendo en voz alta.

Sigue en el Gran Comedor

Las dos comenzaron a reirce de mí, por lo que mi cara perdío su control y una sonrisa se asomo en mis labio.- Me parece que estamos esperando a que tu te desjes de hacer bromitas a mi costa- le dije a Holly con una sonrisa- Ok, solo amigos- le dije dandole la mano- Lo mismo para tí Alice, ¿o esperas algo más?- le dije con mi sonrisa torsida. -Vayamos al gran salón.

Holly dijo que se inscribiría - ¡Bien! entonces supongo que seremos rivales- la miré con una cara de rival en chiste.
Holly dijo algunos comentarios en los cuales reí con ella.
Luego ella sacó el brazo de Paul de su cintura y le dijo que se tendrá que acostumbrar a no volverlo a hacer mientras le daba una palmadita a su mejilla. Reí también ante eso.

Pareció que a Paul no le gustó para nada las bromas de Holly, yo me reí de eso y no me gustó que le molestara ya que no me gusta hacer enemigos.
Paul le contestó a Holly de mala gana a lo que respondí - Ey, tranquilo... era solo un chiste - me preocupé un poco.
Luego le dijo a Holly solo amigos y me dijo lo mismo para mi excepto de que yo quisiera algo mas - Solo amigos - le respondí sonriendo.
Luego agregó que vayamos al Gran Salón - Vamos - dije y comencé a caminar hacia el Gran Salón.

Aquí se esta armando pleito- dije riendome ante la cara de alice- No lo he tomado mal, solo que les seguí el juego. No tienes idea de cuando alguien me cae mal- le conteste guiñándole un ojo.- No creo que quieran mojarce, así que vallamos al Gran salón.

No me cayó muy bien que digamos Paul. Según el nos siguió el juego - Ah, si claro - dije sarcásticamente.
- ¿Ahora eres el chico malo?, ten cuidado hay muchos malotes y celosos - le advertí.
Dijo que no creía que querríamos mojarnos, así que vayamos al Gran Salón -Vamos - le dije mirándolo de mala cara.

Alice no estaba de muy buen humor- Que pasa que te has enojado- le pregunté a Alice antes de salir por la puerta y entrar al Gran Salón

Todavía no podía creer lo que había pasado a principios de febrero, que mis padres ya no estaban y que a mi hermana no la veía desde el inicio de clases. Me deje deslizar sobre la pared, hasta que me senté en el suelo, había sido un fracaso total la última vez que salí con mis amigos mayores a una fiesta, y volví muy tarde a mi casa, mi madre me había retado por desgracia la última vez que la ví.
Me enjuague una lagrima que corría por mi mejilla y me concentré en mis respiración. Respira, exala, 1, 2, 3.me decía a mi misma la gran parte del día.

Caminaba por los pasillos cuando casi me llevo por delante a Sophie, la niña que había conocido un día después de que me separara de Katherine. Podría decirse que los dos estabamos destruidos. Sophie estaba llorando y pues yo era un desastre. Lo peor era ahora la tos crónica y bueno me había agarrado gripe también. Sentía cariño por la joven así que decidí hablarle, además tenía ganas de hablar –Sophie- repetí su nombre mientras me dejaba caer a su lado. –No llores- le pedí mientras pasaba mi brazo alrededor de su hombro y la acercaba para que se apoyara sobre mi pecho. -¿Qué pasa?- le pregunté interesado. Tenía ganas de hablar y eso se notaba. Yo sabía que apoyada contra mi pecho podía oír que mi respiración estaba mucho más agitada y que la presión sanguínea también. Estaba hecho mierda, los ojos vidriosos y las pupilas dilatadas. Había perdido peso también pero no me daba mucha cuenta de ello ya que no pensaba en como me veía si no en como me sentía con respecto a esta nueva etapa de mi vida.

Me saludó con una sonrisa, y continuó largando lágrimas. Se apoyó sobre mi pecho con suavidad y yo la abracé con más fuerza. Dijo que no estaba llorando, que había sido un bostezo. Solté una carcajada -¿Segura?- pregunté observándola con detenimiento. Me contó que desearía volver el tiempo atrás –Cruelmente, es algo imposible- le conté sin dejar de acercarla hacia mí. –Cuando algo que es mucho más que nosotros nos pasa, desearíamos volver el tiempo atrás, pero es imposible- murmuré y sonreí –Nunca escuches mis consejos, un drogado no ayuda mucho- bromeé y solté una carcajada. –Eres buena amiga- empecé a decir –No me dejas solo ni nada por el estilo, es más no te molesta estar conmigo- dije pensativo. Me dijo que me notaba agitado –Efectos y más efectos- murmuré divertido –Espero no te moleste- le dije con dulzura. Me preguntó si contaba algo –Me he peleado con mi ex novia- le conté y suspiré –Hace poco, ella no quería hacerlo- le confesé –Además, me pegó aquí- dije tomando su mano y tratando de que la apoye donde yo quería. Sophie era una chica bonita y a veces se veía irresistiblemente provocativa, como por ejemplo, en ese mismo instante.

Estaba caminando por ahí, cuando me encontré con dos jóvenes acostados en el piso. El chico era muy sexy, y la chica era bastante bonita. Noté que el chico estaba haciendo algo un poco grosero. Parpadeé y miré hacia otro lado. Luego, volví a verlos, y decidí acercarme a ellos. Cuando estaba al lado suyo, -Hola- les dije para saludarlos. Fingí ser algo tímida. La chica estaba llorando. Me sentía algo rara. No sabía que decirles. De seguro eran novios, ya que estaban abrazados. Los miré extrañada, -¿Qué te pasa?- le pregunté. Me los quedé mirando seria, frunciendo el entrecejo. Sentía que esa chcia no me iba a caer bien, odiaba a los llorones. Teniendo un novio tan apuesto, debería hacer otras cosas con él, no llorar.

Me dijo que estaba segura de que había sido sólo un bostezo. –Esta bien- murmuré y la escuché mientras me contaba sobre su relación con los chicos de su anterior colegio. No entendí mucho a que se refería, si era que odiaba a los chicos como yo o si yo era diferente a los chicos que odiaba. Ignoré los comentarios y me puse de un humor un poco más enojón. Si no le gustan los chicos como yo, que se vaya a juntar con otro. Cuando intenté que ella apoyara su mano donde yo quería, la quitó agresivamente y me abofeteó. La miré entre la sorpresa y el odio. –No te atrevas a levantarme la mano otra vez, Sophie- gruñí y me alejé de ella unos centímetros. Estaba loca. En ese momento, una niña de cabello rubio, muy bonita se nos acercó. –Hola- la saludé mirando con desprecio a Sophie, al instante volví mi mirada a la chica esa que había aparecido de la nada y me quedé escuchando lo que decían. Se preguntaron como estaban mutuamente. Bufé y esperé algún comentario interesante, si no, me pararía y me iría.

Kelly se había enojado, ya que no quise poner mi mano donde él quería, me parecía una total falta de educación, y muy grosero de su parte. Dijo que no le vuelva a levantar la mano - Entonces tú tampoco hagas algo en lo que yo esté implicada sin mi permiso, lo que acabas de intentar hacerme fue muy grosero-Le dije seria, pero con una mirada tierna, seguramente eran efectos de las drogas, no creía que alguien con cordura haga algo por el estilo.
Cuando me dí cuenta de que se había enojado enserio, no me sentí muy a gusto-¿Kelly, sigues enojado?- Le pregunte mientras posaba una de mis manos sobre su mejilla.- Lo siento, ¿Si?- Le dije mientras buscaba su mirada.

La chica parecía algo extraña. También me saludó y me perguntó a mí qué me pasaba. No lo entendía, yo no estaba llorando en el medio de un pasillo, por qué iba a pasarme algo. La miré extrañada, y luego volví a sonreírle. -Pues nada- ¿acaso no notas que yo no estoy llorando?. El bonito chico me miró y me saludó. -¿Qué hacían aquí?- les pregunté a ambos. Les sonreí bien grande, y me los quedé mirando.

Me dijo que entonces yo no tendría que hacer cosas en las que ella esté implicada sin su permiso, que era un grosero y otras pendejadas.
-Lamento no agradarte– dije sin ganas. Que se pudra, pensé ya mostrándome molesto. Ese tipo de discursos me irritaban demasiado, pero traté de no darle mucha importancia. Me molestaba todo de Sophie, ahora me resultaba una niña histérica y desagradable. No la quería como amiga, había sido despreciable conmigo. Ahora me resultaba irrelevante. Luego, pareció notarlo, porque me preguntó si seguía enojado y además me acarició con su suavidad. Dijo que lo sentía, parecía sentirlo de en serio, lo notaba en sus ojos. Se sentía bien el tacto de sus palmas suaves. Solté una risa corta. –No pasa nada- dije tratando de olvidar el tema.
La chica rubia que había aparecido de la nada, nos preguntó que hacíamos -Hablando- respondí observándola –Si quieres puedes unirte- dije y reí un poco. Parecía buena chica.

El hombre me ofreció unirme a la conversación. Tenía un poco de seuño, pero de todas formas acepté; -Claro- le dije. -Gracias- agregué. Sonreí sin ganas, pero quería hablar con el chico, tal vez podríamos hacer algo juntos. Él era muy lindo, y parecía ser algo bueno y agradable. Antes de que me invitara, la niña se estaba disculpando con el chico por algo. Tenía un poco de curiosidad, pero no le iba a preguntar nada porque iba a quedar algo entrometida. Luego, la chica se presentó, se llamaba Sophie. -Bonito nombre- le mentí. -Soy de Slytherin, ¿y tú?

Cuando yo le comenté que lamentaba que no le agradase, ella dijo que le agradaba de enserio. Me preguntó de que diablos estaba hablando –Pues, tú misma lo has dicho- le contesté volviendo mi mirada a sus ojos tan bonitos –Has dicho que odiabas a los tíos como yo- le recordé, enfadándome con sólo recordarlo. Dejé de mirarla por un rato.
Me agradeció cuando acepté sus disculpas. Me quedé pensando en cosas que ni recuerdo cuando ella me dio un beso en la mejilla. Sonreí y solté una risa. –Que cariñosa- dije haciéndome la idea, pero dándome cuenta al instante de que ella misma me había rechazado hacia unos minutos. Dijo que lo sentía de enserio –Ya, entendí- le dije tratando de que se tranquilizara.
Sophie se presentó ante la rubia, por lo que pensé que sería bueno hacer lo mismo –Kellieth Harris, llámame Kell o Kelly como te parezca mejor o si quieres ni me hables- le dije sin presiones pero con una sonrisa. -¿Y tú eres…?- dije preguntándole su nombre a la muchacha. Hablaron sobre las casas a las que pertenecían. La rubia era de Slytherin, solté una risa –Yo también- hice una pausa -Chica mala ¿No?- le dije y reí. Esperé pensando que quizás hablarían cosas interesantes.

Yo y mi gran bocota, me regañé- Kell, eso fue antes de febrero, ahora las cosas cambiaron, no pienso igual que antes en lo absoluto- Dije apretando la mandíbula ante el recuerdo del motivo por el cual me encontraba en ese momento en Hogwarts.
- De vez en cuando soy cariñosa, en otras palabras depende del bicho que me pique en ese momento- Me encogí de hombros sonriendo. La chica aceptó sentarse con nosotros. Era de Slytherin, por lo que me sentí algo incomoda ante dos chicos de Slytherin, se suponía que me odiaría apenas se lo dijera.- Emm… Yo soy de Gryffindor- Agregué algo tímida e incómoda en mi lugar cuando Kelly agregó “Chica mala”. Estaba totalmente dispuesta a irme si me despreciaba en ese momento por mi casa, sin embargo decidí irme, no me encontraba verdaderamente cómoda y necesitaba poder descansar un rato.- Creo que volveré a mi cuarto. Nos vemos luego chicos- Me levante y salude a ambos con la mano antes de dirigirme a la sala común de Gryffindor.

El chico también se presentó. Ya era hora de saber su nombre. -Así que Kellieth, bonito nombre- le dije mirándolo. Sentía algo por él, cosa que no quería, pero así era. -Yo soy Maia, Maia Laurent. Llámame como quieras.- le respondí, mirándolo enamorada, con una estúpida sonrisa cursi. Sophie era Gryffindor, y Kelly Slytherin. Sonreí más grande al enterarme lo de Kell. -No, no soy chica mala- le respondí, y reí un poco. Tenía ganas de preguntarle si tenía novia, pero no podía hacerlo. -¿Cuántos años tienen?-

Se excusó diciendo que eso había sido antes de febrero y que las cosas habían cambiado, en ese momento no pensaba como antes o eso decía ella. La miré y me encogí de hombros –Está bien pero cuida lo que dices- le dije echándome hacia atrás. Dijo que aveces era cariñosa, que eso dependía del ‘bicho’ que la picara.
La rubia, que ya estaba junto a nosotros, dijo que mi nombre era bonito. –Gracias- respondí con una sonrisa. Ella se llamaba Maia pero dijo que le diga como quiera. –Encantadora- murmuré y solté una risa. Nos preguntó nuestra edad –Quince- respondí dejado –Igual, voy a cuarto, ya adivinarás porqué- respondí con una sonrisa -¿Y tú?- le pregunté interesado. Parecía que había encontrado una nueva amiga.
Pasados los minutos decidí irme, porque no tenía que fumar. Eso me desesperaba. -Adiós chicas, no veremos por ahí- respondí y levantándome para irme directo a los dormitorios.

Kellieth parecía muy agradable. -De nada- le respondí, ante su agradecimiento. Luego, mencionó que yo era encantadora. Él era muy guapo, tal vez podríamos salir alguna vez. Aunque no lo conocía, no podía salir con gente que apenas empezaba a relacionarme. Pero, dentro de algún tiempo, cuando tal vez lo conozca mejor, podríamos salir. Pero, yo me imaginaba toda la historia, de seguro no pasaba nada. No lo sabía ni me importaba. Lo único que quería era ver a mi hermano, al cual extrañaba demasiado. Él respondió a mi pregunta, y aclaró unas cosas más. -Ah, qué lástima, yo tengo dieciséis, y nunca he repetido, y espero no hacerlo.- le respondí amablemente, aunque por dentro sabía que nunca iba a repetir, porque sabía que era inteligente.