Gran Salón

Me quedé triste al notar que nadie me hablaba, ¿será que es porque les caigo mal? pensé. Agarré tres pastelillos y vi como los operaba un chico en la mesa de Gryffindor que parrecía hablar con Jane, asique traté de hacer lo mismo con el mio, pero un chico en la mesa estaba haciendo magia, y se vé que no había practicado mucho, entonces mi pastelillo explotó en mi cara, agarré una servilleta y me limpié toda la cara, luego me apoyé en mi brazo y me volví a quedar dormida, ya que estaba muy cansada, y soñé que estaba en una peleá con Harry Potter, y me estaba ganando, cuando saqué mi varita y con un movimiento simple, lo destruí por completo. Me desperté en el momento que el mismo chico que había hecho explotar mi pastelillo, le arrojó un vaso de agua al chico que tenía al lado por accidente y me salpicó un poco. Estaba tan aburrida que no sabía que hacer, hasta que le comencé a lananzarle migas a Jane que estaba en la mesa de los Gryffindor, soy patética pensé, asique dejé de lanzarle migas y comencé a dormir apoyada en la mesa.

Comí parte de la tarta de manzana mientras escuchaba las preguntas de Sabino. Parecía algo extrañado por lo que yo decía, y hasta lo exclamó en voz alta.
- ¿Qué es loco? - intenté averiguar, curiosa. No me parecía que fuera tan raro lo que había contado, tan sólo la historia de una inmigrante, que estaba segura había millones en el mundo - Sí, comenzó este año - confirmé. Luego me quedé pensando si eso seria lo que le parecía raro - Impartirá Encantamientos y Defensa Contra las Artes Oscuras - contesté - Es esa de allí - dije señalando con la mano a una mujer rubia que estaba sentada a la mesa de los profesores, aunque por ahí no llegaba a distinguirla ya que era algo lejos y había varias cabelleras rubias en los alrededores - Sí no la distingues no importa, ya la verás en clase. - Miré a Fabian extrañada cuando comenzó a hablarme, porque nos conocíamos desde hacía varios años y sabía que era hija única - ¿Me hablas a mí? - pregunté estupefacta, aunque suponía que le preguntaba a Sabino - ¡Qué rara forma de comer pastelitos! - exclamé riendo - Voy a intentarlo - Tomé uno y traté de abrirlo como Fabian, pero no lo logré y se desmoronó todo porque no podía mantenerse más en pie. Reí ante mi pobre intento y lo dejé a un lado. Enseguida redirigí mi atención al niñito herido - Ay, si prestarán más atención a lo que hacen... - me lamenté al escuchar como se había cortado.

En ese momento McGonagall comenzó a hablar y guardé silencio para escucharla. Apenas terminó, me puse de pie y grité bien alto para que me escucharan todos - ¡LOS DE PRIMERO, POR AQUÍ! SÍGANME, IREMOS A LA SALA COMÚN. POR FAVOR FORMEN UN GRUPO Y NO SE SEPAREN DE ÉSTE - respiré hondo para recobrar el aliento y luego miré inquisitivamente a Sabino y Fabian - ¿Vienen? Así seguimos charlando en la Sala Común. - De paso saludé a Michie con la mano, viendo que ella también cumplía con su trabajo de prefecta. Moví los labios diciéndole: Nos vemos mañana en el Vestíbulo. Esperaba que me hubiera entendido. Una vez que el grupo de primero se reunió a mis espaldas, emprendí la marcha a la Sala Común mientras le comunicaba a uno de los niños la contraseña y le pedía que la pasara a sus compañeros en voz baja.

Escuché a Jane preguntarme que me resultaba loco, no sabía exactamente que decirle.
-La verdad es que no me esperaba que seas hija de algún profesor de Hogwarts- comenté finalmente. Y espero que tu madre sea de esas personas que mandan tarea fácil y corta , concluí en mi mente. Continuó diciendo que comenzó ese año con lo que descarté completamente lo de McGonagall, ella tiene como 107 en el colegio, pensé y reí. Pensaran que estoy loco riéndome de la nada, pensé inmediatamente y reí otra vez, dando espacio a un nuevo pensamiento: volví a reirme, que tambien me provocó risa pero acumulada con todas las otras risas fué una "super-risa", de esas que te duelen despues. Jane también contó que su madre daría DCAO y encantamientos. Al instante la señaló; apenas mi nueva amiga extendió el brazo para señalarla, yo giré toda mi cabeza en busca de la madre de Jane. Al no saber cuál de todas las personas en el mundo ( Hogwarts ) era, volteé mi cabeza otra vez hacia delante y me quedé pensando en cosas que no recuerdo hasta que la risa de Jane me sobresaltó. Al instante volví a insimismarme en mis pensamientos hasta que de nuevo me interrumpieron, pero esa vez fué McGonagall, la cual no soporto, por lo que no presté atención en lo que dijo y me quedé pensando en blanco. Luego de que Jane le gritara a los niños de primero, nos invitó a terminar nuestra conversación en La Sala Común. Me paré y caminé lentamente hacia nuestro punto de encuentro.

- Bueno, aunque no uses esas palabras, eres una chica intelectual - le sonreí ampliamente con alegría - O al menos, eso demuestras ser. - Me quedé reflexionando sobre lo que había dicho. ¿Había halagado a una chica sin ningún tipo de dificultad? ¿Esas palabras habían salido de mi boca? Asombrado e incrédulo agradecí en lo más profundo de mi corazón a Michie por haberme hecho sentir esa confianza. Mientras ella llamaba a los de primero me quedé mirándola con la más absoluta admiración y luego la abrazé fuertemente, musitando un bajito: Gracias. Luego la seguí a la Sala Común dando saltitos de euforia. Era mi primera noche en Hogwarts.

[Sigue en la Sala Común]

(Vengo de Pasillos Secundarios)
De lo malvada que soy, voy a escribir una lechuza para los que estan en Gryffindor para que vayan a salvar a Michie pensé con una sonrisa diabólica. Comenzé a escribir una carta que luego iba a enviar con una lechuza, la carta decía:

Spoiler:

Sonreí malvadamente y envié la carta.

Caminaba sin rumbo por el Gran Salón, cuando divisé a una chica castaña, de Slytherin, la cual escribía una carta. Noté que sonreía diabólicamente y sus ojos reflejaban que estaba haciendo algo malo.
Me acerqué a ella y me senté a su lado, la miré y le dije
-¿Qué haces?- descortésmente. –Espero que sea alguna maldad- para luego reír y decir –Lo noté en tus ojos- Le sonreí dándole confianza.
Pensé que ella sería una buena cómplice de maldades.

Me aserqué al chico, lo miré con mirada fulminante, reí y le dije -Solo hacía que alguien se meta en problemas- sonreí, -Y... ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Katherine Collingwood, y tal vez conoces a mi prima la prefecta, Mary Jane Whilmore, no me llevo bien con ella, y mi tía, la profesora Elisabeth Marie Fouine- sonreí, -Cuéntame de tí, ¿tienes parientes aquí en Hogwarts?- un gran compañero para hacer maldades, pensé, sonreí con una sonrisa diabólica y esperé a que el me conteste.

Me fulminó con la mirada ante mi descortés comentario sobre lo que ella estaba haciendo. Pero luego, se relajó y rio con mi segundo comentario el cual no fue para nada descortés, éste hacía referencia a lo que ella estaba haciendo, diciéndole yo que deseaba que sea una maldad.
Me contestó que estaba metiendo a alguien en problemas. Le sonreí, compañera perfecta, pensé para luego acercarme más, tratando de leer su carta. No alcancé a leer ni una palabra porque comenzó a hablarme y mi mirada subió a su rostro. Me preguntó mi nombre, Interés, pensé.
-Soy Kelly Harris, pero dime Kell- le dije, contestando a su pregunta. La dejé que me llamara por mi apodo porque la veía como futura cómplice de maldades.
Se llamaba Katherine Collingwood. Luego, me habló de su prima, la cual era prefecta.
-No, no la conozco o eso creo- dije. –Nunca hablaría con prefectos, son odiosos, siempre saben todo y se portan demasiado bien- comenté burlón. No sabía si ella pensaba lo mismo que yo, pero no me importaba si pensaba lo contrario. Inmediatamente, dijo que no se llevaba bien con ella. Le sonreí. También contó que su tía era profesora, se llamaba Elisabeth Fouine.
-Nunca recuerdo lo nombres de los profesores los primeros días- le dije a Kath.
Me pidió que le contara de mí, preguntándome si tenía parientes en el colegio. Le sonreí para luego decirle
-Por suerte, no. No tengo ningún pariente aquí- hice una pausa –Te admiro por tener que bancarte a tu prima, la prefecta y a tu tía, una profesora- reí y continué –Yo no podría-
Sonrió diabólicamente, le devolví una sonrisa.
Luego de unos segundos, le dije.
-Oye, ¿Quieres que te ayude con eso?- mirando la carta entre sus manos.

Le sonreí, -Ya termino, exepto que tengas un telescopio, porque quiero ver la cara de mi prima cuando le digan que tal vez la hechen de ser prefecta- risa malvada -Te cuento lo que hice; le envié una carta a una prefecta, Michel Kross, diciendo que le tenía que entregar algo secreto en los Jardines, luego cuando ella ya estaba en los Jardines, le envié una a Sabino Johnson, diciendo que el y sus amigos debían ir a buscar a Michel porque la estaba atacando un mounstruo, y cuando todos estaban en los jardines le envié una lechuza a dos profesores para que los reten- reí malvadamente -Me puedes ayudar dandome un telescopio y ver como los retan- río -Mejor que nos vayamos a la Sala Común antes de que nos reten-
[Continúa en la Sala Común]

Kath me sonrió pero me contó que ya la había terminado. Me preguntó si tenía un telescopio y me explicó todo su plan. Reí ante su maldad.
-No, no tengo un telescopio- le dije preocupado -Yo también quería verle la cara a esos idiotas, qué lastima- dije finalmente.
Dijo que sería mejor que nos vallaramos a la Sala Común, ya que era tarde y también probable que nos retaran por estar allí fuera del toque de queda.
Me paré del asiento y le tendí la mano a Kath para que se levantara y nos vallaramos a la Sala Común.
(Continúa en Sala Común de Slytherin)

El banquete de Halloween había dado comienzo. Llegué temprano, pensé. De a poco comenzaron a parecer personas con sus disfraces. El mío era de dama antigua. Un poco anticuado pero acorde a mi edad, pensé. Había disfraces de todo tipo, algunos estaban geniales, valían la pena votarlos. Me muero por ver los disfraces de Jane y Kath. Una vez que la mayoría había llegado, la profesora McGonagall hizo algunos anuncios. Ningún alumno/a podía vagar por los jardines ni por el castillo sin autorización o sin la compañía de un mayor. Me parece correcto, ya ha habido problemas con el asunto, pensé. La directora dijo que luego de la cena podríamos bailar y avisó lo del concurso de disfraces. Esta noche será muy interesante, agregué en mi mente.

Estaba sentada en la mesa de profesores cuando vi a un mortífago acercarse. Al principio me asusté mucho, luego me di cuenta que era una disfraz. Estaba muy bien hecho a decir verdad, casi grite "Expelliarmus". Al acercarse presentó como William Franklin, el profesor de Historia de la Magia, con un tono de voz malvado, muy bien practicado.
-¿Mortífago de primera? De acuerdo... - Dije con tono burlón. - Soy Elisabeth Fouine, profesora de Defensa contra las Artes Oscuras y Encantamientos, es un placer. Por cierto, ¡Buen disfraz! Puedo asegurarte que estuviste a punto de atravesar la misma puerta por la que acabas de entrar. - Dije entre risas.

(Viene del Vestíbulo) Ingresé al Gran salón y me senté en una de las mesas para disfrutar del banquete, ya que siendo de casas diferentes y por ser esta una gala especial, no tendríamos que sentarnos en nuestras mesas correspondientes. Es así que escuche con atención el discurso de la directora y me dio mucho gusto saber que el baile seria luego del banquete. Estaba ansiosa y aunque no se notara moría de hambre, así que estaba lista para disfrutar de la noche.

(Viene de Vestíbulo)
Entré al Gran Salón acompañado de mi pareja de baile. La seguí hasta que se sentó en una de las mesas; me senté junto a ella. Luego, McGonagall comenzó con su inaguantable discurso. Aburrido comencé a pensar en otras cosas mientras la anciana hablaba. Cuando ésta termino de torturarme, me dirigí a mi pareja de baile e intrigado le pregunté
-¿Cómo te llamas?- y le sonreí. Tenía el presentimiento de que ella sería una muy buena amiga, además de carismática.

- Excelente razonamiento. Se supone que debo de saber historia, aunque no dudo en que el resto te creerá viendo de ti - Dije con una sonrisa. William parecía un chico simpático y dulce, y a la vez, sabio. - Me alegro te gusten mis materia, la tuya también es muy interesante, aunque dudo que supere a las mías. - Dije, siguiendo la broma.
Me dijo que no quería hacer el ridículo con su disfraz ante los alumnos, pero rápidamente noté que bromeaba. No puede evitar reír. Luego, me dijo que le gustaba mi disfraz y me pregunto si había comprado mi máscara muy elaborada.
-¿Acaso no podría hacerla yo? –Dije bromeando - Me gustaría decir que no, pero estaría mintiendo. Es comprada. – Reí.
Aprovechando la oportunidad yo también comí algo, ya que me moría de hambre, mientras le pregunté a Will:
- Sólo por curiosidad, ¿no tienes pareja para el baile?
De repente, vi llegar a dos chicas. Eran jóvenes, aunque no tenían pinta de alumnas. La que esta vestida de ángel fue la que hablo. Me pregunto si los asientos que estaban a mi lado, estaban ocupados.
- No, cariño. Siéntense si quieren. - Dije amablemente - A propósito, nunca las había visto. ¿Son profes nuevas? - Pregunté con curiosidad.

Ingresé al Gran Salón, con mi disfraz de Dementor y todo, me senté en la mesa de mi casa, Gryffindor, y me quedé allí esperando a Jane, que de seguro se está arreglando para el baile, mientras tanto, me acerqué a Sabino y le dije -Buenaas, lindo disfraz- rio -Eres un zombie, no?-luego, comencé a fisgonear la puerta, para ver si Jane llegaba de una vez por todas....

Quien seria mi pareja se sentó a mi lado, y me preguntó mi nombre, que tonta había sido, tan entusiasmada estaba por bailar, bueno por bailar con él, que no nos presentamos, -soy Anne Evans y tu?-, cuando lo miré rápidamente pensé No puedo creer que el chico más lindo de Hogwarts sea mi compañero de baile
Estaba comenzando a sonrojarme, por lo que intenté pensar en otra cosa, pero no pude.

Cuando entré al Gran Salón, estaba muy emocionada por ver a Kelly, entonces me senté esperé, esperé, esperé, pero nada, entonces comencé a comer unas galletas, que tenían forma de calabaza, luego obserbé al perdedor de Fabian buscando a Mary, que bajo que cayó, pensé. Luego reí y me quedé sentada esperando an Kelly

Se llamaba Anne.
-Lindo nombre- dije amistoso. Me preguntó el mío por lo que le contesté
-Sabino Johnson- y le sonreí.
Inmediatamente alguien se me acercó y me dijo que me disfraz era lindo, lo miré extrañado por dos cosas. La primera fue que no sabía con exactitud quien era la persona que me estaba hablando, tenía una voz familiar, pero al no ser yo una persona muy detallista, no podía saber quien era. Y la segunda fue que no llevaba ningún disfraz. No pude evitar mirarlo divertido. Luego, me preguntó si era un zombie. Solté una carcajada demasiado exagerada y miré al chico que me hablaba más detalladamente para luego decirle
-Gracias por tus halagos y todo, pero no llevo disfraz- entrecortadamente por la risa.
-¿Un zombie?- repetí chistoso al instante –¿Tan feo soy que cuando no tengo nada raro puesto me confunden con un zombie?- continué riendo. Qué raro, pensé refiriéndome a la situación. Al segundo le pregunté
-¿Quién eres?- y reí otra vez.

(Viene de Las Tres Escobas)

Entré al Gran Salón acompañada de Emily, quien iba vestida de ángel. Un disfraz muy bueno, pensé. Por mi parte iba vestida de egipcia. No encaja mucho con el evento, pero es lo que hay, me dije a mi misma. Tras esto comenzamos a caminar por el pasillo hacia la mesa de profesores. El lugar estaba repleto de alumnos con sus disfraces. No conocía a nadie, era nueva en el asunto. ¿Cómo nos tratarían? pensé.
Al llegar a la mesa vi sentado a un mortifago y a una dama antigua. Emily le preguntó a esta última si podíamos ocupar los asientos que estaban a su lado. Ella, muy amablemente, nos dijo que nos sentáramos. Tras eso nos preguntó si éramos profesoras.
-Si - Respondí. - Me llamo Amy Brooks, soy la nueva profesora de Cuidado de las Criaturas Mágicas. Mi amiga - Dije señalando a Emily - es Emily Ruth Thompson, profesora de Adivinación - Aún no entiendo como puede gustarle, pensé - Es un placer. Por lo que veo usted también es profesora, ¿De qué asignatura? - Pregunté curiosa.